Premios Gardel 2023: un puente generacional en la 25° edición de la mayor fiesta de la música argentina

Trueno se quedó con el Gardel de Oro
Trueno se quedó con el Gardel de Oro - Créditos: @Santiago Cichero

Si es posible poner el foco en una entrelínea de la entrega de Premios Gardel a la Música, esa será la de una polarización de generaciones que se entrecruzan y, al mismo tiempo, se celebran . El gran ganador fue uno de los músicos más jóvenes de la Argentina, Trueno, acreedor del Gardel de Oro. Nació en este siglo, tiene apenas dos discos editados y viene con un poderoso viento de cola que es, nada menos que la escena de la música urbana. Por otro lado, hubo en la gala una celebración de la historia a través de personajes de muy larga trayectoria que tienen plena vigencia. León Gieco cantó uno de los temas de su último disco, El hombrecito del mar. Amalita Baltar y Raúl Lavié, dos tangueros vitales que siguen cantando, recibieron el premio a la Trayectoria. Víctor Heredia interpretó con Trueno “Tierra Zanta”, porque fue este inquieto freestyler quien lo fue a buscar para que participara en uno de los temas de su álbum tan ganador. Una banda que va para las cuatro décadas de vida, Los Fabulosos Cadillacs, abrió la ceremonia con su hit “Matador”.

“No hay más Indio Solari o Soda Stereo; no podemos pelearnos por esas cosas”, dijo León Gieco, en una conferencia de prensa. No se refería a la rivalidad entre artistas de la misma generación sino entre jóvenes y veteranos. León celebró el presente de los artistas urbanos, mientras que sobre el escenario, una de las más jóvenes y exitosas de las argentinas, María Becerra, vestida de largo, hacía una versión intimista de “Desafiando el destino”.

Un rato antes, ya no eran la demoledora percusión de “Matador” que los Fabulosos Cadillacs eligieron para abrir los Gardel sino un set urbano, el más largo de la noche, que agrupó a varios de los exponentes locales de esta corriente. El RKT fue protagonista, con L-Gante, La Joaqui, Rei, Peipper, Dj Tao y Callejero Fino. “La unión es lo más importante para que un género trascienda -decía La Joaqui, en bambalinas-. También decía que hasta hace no mucho tiempo había que “adaptarse a lo de afuera para sobrevivir” en el mundo de la música, pero actualmente es la producción argentina la que tiene cosas para decir, con sus propias características.

L-Gante, en la alfombra roja de los Premios Gardel 2023, en el Movistar Arena.
L-Gante, en la alfombra roja de los Premios Gardel 2023, en el Movistar Arena. - Créditos: @Santiago Cichero

El feat. de música urbana, según los anfitriones de la fiesta, fue uno de los rubros más importantes de la noche. Por supuesto, no se puede desafiar a las grandes tendencias mundiales así porque sí. Y no debe llamar la atención que en esa categoría se impusieran Dante Spinetta y Trueno, por el tema “Sudaka, que grabaron para el álbum de Dante Mesa dulce.

También en la trastienda de los premios Dante dijo que, hace 30 años, cuando era un adolescente y comenzaba su proyecto Illya Kuryaki and the Valderramas junto a Emmanuel Horvilleur, el rap era algo prácticamente prohibido en la Argentina. “Ser parte de la genética de la música urbana es un honor para mí”. Trueno, a su lado, decía: “Acá tenemos a uno de los primeros mentores. Este cruce de generaciones me parece súper importante. Que el hip hop no muera nunca. Respeto por las generaciones anteriores y vamos por las futuras”.

Dante no necesita tener 70 años para ser considerado un veterano de la música en la Argentina. Su precoz ingreso al mundo de la música, ese que habitó como espectador de la obra de su genial padre, hizo que hoy, a los 46, tenga un recorrido de tres décadas y la posibilidad (comprobable) de ser referencia histórica (en una época quedaba mejor decir “influencia”) de una generación de veinteañeros de la música urbana y el indie vernáculo.

En cuanto a Trueno, habría que agregar que, junto a sus socios creativos, ha logrado con Bien o mal un disco que une generaciones, que saca los pies del plato de la monotonía monotemática de la música urbana (aunque no faltan todos esos tópicos) y explora en los ritmos de la música popular latinoamericana. Cruza el icónico puente de su barrio, La Boca (esa marca que le sirvió para presentarse al mundo), y vio qué había al otro lado.

Pensado como un tríptico asimétrico se escuchan guitarras con cuerdas de nylon y de acero, trompetas, reggaeton y el sonido virtual de esta época. Hay una colaboración internacional (JID), una autobiografía escrita a los 20, llamada “Hood”, donde no faltan la fama ni la alta exposición, que corren como agua subterránea de una canción romántica. Y hay otra (“Panamá”, se llama), donde dice: " Vuelvo con oro para mis familiares”, “voy por algo más que una foto con like”. Y hay otra más. La que da título a su disco, en la que sentencia, siempre con acento centroamericano: “Aunque ya nadie me vea como antes, sigo siendo el mismo tres pasos adelante. Ahora todos llaman, quieren ser parte, pero yo solo como con quién pasé hambre. Vengo del barrio de los inmigrantes. Dime donde estás y voy a buscarte”.

Dante Spinetta, con uno de los Premios Gardel 2023, que recibió en el Movistar Arena
Dante Spinetta, con uno de los Premios Gardel 2023, que recibió en el Movistar Arena - Créditos: @Santiago Cichero

Debajo de su voz, en otros temas hay guiños a músicas que pueden sorprender a sus contemporáneos y sacarle una sonrisa a los añosos de otras generaciones que ya escucharon aquellas melodías. También hay un tema romántico, “Solo por vos” y un “Manifiesto Freestyle” que no es un manifiesto en sí, pero de algún modo sienta posición sobre algunos temas en el contexto de una música que tiene dos caras bien marcadas. La repetición constante de fórmulas enarboladas por las figuras que ostentan millones de reproducciones en redes y la urgencia de adolescentes que rapean en plazas y subtes.

Por otro lado, en este puente generacional que parece haber sido la edición 25° edición de los Gardel, no está demás preguntarse por aquellos que hoy son parte de una generación intermedia y cuál es el valor y la representatividad que puedan tener en la escena actual de la música argentina. Ver, incluso, más allá de casos valiosos como Eruca Sativa, que cumplió 15 años y se llevó dos estatuillas muy bien ganadas, por su disco Dolpelganga, los créditos de folklore Juan Quintero y Paola Bernal, un gran exponente del jazz, Pipi Piazzolla, Noelia Recalde (ganadora del premio Mejor Nuevo Artista), que salieron ganadores de esta edición.