Yahoo Estilo Por qué el príncipe Harry tiene razón en preguntar sobre las personas que rodean a la reina
Para ser una entrevista tan poco reveladora, los días de histeria que han seguido a la aparición del príncipe Enrique en el Today Show de NBCson una exageración, por no decir más. No es porque los comentarios inflados y los titulares gritones de primera plana sean una gran sorpresa. Los aspavientos y el ultraje fingido por todo lo que hacen los Sussex (o por lo que no hacen) se han convertido en algo tan habitual en la realezaen nuestros días como que los perros galeses corran por la finca de Windsor.
A pesar de las rabietas, el duque de Sussex no reveló prácticamente nada sobre la fractura de las relaciones, eludió preguntas sobre su padre y su hermano y solo admitió vagamente que, “por supuesto”, echa de menos a su familia. En todo caso, Enrique pareció ser más cauteloso y competente que nunca con sus palabras en los medios. Es algo que también noté en el príncipe cuando estuvo en los Países Bajos la semana pasada cubriendo los Juegos Invictus.
Sin embargo, fue su comentario sobre la reina lo que hizo que todo el mundo se apresurara (incluido Downing Street) a usar sales aromáticas para recuperarse. “Solo me aseguro de que esté protegida y de que se rodee de las personas adecuadas”, dijo a la entrevistadora Hoda Kotb de su abuela, después de describir una reunión “realmente agradable” junto a Meghan en el castillo de Windsor. Los tabloides interpretaron eso como un “ataque incendiario” a su familia. ¿En serio? Quizás para los informados sí, pero yo, que seguí de cerca la partida de Enrique de la Casa Real, ciertamente no fue lo primero que pensé.
La realidad es que, desde el fallecimiento del príncipe Felipe el año pasado, la reina vive sola. Si bien el príncipe Carlos, los duques de Cambridge y otros van de visita, las personas que rodean a la reina a diario ‒asistentes, cortesanos y personal doméstico responsable de todos los aspectos de su vida‒ son todas empleados de la institución real. Y es de la mano de algunas de estas personas que Enrique vivió algunos de los momentos más oscuros y angustiosos como miembro activo de la monarquía.
Cuando entrevisté a fuentes para el libro Meghan y Harry. En libertad publicado en 2020, recuerdo quedarme boquiabierto cuando un amigo de la pareja me contó con detalles cómo el secretario privado de la reina, Edward Young, hizo todo lo posible para evitar que la pareja visitara a la monarca en Sandringham (uno de los únicos miembros de la familia con los que los Sussex se sintieron cómodos hablando en aquel momento) antes de anunciar su alejamiento de la realeza. Parece ser que, por mucho que Enrique intentara concertar una hora para visitarla, su equipo fue informado de que la monarca estaba “ocupada toda la semana”. A pesar de que fue ella quien había invitado a su nieto, Young le dijo a la reina que las fechas del diario que en cierto momento estuvieron disponibles ya no estaban libres.
Mira el vídeo: el príncipe Enrique desvela que echa de menos a su familia
Fue también la mano derecha y ayudante de cámara de la reina, Angela Kelly, quien hizo que fuera casi imposible para Meghan hacer una “prueba de cabello” con la tiara elegida para su boda; incluso dejó plantada a la duquesa y a su estilista, quien había volado expresamente para una prueba programada con antelación. Según las fuentes, Enrique sintió que fue un intento cruel de poner “en su lugar” a su pareja.
Días antes de dejar de forma permanente el Reino Unido en marzo de 2020, Enrique dijo a un asistente cercano: “Esta gente tiene sus propias agendas, trabajan para la institución y no se preocupan de nosotros como familia”. La princesa Diana expresó sentimientos similares durante los años posteriores a su divorcio de Carlos.
Una y otra vez escuchamos cómo dentro de la institución monárquica hay un entorno que no prioriza la salud mental y el bienestar, un lugar donde, independientemente de su estatus, las necesidades de la corona siempre estarán por delante de las necesidades personales de los miembros de la familia. Es una institución que Enrique siente que ha fallado en su deber de protegerlo a él y a su propia progenie.
Entonces, si bien los duques de Sussex y la reina han mantenido contacto telefónico o virtual de forma regular, su reciente encuentro en persona ‒que fue mantenido en secreto a propósito por los asistentes de palacio‒ fue la primera oportunidad de Enrique en un año para hablar verdaderamente en privado con su abuela sin temor a que alguien escuche o deambule detrás de una videollamada.
Tras haberse enfrentado a una serie de problemas de salud y movilidad, a menudo escuchamos que la reina de 96 años está “siguiendo” con sus deberes de forma impresionante, pero, como nieto y sexta persona en la línea de sucesión al trono, parece natural que Enrique cuestione si todas las personas que están en la órbita diaria de la monarca de verdad tienen las mejores intenciones. ¿Está siendo forzada a hacer demasiadas cosas? ¿Alguien le está diciendo que frene? ¿Tiene demasiada presión para estar presente en los eventos de celebración de su Jubileo de Platino el próximo junio? ¿Está siendo atendida de forma adecuada? Estos son el tipo de preguntas que cualquier persona solidaria haría a una familiar anciana que vive sola en un centro gestionado por el personal. Y si te fijas en la institución con fama de antipática en que vive la reina, Enrique tiene razones para preocuparse.
El palacio de Buckingham no ha querido comentar esta situación a Yahoo News UK.
