La reacción de Mirtha Legrand ante un mensaje “secreto” del papa Francisco que le contó a Jimena Monteverde: “No puedo creerlo”
Mirtha Legrand dejó en claro anoche que es una gran admiradora del papa Francisco. Es que la diva de los almuerzos se emocionó cuando Jimena Monteverde, quien estuvo de viaje en el Vaticano la semana pasada, le dio el mensaje que el sumo pontífice le mandó de manera especial. “No puedo creerlo”, lanzó apenas escuchó las palabras de su fiel cocinera.
“¿Cómo estás, Mirtha? Te extrañé. De verdad”, arrancó Monteverde cuando Mirtha la invitó a pasar al estudio para dar los detalles de la cena que compartió con Fernando Burlando, Mariana Brey, Franco Mercuriali y Arnaldo André. Y sin esperar respuesta, siguió: “¿sabés que tengo un mensaje para vos? El Papa a la única persona que le habló fue a mí. Yo le mandé tu videíto, que le mandaste saludos, y me dijo ´un beso grande para Mirtha´”. “Ay, no puedo creerlo”, reaccionó la Chiqui, y se tapó de inmediato la cara con las manos. “Decile que la veo siempre, pero decíselo en secreto. Así que te lo digo en secreto pero alguien nos va a ver, seguro´”, siguió Monteverde. “Su Santidad, ¡Dios mío!, qué maravilla”, alcanzó a decir la diva todavía emocionada. “Estoy pecando”, bromeó luego la cocinera en relación a su infidencia.
“Yo te vi en una foto dándole la mano”, le comentó Mirtha sobre las imágenes que trascendieron del encuentro. “Sí, le di la mano y me estaba hablando ahí de vos”, reveló entonces Monteverde. En ese momento, la conductora se dio vuelta y con un gesto de orgullo miró a sus invitados y pidió “un poco más de respeto”.
Sobre lo que fue a hacer al Vaticano, Monteverde aprovechó una pregunta de Arnaldo André para contar que fue a cocinar a una fundación del papa Francisco. “¿Y qué le cocinaste?”, quiso saber Mirtha. “Hicimos un poco de todo porque en realidad fue como un intercambio cultural. Él tiene una asociación, una casa donde acoge a los inmigrantes, y ahí les enseñan oficios”, agregó.
“Tenerlo al lado al Papa la verdad es que es…”, quiso cerrar su intervención la cocinera, pero Mirtha no la dejó terminar la frase. “¿Es simpático?”, interrumpió. “Es muy simpático, sí, sí”, confió. “¿No te dijo nada si venía?”, consultó Legrand intrigada por una posible visita del argentino, quien desde que fue nombrado Papa nunca volvió al país. “Todo el mundo le pide que venga. Yo creo que va a venir. Después lo llamo y le pregunto”, retrucó Monteverde, y soltó una carcajada. “No puede ser, un Papa argentino y que no venga”, se quejó la Chiqui.
Luego de la experiencia, la cocinera compartió la emoción que le generó la experiencia en su cuenta de Instagram. “Otra sorpresa que me dio la vida!! Fui a cocinar a Roma para una organización mundial que educa jóvenes y a inmigrantes, sin recursos a través del arte, el deporte y la música y también la cocina!!”, escribió junto a sus fotos con el Papa. De inmediato, la publicación se llenó de comentarios, felicitaciones, corazones y “likes”. Además, compartió una historia en donde se la ve tomando la mano del Papa con un guiño a Mirtha: “El Papa diciéndome que nos ve por la tele, @mirthalegrand”, acotó,
Una carta, diez años atrás
En 2013, el mismo año en el que se convirtió en Papa, Mirtha Legrand invitó al pontífice a uno de sus almuerzos. A través de una emotiva carta, Francisco rechazó la propuesta. Fue la misma conductora quien contó los detalles de ese ida y vuelta durante su programa.
“Que el Señor le retribuya su gentileza”, fue lo primero que escribió el Papa en su texto. “Respecto de una reunión en su programa, no lo veo posible porque no suelo hacerlo. Le ruego que no lo tome a mal, pero es mi modo de proceder. Ya le he negado esta posibilidad a otros medios”, se excusó el Santo Padre. Además, le prometió que la recibiría en un eventual viaje de Legrand a Roma.
“Hay dos películas, Claro de luna y Abuso de confianza que me marcaron. Se hicieron buenas cosas en el cine argentino”, comentó además el pontífice, en referencia a dos films que protagonizó la conductora junto a su hermana. El Papa concluyó el texto con una frase que lo caracteriza: “Le pido por favor que rece por mí, porque lo necesito”.