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El príncipe Harry 'exasperó' al coautor de su autobiografía con sus fuertes discusiones

El príncipe Harry en la coronación de Carlos III credit:Bang Showbiz
El príncipe Harry en la coronación de Carlos III credit:Bang Showbiz

La publicación, el pasado mes de enero, del libro autobiográfico del príncipe Harry, 'En la sombra', se convirtió rápidamente en el evento editorial del año. Sin embargo, su evidente éxito comercial trajo consigo la ruptura definitiva de las relaciones entre el duque de Sussex y los miembros más destacados de la familia real británica, esto es, su padre Carlos, su hermano Guillermo y, todo sea dicho, también la reina Camila.

A esta última la describió como si se tratara de una malvada madrastra sacada de las películas clásicas de Disney, mientras que de su progenitor Harry dijo que pocas veces le había mostrado verdadero afecto, algo especialmente doloroso tras la muerte de su madre, Lady Di, en 1997. El príncipe también desveló en sus páginas que su hermano mayor le había agredido y lanzado contra el suelo durante una tensa discusión, la cual habría girado en torno a Meghan Markle y su aparente desinterés en seguir el protocolo.

La obra fue resultado de un desahogo emocional inédito en el príncipe Harry, quien presumía de haber sacado a relucir su lado más transparente y crudo al sentirse finalmente libre para expresarse en sus propios términos. Habían pasado casi tres años desde que abandonó sus funciones en el seno de la monarquía, y disfrutaba de una nueva etapa vital en California junto a la duquesa y sus dos hijos, Archie y Lilibet.

No obstante, ese intenso ejercicio de introspección, que también se extendía a sus dos estancias en Afganistán como soldado del ejército británico, tuvo un impacto notable en su estado anímico. Tanto es así, que el coautor, o 'escritor fantasma', de 'En la sombra', el reputado periodista J.R. Moehringer, ha confesado ahora que en más de una ocasión acabó harto de los acalorados debates que mantenía con el príncipe, quien se ponía especialmente nervioso al rememorar una etapa tan dura como la que vivió en la guerra.

"El príncipe Harry me exasperaba. Hubo un momento en el que la sangre me batía las sienes, mi mandíbula estaba tensa y empezaba a elevar la voz. Pero todavía había una parte de mí que era capaz de salirse de la situación y advertir: 'Esto es muy extraño. Le estoy gritando al príncipe Harry'. Entonces Harry me miró, sus mejillas empezaron a enrojecerse y los ojos se empequeñecieron. Ahí intervino otro pensamiento más urgente: 'Guau, este puede ser el fin'", ha relatado el escritor, ganador de un premio Pulitzer, en el artículo que firma en el último número de la revista New Yorker.

Moehringer alude a la confrontación que protagonizaron sobre la conveniencia o no de incluir una anécdota que, para el príncipe, era de vital importancia para el libro. Harry quería finalizar el capítulo sobre su preparación militar con la frase, al parecer ingeniosa, que le había espetado a un compañero, después de que éste se burlara de él e incluso mentara a la fallecida Diana durante un entrenamiento muy duro. Se trataba de un simulacro en el que Harry era capturado por unos terroristas que le privaban de comida y sueño, además de golpearle con frecuencia.

"Harry se empeñaba en cerrar el capítulo con lo que le dijo, pero a mí me parecía una respuesta innecesaria y anodina. Al final, Harry exhaló y, ya más calmado, me explicó que, a lo largo de toda su vida, la gente siempre había menospreciado sus capacidades intelectuales. Ese destello de brillantez demostraría que, incluso después de haber sido maltratado y pateado, de llevar días sin comer o dormir, era listo", ha manifestado.