Por qué beber en atracón está atrofiando tu cerebro

Además del deterioro cognitivo que provoca, el consumo abusivo del alcohol aumenta el riesgo de padecer demencia

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El alcohol afecta al el neurotransmisor principal del cerebro, alterando nuestro estado de ánimo, comportamiento, excitación y funcionamiento neuropsicológico. (Foto: Getty)

El alcohol se considera un depresivo, a diferencia de un estimulante como la cafeína en el café y el té. Sin embargo, a pesar de esta clasificación, cuando las personas beben suelen sentir una descarga de energía y tienden a sentir entusiasmo, euforia y ese conocido “subidón” de alcohol.

Esto explica por qué las personas tienden a ser ‘más valientes’ mientras beben, están de acuerdo con cosas que normalmente no quieren, y también es más probable que se lastimen a sí mismas y a los demás, olvidando incluso lo que hicieron esa noche (amnesia alcohólica o blackouts).

La realidad es que usamos el alcohol para socializar, para celebrar cualquier cosa, para divertirnos, para eliminar el estrés semanal, para enmascarar los nervios y la vergüenza… Lo aceptamos y no nos parece del todo mal que los jóvenes lo hagan.

Pero no debería ser así porque si te pasas de rosca te juegas la vida ya que su efecto neurotóxico produce un daño cerebral y neuronal intenso a nivel del Hipocampo, Hipotálamo y Cerebelo. Esto tiene una afectación directa en la memoria y la capacidad de aprendizaje, y a la larga causa demencia.

Otra área afectada sería el Córtex Prefrontal, lo que tiene una relación directa con la disfunción ejecutiva. “Aunque el daño es difuso y generalizado, las partes más afectadas son las que regulan la planificación. Por ello la toxicidad cerebral del alcohol vuelve a las personas más impulsivos y reduce su capacidad para responder a las demandas sociales, familiares y laborales del día a día”, explica Gerardo Flórez, psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas del Complejo Hospitalario de Ourense y secretario nacional de Sociodrogalcohol.

Los estudios demuestran que aunque sean hábitos restringidos en general a los fines de semana o las fiestas, este tipo de borracheras
Los estudios demuestran que aunque sean hábitos restringidos en general a los fines de semana o las fiestas, este tipo de borracheras “pueden generar muchos problemas en el cerebro que se perpetúan en el tiempo, además de facilitar adicciones de largo plazo. (Foto: Getty)

La atrofia cerebral causada por el abuso del alcohol produce un daño claro en la sustancia blanca y gris y la consiguiente destrucción de neuronas. Cuando el consumo desproporcionado de alcohol llega a causar demencia, esto dificulta el tratamiento, explica Flórez: “Dado que el principal daño se produce en las estructuras del cerebro que regulan la planificación de la conducta se teme que los pacientes con más daño cerebral, y, por lo tanto, más deterioro cognitivo respondan peor a las intervenciones psicoterapeúticas, especialmente las de tipo cognitivo – conductual”.

El deterioro cognitivo, sobre todo en lo que se refiere a la planificación, puede dificultar la desintoxicación y deshabituación del paciente. Sin duda, este precisará de más apoyo. Además, una vez desintoxicado y deshabituado las alteraciones cognitivas pueden suponer un importante problema en el día a día con el que el paciente y sus familiares no contaban.

El abuso de alcohol aunque sea intermitente se relaciona con enfermedades y trastornos como la depresión, la ansiedad, agresividad y estrés

Los consumos de atracón son más dañinos ya que implica que grandes cantidades del agente tóxico alcancen el cerebro y permanezcan en él hasta que el hígado complete su metabolización. “Hay que recordar que la tolerancia al alcohol es cerebral y no hepática”, señala el especialista en alcoholismo.

Estas ingestas masivas conllevan que cantidades muy significativas de alcohol permanezcan en el organismo, y por ello en el cerebro, durante horas, produciendo un daño directo.

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“Esto no quiere decir que el consumo abusivo que no se realiza en atracón sea seguro, simplemente es menos dañino, pero al final producirá su daño”, matiza el profesional y añade: “Este modo de consumo en atracón, puede hacer que en el futuro nos encontremos con mayores problemas de demencias en las personas con adicción, dado el consumo en forma de atracón que están realizando a día de hoy los jóvenes”.

El grado de daño causado al cerebro y el grado de demencia alcohólica va a depender de cantidad de alcohol consumida, de cómo se ha consumido, y de los déficits nutricionales que ha traído el consumo abusivo de alcohol.

Sin embargo, las alteraciones son parcialmente reversibles, dependen del nivel de daño adquirido. “Podemos establecer que tras un año de abstinencia completa existe una reversibilidad del 50 por ciento, esto como regla general”.

Esto es reversible si se alcanza la abstinencia prolongada, lo que permitirá recuperar parte de las pérdidas producidas a nivel cerebral. Esto irá acompañado de una mejoría de las funciones cognitivas y motoras, aunque la velocidad será lenta, sobre todo en lo referente a las funciones ejecutivas.

Además, hay que destacar que las mujeres son aún más vulnerables a los efectos neurotóxicos del alcohol, lo que implica también una recuperación más lenta.

El daño cerebral causado por el alcohol puede ir desde un deterioro cognitivo leve, pasando por un trastorno amnésico persistente (o Síndrome de Korsakoff), hasta la demencia grave.

Este daño cerebral, causado por el alcohol, puede ser parcialmente reversible cuando se deja de tomar bebidas alcohólicas por completo, sobre todo en las primeras etapas, cuando el deterioro cognitivo es todavía leve. Sin embargo, una vez llegado a la demencia alcohólica el deterioro es ya persistente, como sucede con la demencia de Alzheimer, con la cual se suele confundir, ya que presenta los mismos síntomas.

Una vez instaurado el deterioro cognitivo, el consumo de bebidas alcohólicas va a producir una grave desorganización del comportamiento, con potenciales graves consecuencias interpersonales, además de la discapacidad persistente, la cual seguirá empeorando progresivamente. Mientras que si, con la ayuda de un tratamiento especializado del alcoholismo, consigue mantenerse sin tomar bebidas alcohólicas, las alteraciones del comportamiento y la des-adaptación serán mucho menores, a pesar de la persistencia de su deterioro cognitivo.

Por otro lado, una ingesta reducida de alcohol contribuye a tener mejores relaciones sexuales, ahorrar, perder peso, cuidar tu cerebro y a evitar posibles enfermedades, alargando tu vida… ¡y esto son sólo son algunos de los beneficios de dejar la bebida!

¿Te parece exagerado, crees que beber con moderación no supone un riesgo para la salud? ¿O consideras que el alcohol modifica nuestro comportamiento y nos empuja a tomar malas decisiones?

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