El presente de Martin Scorsese: un premio honorífico en Berlín, el regreso a la actuación, su película sobre Jesús y el sueño intacto del Oscar
“No creo que el cine se esté muriendo. Se está transformando”, dijo Martin Scorsese antes de recibir el Oso de Oro a la trayectoria en el Festival de Berlín. A los 81 años, el director recibió uno más de los muchos reconocimientos que viene cosechando por su notable carrera cuando se acerca la ceremonia del Oscar, a la que llega con 10 nominaciones para su última película, Los asesinos de la luna, disponible en Apple TV+.
“El cine nunca estuvo destinado a ser nada más que una sola cosa, aunque siempre nos acostumbramos a eso. Yo mismo crecí con esa idea: si querías ver una película, tenías que ir al cine. No importa si la veías en una sala buena o una mala. Siempre se trató de una experiencia comunitaria frente a una pantalla grande. Pero la tecnología cambió tan rápido que, en cierto sentido, hoy lo único a lo que realmente podemos aferrarnos es a la voz individual. Y esa voz, debo admitirlo, puede expresarse en una película de cuatro horas, una miniserie de dos horas o un posteo en Tik Tok”, agregó.
En un encuentro con la prensa internacional previo a la ceremonia en la que recibió la distinción, Scorsese recomendó no asustarse frente a los avances de la tecnología, refiriéndose específicamente a la inteligencia artificial. “Controlemos la tecnología, llevémosla a la dirección correcta que proviene de cada voz individual, en vez de pensarla en algo que simplemente se consume y se desecha”, precisó.
El director de Casino y Toro salvaje recibió el Oso de Oro honorífico de manos de su colega Wim Wenders, también nominado este año al Oscar (en este caso el premio a la mejor película internacional) por Días perfectos. Al presentarlo, Wenders arrancó risas de la platea cuando recordó el episodio ocurrido en 1978 mientras ambos asistían al Festival de Cine de Telluride, en Colorado (Estados Unidos). Allí se encontró un día con Scorsese y su pareja de entonces, la actriz Isabella Rossellini, a un costado de la ruta, con el auto detenido y un neumático pinchado.
“Damas y caballeros, Martin Scorsese logró sacar del vehículo la llanta pinchada. Pero pasó algo. Para su consternación y la de todos, su maldito auto de alquiler no tenía un neumático de repuesto, lo cual fue un verdadero fastidio: todo el esfuerzo había sido en vano”, agregó Wenders mientras se proyectaba en pantalla gigante una imagen del director alemán, Rossellini y Scorsese, viajando en el auto del primero después de ese incidente vial. “Esta es la prueba de que un joven director alemán, equipado con una cámara panorámica, rescató a su colega estadounidense y a su futura esposa de un destino terrible”, completó Wenders en medio de las carcajadas del auditorio.
“¿Qué se puede hacer cuando uno se obsesiona con esta forma de hacer arte? –reflexionó Scorsese tras recibir el premio-. Esa es la parte solitaria de nuestro trabajo, pero es muy importante recordar al mismo tiempo que somos parte de una comunidad de personas impulsada por un amor obsesivo por este arte llamado cine. Se trata de una conversación permanente y en última instancia interminable”.
La redención como idea fuerza
Durante su estada en Berlín, Scorsese también dijo que sigue pensando en cómo abordar a Jesucristo como personaje protagónico de su próxima película. “Lo estoy considerando ahora mismo. Quiero hacer algo único y diferente, que pueda invitar a la reflexión y al mismo tiempo entretenga al público. Todavía no estoy seguro de cómo hacerlo”, destacó el realizador, reconocido también por la sensibilidad religiosa (la redención es una de sus ideas fuerza) que muestra en sus películas. En este sentido, la más explícita de ellas es La última tentación de Cristo (1988).
También reveló que Silencio, la película de 2016 que dirigió basada en el libro de Shusaku Endo sobre el martirio de dos misioneros jesuitas en Japón, lo acercó por primera vez al papa Francisco, que pertenece a la misma orden. “Me reuní con el Papa un par de veces y en un momento hablamos sobre cómo pensar de manera innovadora sobre el cristianismo para capturar lo esencial de su mensaje. Siempre estuve interesado en estas cosas”, dijo, además de contar que la idea de consagrar su próxima película a la figura de Jesús se conoció por primera vez mientras asistía a una conferencia sobre la estética global de la imaginación católica impulsada por el propio papa Francisco en mayo de 2023.
Antes de volver a la dirección, Scorsese se tomó un tiempo para volver a actuar. En las últimas horas se supo que forma parte del elenco de la nueva película de Julian Schnabel, el realizador de Antes que anochezca, La escafandra y la mariposa y Basquiat, que además es artista plástico. Este flamante proyecto, actualmente en etapa de post-producción y edición, se titula En manos de Dante y allí Scorsese interpreta a un anciano sabio que se convierte en mentor del autor de la Divina comedia.
“El aporte de Martin a la película es extraordinario. Su personaje es brillante e importante al mismo tiempo. No podrás quitarle los ojos de encima”, dijo Schnabel a Variety. El personaje de Scorsese (“breve pero fundamental”, según Schnabel) está inspirado en la figura de Guido Cavalcanti, un poeta italiano que fue amigo de Dante y ejerció una reconocida influencia intelectual en su obra.
La película tiene un variopinto elenco de estrellas que incluye a Gerald Butler, Jason Momoa, Oscar Isaac, John Malkovich, Gal Gadot y Al Pacino. Está basado en un libro de Nick Tosches, cuyo punto de partida es el viaje de un manuscrito de la Divina comedia que se encuentra en la biblioteca del Vaticano. Un sacerdote se lo entrega a un jefe mafioso neoyorquino, ciudad a la que llega en busca de un certificado de autenticidad. En la trama, el siglo XVI se mezcla con la actualidad y hay personajes que tienen vidas paralelas en ambos momentos históricos. Se espera que En manos de Dante esté lista para su estreno mundial en el próximo Festival de Venecia, en septiembre próximo.