¿Qué barbacoa debo elegir?

Con la llegada de la primavera ya es tiempo de… tachán… ¡barbacoas! Ya sea en el campo, en el jardín o en la azotea de casa, reunirnos alrededor del fuego mientras observamos con goce cómo se va cociendo la carne que devoraremos es una actividad social que nos devuelve a nuestros orígenes más primitivos y que nos encanta.

(Foto: Pixabay)
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Eso sí, al igual que con el fútbol y la política, todo el mundo tienda a creerse un auténtico experto en la materia, “el noble arte de las barbacoas” requiere tiempo, dedicación y, para empezar, disponer de las herramientas más adecuadas. Hemos consultado a ManoMano.es, el primer mercado ‘online’ de bricolaje y jardinería, para que no se nos resista ni una sola chuleta.

¿Qué barbacoa es la idónea? Todas las barbacoas sirven para pasar un gran día con amigos y familia, pero se trata de elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades: ¿somos de los que siempre estamos haciendo la carne mientras los demás toman cerveza, o de los que no ha tocado una barbacoa en su vida pero quiere iniciarse?, ¿queremos hacer grandes barbacoas para toda la familia o sólo para unos pocos amigos?, ¿vivimos en la ciudad o en el campo?… He aquí algunos breves consejos sobre cada tipología para encontrar la más adecuada.

Las de carbón. La clásica y preferida por los amantes del tema. Requiere hacer el fuego y esperar que se formen las brasas antes de cocinar. Su calidad depende de su tamaño, su ergonomía, los materiales con que esté fabricada (preferible acero inoxidable para la parrilla y hierro para la cámara de cocción) y de sus accesorios: sistema de ventilación, carrito con estantes, ganchos para colgar toallas, termómetro para controlar la tapa y permitir cocción al vapor, etc.

(Foto: PIxabay)
(Foto: PIxabay)

Las de gas. Son las más fáciles de utilizar y las que se calientan más rápido. Está instalada sobre un carro y su placa se calienta por uno o más quemadores, cosa que permite una cocción homogénea y precisa. La recarga de gas se almacena en el mismo carro, ya sea de propano o de butano. El depósito de la barbacoa está lleno de piedras de lava, que ayudan a una mejor distribución del calor. Son de bajo consumo y la mayoría de ellas dispone de un termopar, un dispositivo que corta la energía cuando no hay combustión.

Las eléctricas. Compactas, ligeras, prácticas y de cocción rápida. Ideales para la ciudad. Todas ellas disponen de un termostato para controlar la temperatura de cocción y pueden venir con un soporte incluido para tenerlas de pie o pueden ser más pequeñas para dejarlas en la mesa. Su depósito también está lleno de piedras de lava para una mejor distribución del calor. En este caso la estabilidad es un factor clave y se recomienda elegir una con la base bastante ancha para cocinar con comodidad.

Las de obra. Ideales para una casa rural. Necesitan un espacio fijo porque son muy pesadas y pueden ser de piedra, de ladrillo o de hormigón. La de piedra puede funcionar también como chimenea, horno auxiliar y espacio de reserva de leña y carbón. La de ladrillo no es tan estética, pero resiste mejor a las altas temperaturas y en la de hormigón se recomienda añadir un cenicero para preservar la estructura.

(Foto: Pixabay)
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Cómo encender el fuego y dominarlo. Una vez elegida la barbacoa, toca encargarse del fuego.Toda buena barbacoa se basa en las brasas y hacerlas bien no es tarea fácil. Pueden hacerse con carbón mineral o vegetal (el más utilizado porque es el que antes se convierte en brasa) o con leña, pero el uso de la madera conlleva más tiempo y requiere un mayor conocimiento del fuego. Para prender el fuego lo más común es contar con un acelerador de combustión en forma de pastillas ecológicas pero también hay muchas otras opciones: desde encendedores eléctricos por inducción hasta encendedores de carbón en forma de chimenea. El reto es hacer el menor humo posible (un buen truco para ello es ayudarse de pequeñas astillas o piñas). No se debe tener prisa y “ahogar” el fuego con todo el carbón porque debemos recordar que necesita cierto oxígeno para combustionar. Precisamente eso es lo que deberemos hacer para apagarla cuando hayamos terminado, y evitar echarle agua.

Tener el equipo adecuado, clave. Todo asador que se precie debe disponer de sus propias herramientas, accesorios y utensilios: parrillas, espátulas, pinzas, cepillos, atizadores, palas… Sin olvidar unos guantes ignífugos especiales para barbacoa, que suelen ser los accesorios más olvidados por la población y pueden evitarnos muchos accidentes. Avisados estamos.