La reinvención de Monica Lewinsky como modelo

¿Cuál es el siguiente acto en la carrera de Monica Lewinsky, la exbecaria de la Casa Blanca convertida en activista contra el acoso escolar, escritora y productora? Modelar. Lewinsky es la estrella de una nueva campaña que la marca de moda Reformation presentó la semana pasada.

La campaña, intitulada “You’ve Got the Power” (El poder es tuyo), pretende promover no solo la marca, sino también la inscripción al padrón de votantes antes de las elecciones de 2024. Lewinsky, de 50 años, declaró a The New York Times que se sentía halagada, aunque un poco desconcertada, por haber sido elegida para el proyecto, que es —no por casualidad— el hito más reciente en su camino hacia la autoaceptación.

Lewinsky creció en Los Ángeles, una ciudad donde, según ella, la belleza se conseguía “con humo y espejos” y ella “no encajaba en el molde”. Era una castaña “regordeta” que, decía bromeando, tenía “tetas” de verdad.

Aunque Lewinsky dijo que le encantaba tener la oportunidad de lanzar “un recordatorio amable a las mujeres para que se inscriban en el censo electoral” con la campaña, no tardó en reconocer que el proyecto también apelaba a su vanidad. Lo vio como una forma de ganar “credibilidad ante una nueva generación”, dijo, y esperaba que el factor genial de Reformation se le pegara de alguna manera.

“Aprovecho cualquier oportunidad para que la gente piense que soy genial”, comentó riendo por teléfono desde su casa en Los Ángeles. Desde que se dio a conocer la campaña, algunas personas en las redes sociales han dicho que es la primera vez que oyen hablar de Lewinsky; otros la han calificado de icono.

En una serie de fotografías de Zoey Grossman, Lewinsky proyecta seguridad en sí misma y una sensualidad sutil. Algunas imágenes la muestran jugando a ser la jefa, con el pelo peinado hacia atrás, luciendo prendas como una gabardina de cuero negro y un vestido largo de cuello redondo. En otra, derrocha glamur con un top rojo ceñido y una falda acampanada a juego.

Según Hali Borenstein, directora general de Reformation, el vestuario apropiado para el trabajo que presenta la campaña, cuyo precio oscila entre los 78 y los 798 dólares (por la gabardina de cuero), se concibió para atraer a un abanico cada vez más amplio de consumidores. Alrededor del 70 por ciento de los clientes de Reformation son menores de 35 años.

La idea de acercarse a Lewinsky surgió de Lauren Caris Cohan, directora creativa de Reformation, quien dijo que admiraba a Lewinsky desde que escuchó “El precio de la vergüenza”, su charla TED de 2015 en la que hizo campaña por un mundo libre de acoso. Cohan dijo que le impresionó que Lewinsky “usara su voz para hacer el bien” y recordó entre risas cómo esperó poder reclutar a Lewinsky para la campaña invitándola a cenar y regalándole una bolsa llena de suéteres de cachemira Reformation.

Para Lewinsky, que nunca había sido fotografiada para una campaña de moda, hubo algunos retos. “No me siento cómoda delante de una cámara”, dijo. “Para mí es estresante incluso elegir lo que se supone que tienes que ponerte”. Para ayudarla a posar con confianza, el equipo de mercadotecnia de Reformation le proporcionó un instructor. “Ese gesto me ayudó mucho”, relató Lewinsky.

Sin embargo, la posibilidad de posar de manera seductora para una sesión fotográfica hizo resurgir en ella muchas de las inseguridades que la habían atormentado de niña y de joven, cuando a finales de los noventa fue sometida a un escrutinio implacable a causa de su aventura con el entonces presidente Bill Clinton. “La gente no fue muy amable”, afirmó. “Y no eran muy respetuosos con mi aspecto. Esas experiencias me siguen afectando hoy”.

La experiencia le ha costado, pero también le ha enseñado. “Estoy aprendiendo a capear el temporal”, afirmó. “Descubrí que la resiliencia es un músculo que se desarrolla”.

Lewinsky, redactora colaboradora de Vanity Fair, dijo que estaba “aceptando la idea de que puedo tener una carrera multifacética”. En sus planes está incluir un mayor activismo en favor de la salud mental, una consecuencia de su postura casi evangélica ante el acoso escolar. “Se ha convertido en una prioridad para mí”, afirmó.

También tiene la intención de desarrollar proyectos cinematográficos que apoyen a las mujeres. Entre ellos, una miniserie de televisión sobre el drama de Amanda Knox, una estudiante universitaria que fue condenada por asesinato y, posteriormente, exonerada.

La dedicación de Lewinsky al trabajo no es más que un indicio de su sorprendente capacidad para recuperarse. “Mi terapeuta, que se ocupa de los traumas, me dijo que se necesita que las cosas sean diferentes durante mucho tiempo para empezar a sentirme segura”, dijo.

c.2024 The New York Times Company