Todo lo que el príncipe Guillermo aprendió de su madre, Diana de Gales, y que no había podido poner en práctica hasta ahora
El príncipe Guillermo tenía 15 años cuando Diana de Gales, su madre, falleció en una accidente de tráfico del que éste 31 de agosto se cumplen veintisiete años. La primera mujer de Carlos III, que en 1997 y tras el sonado divorcio buscaba para ella un controvertido papel de embajadora de perfil humanitario, tenía muy clara la importante labor que tendría su hijo mayor en la historia del Reino Unido y, hasta el momento de su muerte, trató de dejar en él su propia huella. Tanto Guillermo como Harry con el paso del tiempo fueron comprometiéndose con alguna de las causas que emprendió su madre, sin embargo, hasta ahora, eran como un “complemento” a las que recibían de la propia Casa Real y tenían preferencia. La gran novedad se empieza a materializar ahora: Guillermo, en posesión del título de príncipe de Gales y con la gestión del lucrativo ducado de Cornualles, comienza a poner en práctica muchas de las cosas que su madre le enseñó y que habían quedado en un segundo plano. “Puede que nunca lo utilicen pero la semilla está ahí…”, dijo Diana sobre uno de los temas que más ocupa al nuevo príncipe de Gales.
Cuando Guillermo anunció su decisión de dejar de trabajar en los casi trescientos patronazgos que había acumulado la sorpresa fue máxima, así que él mismo compartió en un discurso cómo veía el futuro. “Quiero cambiar las cosas de verdad”, dijo durante un viaje oficial a Singapur que tuvo lugar durante el otoño de 2023. "Me preocupan muchísimas cosas y, previamente, la familia ha estado poniendo el foco de forma brillante en muchas de ellas y poniéndolas de relieve. Yo quiero ir un paso más allá", explicó el heredero.
"Soy muy consciente de la tentación de evitar la cruda realidad, no solo para mí, sino también para mis hijos"
Con otras palabras, ese “quien mucho abarca, poco aprieta”, fue el anuncio de que tenía la intención de borrar de su agenda todos aquellos compromisos que no hubiera elegido personalmente y en los que no generaría un impacto positivo relevante. Así Guillermo rompió con la tendencia de usar a las nuevas generaciones como un “cajón de sastre” en el que se van depositando aquellas labores que las viejas generaciones ya no pueden seguir desempeñando. Esto se hace en función del rango que cada uno ocupe dentro de la jerarquía institucional, así el príncipe Eduardo ha heredero el título y las labores del duque de Edimburgo, mientras que Guillermo tenía compromisos más “elevados” dada su posición en la línea sucesoria. Sin embargo, eso se terminó cuando presentó únicamente tres líneas de trabajo y mantuvo el patronazgo a treinta organizaciones, que pueden parecer muchas pero es una cifra bajísima en comparación con las que se maneja en la Casa Real británica.
Al margen de las labores institucionales, de las funciones de representación de la jefatura del Estado y de los compromisos con las Fuerzas Armadas inherentes a su papel, el príncipe Guillermo ha decidido centrarse en tres áreas: medio ambiente, salud mental y personas sin hogar. Esto último, aunque no se ha presentado de forma oficial en estos términos, es legado de Diana, al menos así lo contó ella misma, que quiso mostrar esta realidad a sus hijos precisamente la misma semana en la que la Casa Real británica ocupaba su agenda con las carreras de Ascot.
“Soy muy consciente de la tentación de evitar la cruda realidad, no solo para mí, sino también para mis propios hijos. ¿Les hago un favor si les oculto el sufrimiento y lo desagradable hasta el último minuto? Los últimos minutos que elija para ellos pueden ser demasiado tarde. Solo puede hacerles frente con una elección basada en lo que sé. El resto depende de ellos”, dijo la princesa de Gales a Andrew Morton en el famoso libro que se publicó en 1992 y que tras su muerte se descubrió que fue dictado por ella misma.
"Tienen el conocimiento, puede que nunca lo utilicen, pero la semilla está ahí y espero que crezca porque el conocimiento es poder"
La princesa Diana, que nunca fue fan ni de las carreras ni de los caballos, aprovechó la "semana frívola del champán, el salmón ahumado y la moda para la alta sociedad" para llevar a sus hijos, Guillermo y Harry a una albergue para personas sin hogar. Según el citado libro, los príncipes estuvieron charlando y jugando a las cartas con los residentes de ese refugio nocturno. Tras esa visita, que no fue algo puntual, ya que también ha trascendido la visita a distintos centros de día, Diana dijo lo siguiente: "Tienen el conocimiento, puede que nunca lo utilicen, pero la semilla está ahí y espero que crezca porque el conocimiento es poder. Quiero que conozcan las emociones de la gente, sus inseguridades, sus angustias, sus sueños y sus esperanzas".
A día de hoy y a través de tres enfoques distintos, el príncipe Guillermo impulsa la defensa de aquellos que están sin hogar o en riesgo de perderlo, con iniciativas a corto y largo plazo. Además con fondos y terrenos del ducado de Cornualles -cuyas cuentas generaron polémica recientemente ya que a diferencia de su padre, Guillermo ha decidido no hacer público el pago de impuestos del que está exento por ley como heredero de la Corona- ha subvencionado la construcción de viviendas destinadas para alquiler social.
"Si aprende de lo que yo hago, y de lo que hace su padre hasta cierto punto, se puede hacer una idea de lo que le espera"
Gracias a ese libro, que generó un escándalo cuando se publicó porque desde el principio se sospechó que era Diana de Gales la que estaba detrás, dada la precisión y perspectiva de los detalles que se recogen, se ha sabido la visión que tenía ella sobre sus hijos y cómo imaginaba el futuro. Ella veía en Guillermo cualidades de responsabilidad y consideración superiores a las propias de su edad y pensaba que necesitaba mucho el apoyo de su hermano menor, el príncipe Harry, más libre y carismático, al que veía como un "consejero entre bastidores". Es decir, Diana de Gales estaba tan segura de que se iban a repartir el peso de la Corona en el futuro, como de que el príncipe Carlos no iba a llegar a ser rey.
En esa idea, que la Corona podría pasar de Isabel II al príncipe Guillermo, insistió en la entrevista que dio a la BBC en 1995 y en eso estaba equivocada, lo que ya sabía, desde comienzos de los noventa, es que ella nunca sería reina porque su matrimonio estaba roto y el divorcio era cuestión de tiempo, sus palabras recogen la hostilidad que atravesaba su relación con el príncipe Carlos. "Si aprende de lo que yo hago, y de lo que hace su padre hasta cierto punto, se puede hacer una idea de lo que le espera. No está escondido en su cuarto con una institutriz", dijo Diana de Gales sobre el príncipe Guillermo, al hilo de esa idea de que tenían que entrar en contacto con el mundo real de la calle y no solo con la realidad de los palacios.
"Cuando sea mayor, quiero ser policía y cuidar de ti, mamá"
Por otro lado, gracias a las descripciones y declaraciones que hace sobre sus hijos se puede ver que la princesa también los veía en los términos que habían sido "etiquetados" por la institución: "el heredero y el de repuesto". Una dicotomía que según el príncipe Harry siempre estuvo presente en sus vidas desde pequeños. Prueba de que Guillermo y Harry eran conscientes de su destino está en una de las anécdotas que recoge el libro de Morton: "Cuando sea mayor, quiero ser policía y cuidar de ti, mamá, le dijo Guillermo con cariño. Harry replicó rápidamente, con una nota de triunfo en la voz: 'Oh, no, no puedes, tienes que ser el rey". Unas palabras que parecen indicar que el príncipe Guillermo sentía que su madre necesitaba protección, aún cuando era un niño que fantaseaba con la idea ser policía.