Por qué es tan importante dejar de fumar antes de quedarse embarazada

El fumador pasivo -incluido el feto de una embarazada- inhala hasta 4.000 sustancias tóxicas. Por eso, desde Socidrogalcohol instan a las mujeres fumadoras a ponerse en tratamiento de la adicción al tabaco cuando planifican quedarse embarazas

Fumar durante el embarazo altera el ADN de los fetos. (Foto: Fotolia)
Fumar durante el embarazo altera el ADN de los fetos. (Foto: Fotolia)

En el Día Mundial Sin Tabaco, la Científica Española de Estudio sobre el #Alcohol, el #Alcoholismo y las otras #toxicomanías (Socidrogalcohol) recuerda que el consumo de tabaco causa miles de muertes al año.

También señalan que el tabaquismo es el responsable de numerosos tipos de cánceres y enfermedades respiratorias, del corazón, de las arterias de todo el organismo, y acorta la vida de los fumadores hasta en 10 años.

Sobre todo, el tabaco causa adicción, una enfermedad que anula la voluntad del fumador y que hace muy difícil reducir o abandonar su consumo, causando graves consecuencias en la salud del propio individuo y también en la salud del entorno más cercano.

De hecho, el principal afectado es el fumador pasivo, es decir, aquellas personas que inhalan el humo del tabaco sin fumarlo.

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El humo inhalado por un fumador pasivo puede ser incluso más perjudicial por las concentraciones de sustancias perjudiciales. (Getty)

El humo contiene más de 4.000 sustancias tóxicas que pueden producir alteraciones respiratorias, cardio-vasculares, otorrinolaringológicas y varios tipos de cáncer, entre los que predomina el cáncer de pulmón. Los más vulnerables a esta exposición son los niños.

Por este motivo, se empiezan a plantear medidas de prohibición del consumo de tabaco en vehículos con menores dentro.

Mujeres fumadoras

El mayor fumador pasivo que existe es el feto de una embarazada que consume tabaco durante el período de gestación. Al igual que ocurre con el alcohol, el tóxico del tabaco atraviesa fácilmente la barrera placentaria, sobre todo la nicotina y el monóxido de carbono, las cuales producen serias alteraciones en el normal desarrollo del no nato.

Algunas de estas alteraciones son:

  • Reducción del peso al nacer.

  • Mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.

  • Mayor riesgo de partos prematuros.

  • Mayor riesgo de abortos espontáneos o alteraciones placentarias como el desprendimiento prematuro de la misma o la placenta previa, que es una posición anómala de la placenta.

Es importante que una mujer embarazada consumidora de tabaco se plantee el cese de este consumo. El tratamiento especializado de la adicción al tabaco aumenta las probabilidades de dejar de fumar o, por lo menos, reducir sustancialmente el consumo de tabaco. Incluso sería recomendable que si el embarazo se está planificando, la reducción del consumo se haga desde antes de quedar embarazada para evitar el impacto de la abstinencia de tabaco y de los medicamentos (para dejar de fumar) sobre el embrión o el feto.

Es importante saber que el éxito de la cesación tabáquica en personas que lo hacen sin ayuda es sólo de un 5 por ciento frente a un 30-40 por ciento de éxito en personas que siguen un tratamiento con medicamentos específicos y apoyo psicológico, en ocasiones en forma de grupo de ayuda mutua, otras con un apoyo individualizado o incluso una combinación de ambas.

Los medicamentos que han demostrado ser de utilidad para dejar de fumar son los sustitutivos de la nicotina como parches, chicles, comprimidos sublinguales o espray. Por lo que se recomienda consultar con los médicos y enfermeras especialistas en conductas adictivas o bien con los de atención primaria.

“Cuando una persona que ha desarrollado adicción al tabaco, deja de fumar, presenta los síntomas característicos de la abstinencia del tabaco: irritabilidad, mal humor, nerviosismo, intranquilidad, dificultad para concentrarse, para dormir, aumento de apetito y disminución del estado de ánimo. Se trata de un malestar transitorio que disminuye progresivamente si la persona se mantiene sin fumar y si va tomando los medicamentos específicos para dejar de fumar, por lo menos durante 12 semanas. Conforme van pasando los días, los síntomas de abstinencia van desapareciendo y la persona empieza a notar los beneficios de dejar de fumar”, explica Josep Guardia Serecigni, vicepresidente de Socidrogalcohol.

Si alguno de los síntomas persiste, semanas después de haber dejado de fumar, como por ejemplo el control del peso o del estado de ánimo, se puede hacer un tratamiento específico del síntoma cuya recuperación se haya prolongado. Sin embargo, si la persona sigue fumando, la gravedad de la adicción puede seguir intensificándose y las consecuencias perjudiciales seguirán empeorando inevitablemente.

Beneficios de dejar de fumar

Las mejoras sobre el organismo se hacen notar a partir de los 20 minutos desde que se deja el mal hábito, con la normalización de la presión arterial y el pulso.

A partir de unas horas se empiezan a notar otras mejoras como la disminución del monóxido de carbono en sangre, disminución del riesgo de un evento cardíaco e incluso la regeneración del olfato y el gusto.

A partir de varias semanas y meses mejora la circulación, disminuye la fatiga y la tos.

Y a partir del año, empiezan a disminuir las posibilidades de padecer cardiopatías y cánceres.

Además del tratamiento (fármacos y terapia de apoyo emocional), existen actividades alternativas saludables que ayudan a controlar la ansiedad generada por el síndrome de abstinencia, tanto hábitos deportivos (andar o realizar cualquier otra actividad) como llevar una buena alimentación.

Por último, debes tener en cuenta que es habitual que se incrementen entre 2 y 3 kilos de peso en el caso de los hombres y 3 o 4 en las mujeres, por lo que revertir hábitos va a ser fundamental para el control del peso.

En cualquier caso, este aumento de peso es mucho menos grave que seguir fumando y tiene mejor solución, ya que los kilos de más se pueden perder con facilidad una vez que haya desaparecido la ansiedad y superado la dependencia de la nicotina.

Según la Guía del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) estas son las 7 claves para afrontar las situaciones difíciles cuando estás intentado dejar de fumar:

  1. Entretenerte con otra cosa cuando sienta ganas de fumar.

  2. Cambiar tus rutinas.

  3. Desarrollar alguna actividad para reducir la tensión emocional.

  4. Planear hacer cada día algo que haga disfrutar y te proporcione placer.

  5. Buscar personas que te apoyen. Muchas veces, personas que ya han dejado de fumar se convierte en una de las principales motivaciones para aquellos que deciden acabar con su adicción.

  6. Si es preciso, buscar apoyo profesional.

  7. Aprender a disfrutar de esas pequeñas mejoras y ventajas que experimentarás como exfumador.

¿Eres fumador o exfumador? ¿Con qué método lograste dejarlo?

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