Reese Witherspoon se refugió en el trabajo para superar su divorcio de Jim Toth: 'Era un robot roto'
La actriz Reese Witherspoon ya adelantó el pasado verano que no tendría reparo en abrir las puertas de su corazón en las redes sociales y otras plataformas públicas. Su intención de expresarse con más transparencia de la habitual acerca de los entresijos de su vida personal tenía un trasfondo muy claro: su sorprendente separación de Jim Toth, su segundo marido y padre de su pequeño Tennessee, en el mes de marzo.
Y ha cumplido su palabra. La intérprete ha aprovechado su discurso de este sábado en el evento 'Shine Away', celebrado en Los Ángeles, para reflexionar sobre la relación tan particular que mantenía con su trabajo. "Soy una persona que llena su agenda para sentirse menos sola. El trabajo siempre ha sido mi bomba", señaló en el marco de un acto organizado por su propia productora 'Hello Sunshine'. La oscarizada artista no ha querido ocultar en ningún momento a qué se debe esa situación de soledad.
Durante su crisis matrimonial con Toth, la protagonista de series como 'Big Little Lies' intensificó notablemente las horas que dedicaba a sus proyectos profesionales, hasta el punto de perder el necesario "equilibrio" entre las diferentes facetas de su día a día. Y llegó un momento en el que, con la separación ya en marcha, esa dinámica se volvió en su contra y la convirtió en un "robot roto". "Me costaba alcanzar el equilibrio fuera del trabajo. Y me di cuenta de que no estaba funcionando: era como un robot y el robot se había roto. Y lloraba y lloraba...", admite.
Tras casi 12 años de unión, Reese Witherspoon y Jim Toth anunciaron el fin de su historia de amor en marzo. Ese momento supuso un punto de inflexión en la vida de la afamada actriz, quien había estado casada anteriormente con el también actor Ryan Phillippe -padre de sus hijos mayores, Ava y Deacon. Para salir del oscuro agujero en el que se encontraba, la intérprete no dudó en recurrir a las lecciones extraídas de sus antiguos libros de autoayuda y a la terapia profesional, sin olvidar el bagaje que venía acumulando desde que tenía apenas 20 años.
"Es muy importante recordar que tienes que ser tu propio pegamento, el pegamento que te mantenga unida. En esos tiempos no me estaba cuidando mucho y no había pedido ayuda a nadie", ha manifestado para, justo a continuación, reivindicar su fortaleza en los momentos difíciles. "He aprendido mucho. Y no culpo a nadie. Solo quiero recompensarme a mí misma por todo lo que la pequeña Reese ha vivido", sentencia.