El príncipe Guillermo se deja barba, una decisión más allá de lo estilístico en la monarquía británica

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Es difícil eclipsar una aparición tan esperada como la de Kate Middleton, que aunque sea ya la tercera vez que la vemos desde su diagnóstico de cáncer, las circunstancias hacen que cada una de ellas se celebre como la primera. Y no lo ha hecho, claro, pero el nuevo look del príncipe de Gales en el vídeo con el que han felicitado a los olímpicos británicos sí ha logrado acaparar muchos más comentarios de lo que acostumbra. El motivo es la barba que lucía, una decisión estilística por la que no se había decantado en 15 años y que además de causar una gran sorpresa, ha recordado una disputa con su hermano que sacó a la luz el príncipe Harry en sus memorias.

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Guillermo es un príncipe y una barba es mucho más que una barba. Siempre se ha dicho que a Isabel II no le gustaba. No le importaba que se la dejarán crecer cuando se encontraban en expediciones, viajes no oficiales o en contextos extraoficiales, pero al llegar a Palacio consideraba que un hombre debía lucir afeitado. Harry fue el primero, en romper esa norma, al menos de manera permanente, ya que el propio Guillermo la llevó en 2008 y también su padre, el entonces príncipe Carlos, se dejó barba puntualmente durante su juventud. Sin embargo, para el duque de Sussex era más que un capricho estético. Él mismo contó en su libro En la sombra que era una forma de sentirse protegido ante la ansiedad, como una especie de "máscara". Por eso mismo, era importante para él casarse así, como él se sentía cómodo y como Meghan Markle lo conocía, así que le pidió permiso a su abuela. La Reina siempre tuvo debilidad por su nieto y, por supuesto, le dio permiso, pero la historia no acabó ahí.

(Getty Images)
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No contaba con la oposición del príncipe Guillermo, al que no se le concedió esa posibilidad. Las razones que aducía era que Harry se casaba con el uniforme del Ejército y en las Fuerzas Armadas no se permite la barba. Su hermano le replicó entonces argumentando que numerosos miembros de la realeza habían contraído matrimonio sin afeitarse y con uniforme, pero no fue suficiente para aplacar su enfado, tal y como relata en sus memorias. "En cierto momento incluso llegó a ordenarme, en calidad de Heredero dirigiéndose al Repuesto, que me afeitara", asegura el duque de Sussex.

(Getty Images)
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Nada tiene que ver el contexto en el que hoy el príncipe de Gales se presenta con su nueva imagen, pero es inevitable recordar cuando en su momento, una decisión así suscitó una discordia más de las muchas acumuladas entre los hermanos. Tal vez Guillermo, siguiendo los deseos de su abuela, se haya dejado la barba solamente durante el periodo estival, para retomar después la agenda con las pilas cargadas y el rostro pulcramente afeitado, o, quizás, este buscando un cambio de look más definitivo. En cualquier caso, habrá que esperar a septiembre para comprobar si es un renovarse o morir o solo producto del relax veraniego.