Qué pasa en tu cerebro cuando duermes en un lugar extraño

En la mayoría de las ocasiones, conciliar el sueño por primera vez en un lugar en el que no estemos familiarizados nos cuesta mucho trabajo y, generalmente, el sueño que conseguimos resulta ser ligero y poco reparador. Investigadores de la Universidad estadounidense de Brown en Rhode Island descubrieron el porqué de esta situación.

Para entender mejor la investigación, antes debemos conocer lo que es el “Efecto de Primera Noche” (FNE, por sus siglas en inglés) el cual no es otra cosa que el mantener despierto uno de los dos hemisferios del cerebro para vigilar durante el sueño en un lugar extraño, en otras palabras es lo que coloquialmente se conoce como “dormir con un ojo abierto”.

Ahora bien, aunque el FNE ha formado parte de las experiencias de sueño del ser humano durante toda su historia, la razón de su existencia permanecía en secreto y es por ello que el grupo de investigadores se dio a la tarea de conocer por qué ocurre el FNE.

Utilizando técnicas avanzadas de neuroimagen para capturar imágenes del cerebro dormido, el equipo de investigadores obtuvo imágenes detalladas de la actividad cerebral durante el sueño mientras se descansaba por primera vez en un lugar nuevo. Además, se utilizaron otros estudios a través de los cuales se pudieron medir los niveles de oxigenación sanguínea, frecuencias respiratoria y cardiaca, así como el movimiento de ojos y piernas durante el sueño.

El sueño de ondas lentas (SOL), conocido como “sueño profundo”, fue el parámetro principal que la investigación utilizó, ya que a través de él se puede medir perfectamente la profundidad del sueño de cada persona.

Los resultados del estudio mostraron que durante la primera noche de sueño, el lado izquierdo del cerebro se encontraba significativamente menos dormido que el derecho; ambos hemisferios no se encontraban dormidos en la misma proporción, lo anterior se traduce como que entre más diferencia exista en el comportamiento de cada hemisferio cerebral, más trabajo costará a la persona poder conciliar el sueño.

En el experimento también se pudo observar que el hemisferio derecho, durante la primera noche en un lugar extraño, era más sensible a los estímulos auditivos durante el sueño, provocando que los participantes despertaran más fácilmente; cuando el equipo observó a las mismas personas la segunda noche de estancia las sensibilidades auditivas del hemisferio derecho desaparecieron.

Según los investigadores, se puede llegar a regular el FNE, pues con el paso del tiempo nuestros cerebros se adaptan y la gente que usualmente duerme en diferentes lugares no necesariamente tiene un sueño ligero en cada estancia diferente. También puede ayudar a controlar el fenómeno llevar nuestra almohada habitual cuando vayamos a pernoctar en lugares extraños.

Los realizadores del estudio comentan que se deberán investigar más a fondo los efectos que el FNE puede tener en el cuerpo.

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