Yahoo Estilo La estrella infantil de Disney que se hizo 3 cirugías estéticas antes de los 18 años por la presión de la fama
La mayor parte de las estrellas que trabajaron para Disney pueden contar historias de terror sobre la presión que soportaron mientras afrontaban los cambios físicos propios de la adolescencia.
Miley Cyrus acabó sufriendo un trastorno de dismorfia corporal por todo el tiempo que pasó dando vida a Hannah Montana. Bella Thorne asegura que estuvieron a punto de despedirla por ponerse un bikini en público cuando tenía 14 años y Demi Lovato sostiene que la compañía vigilaba todo lo que comía e incluso controlaba si realizaba o no pedidos a domicilio a través de sus extractos bancarios.
Raven-Symoné saltó a la fama cuando fue seleccionada para formar parte del exitoso grupo musical 'The Cheetah Girls' creado por la compañía, que la llevó a aparecer en varias películas y grabar otros tantos discos de estudio.
Eventualmente consiguió graduarse a los papeles protagonistas con la serie 'That's So Raven' y se convirtió rápidamente en uno mejores activos del canal Disney Channel.
De cara al público, ella era la cara graciosa y un poco rebelde de Disney, pero en privado lidiaba con los mismos problemas de autoestima que muchas de sus compañeras de reparto. En su caso, su mayor inseguridad era su peso.
En 2003 apareció en la mítica portada de Vanity Fair que reunía a la realeza adolescente de Hollywood junto a Mandy Moore, las gemelas Olsen, Lindsay Lohan, Hilary Duff y Amanda Bynes, y Raven ha comentado en varias ocasiones que no se creía que la hubieran elegido para formar parte de aquel reportaje fotográfico con aquella chicas tan altas y delgadas.
Every detail of the 2003 Vanity Fair Young Hollywood cover lives rent free in my head. pic.twitter.com/XM5IUkwqia
— Sophie Vershbow (@svershbow) July 22, 2022
Lo que no había mencionado nunca hasta ahora es que en aquella época ya se había sometido en secreto a una liposucción y dos operaciones de senos.
La idea original fue de su padre, quien le "sugirió encarecidamente" que pasara por quirófano para reducir el tamaño de su pecho, y mientras firmaba los documentos legales necesarios le preguntó si había algo más de su cuerpo que le gustaría cambiar.
"Le respondí: 'Sí, si me hago una liposucción, ¿la gente dejará de llamarme gorda?’. Así que me hice un dos por uno... Fue un desastre, siendo tan joven y por lo doloroso que resultó", ha explicado en su podcast 'The Best Podcast Ever with Raven and Miranda'.
El posoperatorio acabó siendo la parte más complicada. Al despertarse comenzó a experimentar problemas para respirar, notaba la boca seca y al final tuvieron que volver a anestesiarla, y al día de hoy todavía le asusta no saber qué sucedió exactamente.
Pese a su mala experiencia, eventualmente volvió a pasar por el quirófano para hacerse otra reducción de senos antes de cumplir los 18 años porque había ganado peso y había subido varias tallas de sujetador.
Aunque le parte el corazón pensar en el escrutinio que tuvo que soportar, en ese caso en concreto no está tan segura de que resultara un error porque cree que sin esa operación a día de hoy sus pechos le llegarían "a los tobillos".
