Rebecca de Alba y los tragos amargos de ser una mujer tan bella: hasta sus 'suegros' la pretendían

La conductora ha confesado que hasta vio fracasar un romance porque los padres de sus pretendientes la ponían en situaciones incómodas

La conductora Rebecca de Alba fue pretendida por los papás de sus parejas debido a su belleza (Photo by Mario Castillo/Jam Media/LatinContent via Getty Images)
La conductora Rebecca de Alba fue pretendida por los papás de sus parejas debido a su belleza (Photo by Mario Castillo/Jam Media/LatinContent via Getty Images)

Ser guapa es un arma de doble filo. Sin duda, tal como lo han reconocido figuras del espectáculo, es una llave para abrir puertas. Sin embargo, según lo que han contado otras estrellas sobre sus experiencias de vida, también puede ser una condena. En cuestión de amores, por ejemplo, es un riesgo para consentir el corazón. A Rebecca de Alba su belleza le ha significado un bloqueo para amar.

Y no es exageración. La propia conductora ha confesado que desde muy joven comenzó a padecer acoso y hostigamiento bajo el escudo de seducción por parte de quienes la pretendían, en ocasiones, hombres mayores que ella.

En entrevista con el periodista español Alberto Peláez, De Alba comparte cómo ha sido la relación con la toxicidad varonil a lo largo de su carrera, misma que comenzó al haber ganado el concurso Pasos a la fama convirtiéndose en Señorita Dorian Grey 1985 como representante de Zacatecas.

"No hubo Miss Zacatecas. Fue Miss Dorian Gray. La canción era ‘pasos a la fama, pasos Dorian Gray’. Yo les decía que no era ‘pasos a la cama, pasos…’, no. Tienes que hacer las cosas sin meterte a la cama con nadie. Descúbrete si eres talentosa. Y si no eres talentosa, prepárate", detalla en la entrevista.

Acto seguido, a la pregunta expresa del periodista sobre si recibió propuestas indecorosas para pasar la noche con alguien más, la conductora respondió que sí. Hubo casos en que ni siquiera se lo decían de manera frontal sino a través de otros mecanismos.

"Claro, por supuesto, desde muy joven. A cambio de una casa… Ya te podría haber invitado a mi casa en Tecamachalco, ya te podría haber invitado a mi casa en Las Lomas, a un viaje en barco. Yo tenía 23 años, 22, y directamente iba a hablar con el que me estaba pretendiendo para pedirle que me lo dijera en la cara".

Las propuestas se volvieron peligrosas cuando quiso darse una oportunidad para el romance. Toda vez que encontraba pareja e iniciaba un noviazgo, De Alba tuvo que enfrentarse a una adversidad que no contemplaba en el camino y la puso contra la pared. ¿Cuál? Los padres de sus novios. No porque se opusieran al noviazgo, sino porque empezaron a pretenderla.

"También me ha pasado que papás de los hombres con que salgo me pretendían a mí también. ¡Qué difícil! Es una falta de respeto y de principios al mismo hijo por tirarle la onda a quien va a ser la novia", le narra a Alberto Peláez.

Esa situación terminó por afectarla en relaciones que procuró y valoró. Convencida de sus sentimientos por el hombre que tenía a su lado, se vio en la necesidad de herir a alguien más y herirse a sí misma por culpa de ‘suegros’ con comportamientos inapropiados.

"A mí el papá de un novio me arruinó la relación. Yo estaba feliz con ese novio, pero de repente el papá comenzó a buscarme para salir y lo mandé al diablo, obviamente. Pero ya no fue lo mismo y tuve que terminar esa relación".

Luego de haber transitado por esos pasajes que se interpusieron en sus probabilidades de tener relaciones duraderas y, por qué no, de formar una familia, la conductora se concentró en priorizar sus cualidades y virtudes para desarrollarse en el plano profesional. Hizo de su belleza una herramienta para definir una imagen en la televisión.

"Mi talento aplasta mi belleza. A veces puedes recurrir a muchas cosas porque no tienes el suficiente talento… Pero el talento para vivir. Hay que tener talento para vivir".

En cuanto a los vínculos afectivos, ella admite que siguió recibiendo insinuaciones con el paso de los años. No obstante, tras haber vivido lo que vivió, se hizo más selectiva. Asimismo, se ha descubierto como una persona que disfruta estar sola, que no requiere de la compañía de un varón para sentirse plena, aunque tampoco se cierra al amor. Simplemente es más minuciosa para elegir.

"La soledad, creo, es muy necesaria. Es importante que aprendamos a convivir con ella. Finalmente, la soledad es una gran acompañante cuando es voluntaria. No hay que tener miedo a estar sola".

Es en la soledad donde Rebecca de Alba encuentra un espacio para sentirse segura, cómoda y sin tener que padecer la atención no deseada debido a su belleza.

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