El trágico final del actor que enamoró a un país con sus “mil caras” y dio una última entrevista sin que nadie sospechara nada

Gianni Lunadei
Gianni Lunadei, en Plata Dulce, película símbolo de la Argentina de "la bicicleta financiera"

“Benemérito señor director, le pertenezco”. Quién que haya vivido aquellos tiempos gloriosos de Mesa de Noticias por Canal 7 recuerda esta frase repetida hasta el cansancio por Della Nata, aquel empleado servil que interpretaba en una redacción periodística el polifacético Gianni Lunadei, frente al creativo Juan Carlos Mesa. Juntos crearon una dupla magistral del programa que al principio no encontraba su eje y terminó siendo un éxito que lograba entre 25 y 30 puntos de rating en los ‘80, manteniéndose así durante cinco años.

La Mesa que más sabía de noticias: Mesa de Noticias, por Canal 7, un boom de rating
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A propósito, Mesa solía recordar anécdotas imperdibles acerca del muy querido por todos, Lunadei: “Fundamos una amistad muy fuerte. Tuve historias más que divertidas con él de esa época. Muchas veces Gianni quedaba desnudo de la cintura para abajo y pedía al director que lo tomara desde la mitad del cuerpo para arriba. Así grabábamos. Fue el mejor villano de comedias que conocí”, lo definía Juan Carlos siempre con sonrisas.

Histriónico en todo momento, aún en la intimidad, junto a sus seres queridos, su familia, algo que a veces no es común entre los que manejan la comicidad de manera superlativa, Gianni desarrollaba ese fantástico rol de bufón, charlatán y comediante entre los suyos de manera genial. Así lo recordó Magdalena, su única hija mujer –los otros tres son varones: Valeriano, Alejandro e Ignacio- en una entrevista: “Era muy jodón. Como buen tano, ocupaba la cabecera de la mesa cuando nos juntábamos en familia. Como padre era excelente, compinche, nos dejaba hacer lo que quisiéramos, hermoso ser humano. Le sobraban anécdotas, historias, siempre tenía una distinta del tema del que se hablara. Le encantaba escuchar música clásica, siempre estaba relajado, en paz, y era muy oportuno: tenía el cuento o la broma justa para cada oportunidad”.

Gianni Lunadei
Gianni Lunadei, eterno y polifacético: desde el humor hasta Chéjov formaron su repertorio

Por eso sorprendió que el 17 de junio de 1998 se quitara la vida a los sesenta años: se disparó sentado en un sillón un tiro en la boca con una pistola calibre .32 mientras se encontraba en la más absoluta soledad. Sucedió en el tranquilo barrio de Coghlan en la casa de Avenida Congreso 3618, donde convivía con la actriz Perla Caron, su última pareja.

En ese 1998 venía sin trabajo, pero por contraposición, Lunadei había sido ternado para el Martín Fierro como “Mejor actor de reparto” por su brillante labor en Archivo Negro. A propósito, había criticado abiertamente la postergación que venían enfrentando a lo largo de la historia actores trascendentes. Lamentaba que no se valoraran aptitudes profesionales. Esto sucedió justo en el momento en el que se discontinuaron programas como Señoras y señores, El Rafa y el mencionado Archivo Negro versión II, algo muy perjudicial para alguien sensible como él que se bajoneaba cuando no podía ejercer su oficio de actor.

Sentía gran responsabilidad por sus hijos, por la familia, por eso se preocupaba tanto por el tema económico. “Poder pagar las cuentas que llegan todos los meses indefectiblemente, con eso estoy tranquilo”, aclaraba. Pero más allá de la plata, lo deprimía no trabajar de lo que tanto amaba.

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Quince años antes de su muerte había corrido la voz de se había suicidado. De inmediato él salió a desmentirlo: “Si alguien quiere matarse, lo hace, no me vengan con eso de los ‘intentos’. Solo sufrí un problema de presión, se magnificó y me internaron unas horas. Reconozco que estaba algo depresivo, pero nada más”, explicaba.

Diez años más tarde, en 1993, sufrió otros desequilibrios en su salud, se volvió a especular con que quiso quitarse la vida, pero no solo él salió a negarlo, sino también sus seres queridos. Sabía que el fantasma de esa nefasta noticia se repetía y eso era una de las pocas cosas que lo ponían de muy mal humor.

Famiglia unita

Solía repetir acerca de sus padres: “No eran personas de la cultura; mamá era modista y papá trabajaba de albañil, pero en 1943 y 1944 me hicieron conocer grandes espectáculos. Eso me marcó para siempre”. Así valoraba que ambos lo acompañaban siempre al cine y el teatro como salida familiar.

Un tano familiero: Gianni Lunadei construyó una familia con impronta italiana
Un tano familiero: Gianni Lunadei construyó una familia con impronta italiana

Nacido en Roma un 1° de mayo de 1938, cuando tenía 12 años, arribó solito a Buenos Aires enviado por su papá para unirse a su mamá, que ya se encontraba en la Argentina, a causa de la caótica situación que se vivía en Europa, que había pasado la Primera Guerra Mundial y, sin saberlo, era el caldo de cultivo de la Segunda.

Su padre llegó al país tiempo más tarde y la familia terminó instalándose en el oeste del conurbano bonaerense. Por eso Gianni estudió en una escuela experimental de teatro de Morón, y luego gracias a su talento formó parte del elenco de la Comedia Nacional y del Teatro San Martín.

Gianni Lunadei en El gordo y el flaco: era un todoterreno que no entendía de imposibles a la hora de componer personajes
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Hizo Yo pecador en radioteatro junto a Fray Mojica y Milagros de la Vega. Y con apenas 16 años debutó en teatro con el personaje de “George” en Todos eran mis hijos, de Arthur Miller. Luego continuó con La sombra de un republicano, de Sean O’Casey, y Platónov, de Antón Chéjov, y en clara demostración de sus aptitudes artísticas se destacó en Marat-Sade, de Peter Weiss y Arlequino, Servidor de dos patrones, de Carlo Goldoni, que lo llevó al premio Moliére. En 1991 se lo distinguió con el Konex como Actor de comedia en Radio y Televisión.

Como era dueño de una versatilidad digna del elogio de grandes colegas que lo admiraban, podía pasar del drama más encumbrado al humor más sencillo en lo que dura un chasquido. Así demostró su histrionismo inigualable en Los hermanos Torterolo, Matrimonios y algo más, Los hijos de López, Locas por ellos, Señoras y señores, Archivo negro y El gordo y el flaco, entre otros.

Arlequino, servidor de dos patrones de (1974) con la dirección de Villanueva Cosse y la producción a cargo de China Zorrilla, el elenco se integró con Ulises Dumont, Gianni Lunadei, Pepe Novoa, Mirtha Busnelli, Mariquita Valenzuela, Alicia Aller, Néstor Hugo Rivas, Carlos del Burgo y el uruguayo Roberto Jones
Arlequino, servidor de dos patrones de (1974) con la dirección de Villanueva Cosse y la producción a cargo de China Zorrilla, el elenco se integró con Ulises Dumont, Gianni Lunadei, Pepe Novoa, Mirtha Busnelli, Mariquita Valenzuela, Alicia Aller, Néstor Hugo Rivas, Carlos del Burgo y el uruguayo Roberto Jones

En cine debutó en Juan que reía y luego siguieron Cuatro pícaros bomberos, De cara al cielo, Allá lejos y hace tiempo, Comedia rota, Plata dulce, Las puertitas del señor López, Las locuras del extraterrestre y La redada (que cuenta la razzia ordenada por Antonio Domingo Bussi para “vaciar” de indigentes la ciudad de Tucumán). Y brilló como protagonista en La clínica del Dr. Cureta interpretando al médico Saúl Cureta, más empresario que profesional, obnubilado por convertirse en poderoso y millonario.

Una semana antes de morir concedió diversas notas por su participación como Pirate Puppet en la película Dibu 2: La venganza de Nasty, dirigida por Carlos Gallettini. Se mostró muy divertido, fiel a su estilo, quizás disimulando con un personaje que no permitió advertir la decisión que tomaría horas después.