Quiénes eran los padres de Fito Páez

La vida de Fito Páez estuvo marcada por las tragedias
La vida de Fito Páez estuvo marcada por las tragedias

La biopic de Fito Páez ya está disponible en Netflix y, al verla, muchos fanáticos del cantante, que estaban expectantes con el lanzamiento de El amor después del amor, podrán conocer detalles de la vida del rosarino, que estuvo atravesada tanto por el éxito como por la tragedia.

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La serie está producida por Juan Pablo Kolodziej y Mariano Chihade, de Mandarina Contenidos. Tiene ocho episodios en los que se recorren 30 años de historia del reconocido artista, no solo desde su trayectoria musical, sino también desde su intimidad, con datos y cuestiones poco conocidas.

Es que, por ejemplo, si bien los seguidores del rosarino conocen la importancia que tuvieron en su vida su abuela y tía abuela ―quienes fueron asesinadas en noviembre de 1986—, poco se sabe sobre sus padres.

¿Quiénes eran los padres de Fito Páez?

Su madre, Margarita, murió cuando él tenía solo ocho meses. A pesar de no haberla conocido, el piano que ella tocaba, y que estaba en su casa de infancia, fue muy importante en su desarrollo como artista. Por su parte, su padre, Rodolfo, un empleado jerárquico de la municipalidad y melómano, falleció en diciembre de 1985 y fue una figura clave en la vida de Fito, dado que fue quien lo introdujo en el mundo de la música.

El año pasado, Fito aprovechó el Día del Padre para dedicarle un posteo en Instagram a su progenitor. “Don Rodolfo Páez fue un padre noble y amoroso. Me mostró las músicas, los libros y las películas. Me compró mi primer piano eléctrico y me llevo a regañadientes a la cancha de Rosario Central”, escribió.

Además, en 2008, Fito contó algunos recuerdos de su infancia a la revista Rolling Stone: El llevaba la Municipalidad en Rosario y revisaba los expedientes. Yo leía el expediente y él se fijaba si la copia de él estaba bien. Y mientras tanto, se cargaba el tocadiscos con [Antonio Carlos] Jobim, con [Frank] Sinatra, con [Roberto] Goyeneche, con [Aníbal] Troilo, con Oscar Peterson, con [Claude] Debussy”.

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Asimismo, también rememoró la influencia que su madre tuvo en su vida musical. “Había un piano en casa, pero durante mi infancia no se tocó nunca: el fantasma de mi madre, todo eso”, reflexionó y, en esa misma entrevista, recordó la primera vez que se animó a sentarse frente al instrumento. “Era un piano familiar, de pared, a la vieja usanza. Era un piano alemán Forster muy raro: bordó, exótico, con unos candelabros. Y lo había tocado mi abuela, después lo tocó mi tía Charito junto con mi madre, que eran de la misma generación, y después quedó allí… Hasta que un viernes a la noche (estaban pasando El hombre que volvió de la muerte con Narciso Ibáñez Menta), bajé el volumen de la tele y, ante la sorpresa de todos, fui al piano y comencé a hacer unos clusters. Tenía menos de nueve años y se quedaron todos impactados. Estaba pensando en el cine, de alguna forma, haciendo música para una imagen intentando hacer que funcione. Y me lo festejaron mucho”.

El crimen de la abuela y la tía abuela de Fito Páez

El 7 de noviembre de 1986, Fito Páez estaba de gira en Río de Janeiro cuando le sonó el teléfono en la habitación del hotel que compartía con Fabiana Cantilo, su pareja en ese entonces. Así fue como el artista recibió la noticia de que habían asesinado a sangre fría a Josefa Páez, de 80 años, y a Delia Zulema Ramírez de Páez, de 76, tía abuela y abuela respectivamente; también a Fermina Godoy, la empleada doméstica de la casa que estaba embarazada. Fermina había recibido varias puñaladas, Josefa tenía marcas de cuchillo en su cuerpo y Delia, una bala en la cabeza.

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Un año más tarde, la Policía encontró a los culpables: los hermanos Walter y Carlos De Guisti. El primero había ido al colegio con Fito y, además, habían estado recientemente en la casa de las mujeres, donde llevaron adelante un trabajo de mantenimiento. Los asesinos aprovecharon el vínculo para volver a presentarse en el lugar y que ellas no temieran abrirles las puertas.