Quema su vestido de novia para celebrar el final de su matrimonio

Katlynn McKee, una joven de 25 de Chicago, Estados Unidos, decidió afrontar la ruptura de su matrimonio de una manera poco convencional, quemando su vestido de novia. Se había fijado en la tendencia “Trash the dress” (destroza el vestido) en la que las novias, a veces solas y otras con los novios, posan tras la ceremonia en el agua, o el barro, dejando el vestido destrozado. Decidió que haría lo mismo pero, en lugar de para celebrar su amor, para honrar su divorcio.

Cuando su matrimonio terminó tras cinco años, decidió que tenía que poner un punto y final simbólico. Quemar su vestido parecía una buena idea. (Crédito: Caters)
Cuando su matrimonio terminó tras cinco años, decidió que tenía que poner un punto y final simbólico. Quemar su vestido parecía una buena idea. (Crédito: Caters)

Katlynn es peluquera en Illinois, se casó hace casi cinco años y tiene una hija de seis. Asegura que el matrimonio no iba bien, por lo que ella y su marido decidieron tomar caminos separados el verano de 2017.

Antes de prenderle fuego lo rompió con unas tijeras. Encontró la idea en la tendencia “Trash the dress” en la que los novios posan en el agua o en el bosque tras la boda y destrozan sus vestimentas. (Créditos: Caters)
Antes de prenderle fuego lo rompió con unas tijeras. Encontró la idea en la tendencia “Trash the dress” en la que los novios posan en el agua o en el bosque tras la boda y destrozan sus vestimentas. (Créditos: Caters)

Ahora tiene otra pareja y quería poner punto y final a su anterior relación de una manera simbólica. Contacto con un fotógrafo y organizaron una sesión de fotos en un bosque con un riachuelo donde terminó quemando su vestido de 1500 dólares.

Mientras quemaba el vestido se tomó un vino y fumó un cigarrillo. (Créditos: Caters)
Mientras quemaba el vestido se tomó un vino y fumó un cigarrillo. (Créditos: Caters)

McKee acudió a la sesión de fotos armada con una botella de vino y gasolina. Primero comenzó llenando el vestido de barro, luego lo cortó y finalmente lo quemó mientras que posaba en corsé bebiendo vino. Asegura que fue una experiencia liberadora y le hizo sentirse “poderosa”. Su ex marido quería participar en la sesión pero ella quería que fuera algo solo para ella. Dice que colgará las fotos en su casa y que a su actual pareja le encantan.

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