Raúl Astor y sus cuestionadas conexiones que hicieron a 'La cosquilla' triunfar en Las Vegas

Raúl Astor hizo una mancuerna exitosa con Topo Gigio en los 70's y 80's (Foto: Captura de pantalla)
Raúl Astor hizo una mancuerna exitosa con Topo Gigio en los 70's y 80's (Foto: Captura de pantalla)

Uno de los argentinos que vino a México y triunfó fue Raúl Astor. Lo hizo como productor, guionista, director y actor. Fue ampliamente reconocido por la dupla que formó con el ratón Topo Gigio en El show de Topo Gigio (1970 y 1986). Tras bambalinas fue conocido por su exigente carácter, gusto por las mujeres y dudosas relaciones comerciales en Las Vegas, Nevada.

Llegó a nuestro país en 1957. Gracias a su capacidad para hacer buenas relaciones públicas y su porte elegante, se posicionó rápidamente como hombre fuerte en la realización de las primeras telenovelas para Telesistema Mexicano (hoy Televisa). En 1960 produjo Donde comienza la tristeza y Pecado mortal, un melodrama que también dirigió.

Se ganó la confianza de Emilio Azcárraga Milmo, presidente de Telesistema Mexicano, al grado de que se le ofreció un cargo ejecutivo al interior de la empresa. La amistad entre ambos motivó a que ‘el Tigre’ le propusiera ser el rostro principal del programa La cosquilla en 1970 para buscar así posicionarse como uno de los contenidos más vistos de la televisora.

Astor conformó un elenco que incluyó a Héctor Suárez, Héctor Bonilla y Raquel Olmedo. También le dio su primera oportunidad laboral en televisión a Talina Fernández como una de las jóvenes presentadoras. La cosquilla se convirtió en un éxito inmediato. Los óptimos resultados propiciaron que Astor tuviera otra idea para sacarle más provecho al programa.

Le explicó a Azcárraga Milmo que se le ocurrió sacar al programa de los foros para efectuar una gira itinerante por el país y en Estados Unidos, principalmente en Las Vegas. ‘El Tigre’ no opuso resistencia a ese plan siempre y cuando continuara siendo un trancazo televisivo. Astor puso manos a la obra para sacar adelante su objetivo.

Después de recorrer México, La cosquilla se presentó en Las Vegas. ¿Cómo es que un programa de la televisión mexicana iba a presentarse como un espectáculo en vivo frente a un público que no tenía conocimiento de su existencia? ¿Acaso el idioma no era un obstáculo? Las presentaciones fueron exitosas. Pero, ¿por qué?

Raúl Astor tenía conexiones importantes con empresarios en Las Vegas. Talina Fernández fue quien declaró décadas después que el argentino mantuvo vínculos con “la mafia” de ese destino turístico estadounidense. Fuera de la televisión, el productor y actor era conocido por su gusto por la buena vida, lo que incluía llevarse bien con personajes adinerados y relacionarse con mujeres de alta alcurnia.

Sus romances esporádicos con bellas damas también fueron sonados. Su esposa, la actriz Chela Castro, lo sabía y lo perdonó. Ella misma dijo en vida que estaba enterada de los amoríos de su marido y que los consideraba simples deslices que no involucraban sentimientos. Se jactaba de ser la dueña de su corazón pasara lo que pasara.

Derivado de reuniones y fiestas logró estrechar lazos con hombres de negocios involucrados en el mundo de las apuestas. En intercambios de favores, Astor llevó La cosquilla a Las Vegas para atraer al público hispanoparlante y latino, el cual iba a ser acercado por hoteleros con paquetes especiales, lo que finalmente se tradujo en más derroche de ingresos por parte de los asistentes en casinos. Eran triangulaciones mercantiles lícitas de las cuales él se llevaba un porcentaje.

La comunicación que tenía con los poderosos de Las Vegas fue de gran alcance. Le brindaban toda la información relacionada a su elenco y staff de La cosquilla, es decir, el talento era espiado. Sus movimientos eran vigilados y avisados.

Por mucho tiempo se habló de que sus nexos comerciales iban a negocios más ilícitos, sin embargo nunca se le comprobó nada al respecto. Igualmente se dijo que sus nexos con poderosos del hampa en Nevada se debió a los secretos que sabía de ellos por lo que hacían en fiestas, así como por sus affaires.

Sobre las cosas que se decían de él, Azcárraga Milmo no prestaba atención, pues al final le entregaba cuentas con los altos índices de rating que generaba con La cosquilla y otros programas. De hecho, le tuvo tanta estima que cuando Astor retornó a Argentina lo nombró presidente de Televisa Argentina, cargo que ocupó hasta su muerte en 1995.

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