Raúl Filippi, el maestro de escuela de porte elegante y perfecto decir que se atrevió a cumplir su sueño de ser actor

Raúl Filippi, el maestro de escuela de porte elegante y perfecto decir que se atrevió a cumplir su sueño de ser actor
Raúl Filippi, el maestro de escuela de porte elegante y perfecto decir que se atrevió a cumplir su sueño de ser actor - Créditos: @Marcelo Gómez

Raúl Filippi fue galán en muchas telenovelas de la tarde y la noche, en los 80 y 90. Alto, de buen porte, ya lucía una cabellera gris siendo todavía joven, y ese era su distintivo. Nació en Buenos Aires el 6 de diciembre de 1943 y murió a los 73 años, el 17 de agosto de 2016. Fue maestro y ejerció la profesión durante unos pocos años porque su deseo íntimo siempre fue ser artista. Desde chico estudió teatro el centro cultural barrial, y hacía obras en teatro off hasta que dio el salto a la televisión. También era poeta y publicaba sus versos en revistas literarias.

Tuvo su primera oportunidad gracias a un concurso organizado por el Teatro Municipal General San Martín en 1976 para actuar en la obra Dulce, dulce vida, una versión musical de Así es la vida dirigida por Wilfredo Ferrán, de quien fue un gran amigo. Era un actor dúctil pero, por su porte, generalmente lo convocaban para interpretar galanes. Sus colegas recuerdan que tenía un decir perfecto, de aquellos actores que no necesitaban micrófono para hacerse oír en una sala de teatro . Además, durante algunos años fue dirigente de la Asociación Argentina de Actores, en la Secretaría Administrativa y en la Mutual.

Raúl Filippi
Raúl Filippi

En televisión fue un rostro muy popular. Debutó en Alta comedia, protagonizando El retrato de Dorian Grey, en 1976. Fue tan elogiada su interpretación que le abrió las puertas del medio y no dejó de trabajar hasta que se enfermó, unos años antes de su muerte. Fue parte del elenco de Andrea Celeste, Llena de amor, Las 24 horas. El ciclo de Guillermo Bredeston y Nora Cárpena, Teatro del humor, Veladas de gala, Un latido distinto, Casi una pareja, Como en el teatro, La comedia del domingo, Los exclusivos del 11, Tal como somos, Libertad condicionada, Vendedoras de Lafayette, Su comedia favorita, Amándote II, Detective de señoras, Soy Gina, Alta comedia, Dulce Ana, Los ángeles no lloran, Ricos y famosos, Los buscas de siempre y Se dice amor, entre otras.

En teatro trabajó bastante menos que en televisión. Hizo Tal como somos, dirigida por Alberto Migré, Cartas de amor a la Patria, dirigida por Rubén Stella, y Fiesta de casamiento y Hotel Berlín 1933, ambas dirigidas por Pablo Sodor. En cine participó en la película El hombre de la deuda externa, de Héctor Olivera, en 1984.

Rubén Stella fue también un gran amigo de Filippi y trabajaron juntos en varias oportunidades. “No es difícil hablar de Raúl ni tampoco seguramente demasiado variado lo que pueda decir. Siempre, invariablemente, me resultó una muy buena persona, respetuosa, simpática e inteligente. Era muy educado. Atributos no fáciles de encontrar hoy. Un maestro de grado, tal su oficio inicial, que se podía imaginar de pulcro guardapolvo blanco y que a uno le hubiera gustado tener. Buen amigo y solidario. Siempre de buen humor, agradecido, gentil, generoso y dispuesto al trabajo. Francamente no recuerdo ninguna situación desagradable o complicada. Un hombre delicado, sencillo en el trato, con ese humor agradable y con cierta acidez juguetona ”, enumera el actor.

Rubén Stella recuerda a Raúl Filippi:
Rubén Stella recuerda a Raúl Filippi: "Siempre, invariablemente, me resultó una muy buena persona, respetuosa, simpática e inteligente. Era muy educado. Atributos no fáciles de encontrar hoy" - Créditos: @Santiago Cichero/AFV

“Con él todo era un grato devenir. Recuerdo que en una oportunidad ensayando Cartas de amor a la Patria, que yo dirigía y Raúl disfrutaba muchísimo, llegué al teatro y escuché sonar, dulce y armoniosamente, un piano que yo sabía estaba entre cajas. Lo ejecutaba él. Inmediatamente, decidimos llevarlo al escenario y lo incluimos para recibir a los espectadores con Raúl ejecutando fragmentos de obras vinculadas a lo que veían a continuación, a la manera de obertura”, le confió Stella a LA NACIÓN.

Zulma Faiad lo conoció siendo muy joven. “Fue un gran amigo mío y de Wilfredo Ferran. Estuvo en una época difícil de mi vida, cuando me divorcié. Y me hizo mucha compañía. Muy buena persona y todo lo que vivimos fue muy personal, porque fuimos amigos de verdad . No me acuerdo dónde trabajé con él porque eso no fue importante. Importante fue la relación humana que hice con Raúl y con Wilfredo. Fue un compañero maravilloso y muy buen actor. Hay mucha gente que lo quiere y es lindo eso. Está en el cielo, pero acá dejó gente que lo quiere y lo extraña”, aseguró la actriz.

"Fue un compañero maravilloso y muy buen actor. Hay mucha gente que lo quiere y es lindo eso. Está en el cielo, pero acá dejó gente que lo quiere y lo extraña", dice Zulma Faiad - Créditos: @Hernan Zenteno
"Fue un compañero maravilloso y muy buen actor. Hay mucha gente que lo quiere y es lindo eso. Está en el cielo, pero acá dejó gente que lo quiere y lo extraña", dice Zulma Faiad - Créditos: @Hernan Zenteno

Fernando Lúpiz también fue su compañero en algunas ficciones. “Era una persona que amaba actuar y era muy sólido en su trabajo. Lo recuerdo como a un gran tipo. Tenía muy buen humor, siempre bien dispuesto. Y cuando mostraba los dientes con su sonrisa, iluminaba la pantalla. Era algo sobresaliente en él ”, rememora. También Patricia Palmer tiene un buen recuerdo de Filippi: “Un gran tipo Raúl. Hermoso compañero. No fuimos amigos. Simplemente, lo recuerdo con mucho cariño”.

La poesía de Filippi

Ya de chico escribía versos y con los años se animó a publicar algunos poemas en diversas revistas. Aquí, uno de ellos:

El Camino

Al pasar de mi vida he comprendido que la belleza del cuerpo por instantes enmudece

Sólo son instantes

Sólo son luces que por momentos encienden

Que lo importante es tu alma que de corazones sólo ella comprende

Que cuando envejecés solo te importará el recuerdo de un ausente

Que más valdrá el caramelo que te obsequió un adolescente

Que rezarás por tu alma al padre de las creaciones en lunas crecientes

Que contarás las horas para que tus nietos lleguen a besar tu rostro de arrecifes ardientes

Lo que importará, realmente, es que no tropieces con piedras rudas, de caminos con pendientes

Es verdad

Es honestamente cierto

Cuida tu cuerpo

Pero sin duda será tu alma que al final cruce los puros esteros