La princesa Amalia elige una versión renovada del estilo que coronó a Máxima como reina

Cumplir 18 años es siempre un momento clave en la vida de cualquier adolescente, pero si la protagonista es Ingrid de Noruega, heredera al trono del país nórdico, el acontecimiento adquiere un nuevo significado. La hija de los príncipes Haakon y Mette-Marit cumplió la mayoría de edad el pasado 21 de enero pero ha sido ahora cuando se han llevado a cabo diferentes festejos. Ayer fue la protagonista de una cena celebrada en la nueva biblioteca Deichman Bjørvika de Oslo y poco después pudimos verla con tiara por primera vez. En concreto, con una pieza que perteneció a su tatarabuela, la princesa Ingeborg de Suecia. Sin embargo, la gran celebración ha tenido lugar este viernes, en una cela de gala en honor a la Princesa. El Palacio Real de Oslo acoge esta gran fiesta organizada por los reyes Harald y Sonia para su nieta. La cita ha reunido a destacados miembros de la realeza europea, entre los que se encontraba Amalia de Países Bajos, quien cumplió los 18 el pasado diciembre.

Amalia de Paises Bajos
Amalia de Paises Bajos

Para acompañar a Ingrid de Noruega en este gran día, Amalia ha elegido un elegante vestido de gala en color rosa firmado por Marchesa. Un diseño minimalista que incorpora como elemento más llamativo las mangas abiertas desde el hombro, un detalle que funciona como punto renovador de los clásicos vestidos capa, uno de los preferidos de su madre Máxima. La prenda incorpora un discreto escote cuadrado que se ha adornado con una gargantilla de diamantes. Como único complemento ha completado el vestuario con un bolso de mano de efecto metalizado. Lo más significativo del look es la tiara. Es la primera vez que la Princesa, que ha llegado a la gala del brazo del rey Felipe, luce este tipo de piezas reservadas para las ocasiones más importantes.

La elección de la tiara

La elección de la tiara de Amalia ha causado gran expectación ya que la joven siempre ha expresado su gusto por estas exclusivas joyas. "Amo las tiaras. Enséñame una y sabré de donde viene. Puedo reconocer todas las tiaras de Europa", dijo en una ocasión. Podía escoger entre una veintena de diseños pertenecientes a la Casa Real holandesa y finalmente se ha decantado por la tiara de estrellas y diamantes que su madre Máxima ha lucido en varias ocasiones, la más recordada en su boda con el rey Guillermo en febrero de 2002. Se conoce como la tiara de estrellas de Máxima y sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX, cuando Sofía de Wurtemberg se casó con Guillermo III y se llevó como dote un gran número de joyas. La base de esta diadema puede usarse con botones de perlas y, desde la boda de Guillermo y Máxima, en 2002, con las cinco estrellas de diez puntas de la Reina Emma.

Máxima de Paises Bajos
Máxima de Paises Bajos

Máxima de Países de Bajos recupera un vestido de 2019

La elección de Máxima ha sido muy diferente a la de su hija. Es habitual que apueste por tonalidades vibrantes y esta vez se ha mantenido fiel a esta fórmula de estilo con un impresionante vestido rojo brillante de Jan Taminiau, una de sus firmas de cabecera. Es una prenda que ya lució en 2019 en la cena de gala celebrada con motivo de la entronización de Naruhito como emperador de Japón. La propuesta presenta un estampado geométrico en la zona central y se remata con un cinturón estrecho de hebilla joya. Ciñéndose al protocolo, ha añadido una espectacular tiara al estilismo, combinado con un no menos llamativo collar de diamantes.