La Renga vuelve a tocar muy cerca de la Ciudad de Buenos Aires

La Renga. Conocé tema por tema cómo es su último disco.
La Renga se presentará los próximos 20 y 27 de agosto en Tecnópolis - Créditos: @Ignacio Arnedo

La Renga tocará en Tecnópolis el 20 y el 27 de agosto. Así lo anunciaron el trío de Mataderos y el productor José Palazzo en las redes sociales. En esta oportunidad, presentarán las canciones de su último álbum, Alejado de la red. Las entradas para ambos conciertos se pondrán a la venta el próximo miércoles 20 de julio a través del sitio de la banda .

Los rumores llegaron a su fin. Después de muchas elucubraciones sobre cuándo la gira Alejado de la red, que ya tuvo escalas en Córdoba, Salta, San Luis, Neuquén, La Plata (cuatro fechas en el Estadio Único), Corrientes y Chile llegaría a Buenos Aires, trascendieron las nuevas fechas. Aunque los conciertos, técnicamente, serán en la provincia de Buenos Aires, es lo más cerca que La Renga va a estar de regresar a Capital Federal después de sus cuatro shows en Huracán, en 2017, ese gran regreso que se celebró después de que la banda estuviera vedada por más de diez años en suelo porteño.

Durante 2020, Chizzo, Tete y Tanque se animaron a los shows por streaming. Después llegó el lanzamiento de Alejado de la red, su decimosegundo disco de estudio, y también el primero en no publicarse en CD -se editó en vinilo y para plataformas digitales-.

La Renga en La Plata

Con una escenografía imponente, que incluía dos pantallas gigantes que emulaban el recorte de una ciudad a los costados del escenario, La Renga desplegó un arsenal sonoro contundente que marcó una línea de continuidad en el profesionalismo y el perfeccionamiento técnico que han desarrollado a lo largo de los años. El repertorio elegido respondió también a una lógica ya transitada y probada por el grupo de alternar estrenos con clásicos, como en una suerte de pacto. En dos horas y media de show tuvieron lugar para todos los temas del disco, para infaltables como “El final es en donde partí” y “En el baldío”, y también para rarezas como “Circo romano”, con sección de vientos extendida. “Balada del diablo y la muerte” y “Lo frágil de la locura” se contaron por el lado de los grandes ausentes.

Ya pasada la medianoche, la tanda de bises incluyó “Panic show”, “El viento que todo lo empuja” y “Hablando de la libertad”, el tema histórico para cerrar los shows del grupo desde mediados de los 90.

Sobre Alejado de la red

“La portada de Alejado de la red, un collage de psicodelia digital en el que todo se vuelca como en un vómito sobre un mandala maximalista, ya deja en claro que La Renga vuelve al espacio, de la forma en la que lo hicieran con Algún rayo (2010)”, dice la crítica de LA NACION, sobre el álbum. “Si para La esquina del infinito (2000) la idea era encontrar trascendencia desde el barrio hacia el más allá, aquí parecen ya elevados aunque sin despegar las Topper de lona del asfalto”.

El nuevo disco de estudio de La Renga suena pesado, con el setentismo del lado del rock más duro. Tete suena al frente, Tanque desenfrenado y los dedos de Chizzo siempre mereciendo más de lo que el canon le ha otorgado. Establecido el pack (que completa Manu en armónica, saxo y teclados), el grupo suma bronces en temas como “Flecha en la clave” pero, en líneas generales, deja todo acotado a ese círculo íntimo que no deja grieta alguna.

Pensado con el vinilo como soporte, Alejado de la red puede entenderse en dos lados. El primero bien al palo, sin bajar un cambio y con los dientes apretados, recuerda las incursiones más duras de La Renga, aquellas en la que los riffs y la velocidad importaban más que los estribillos, el gran debe del disco. Sin encanto estribillero, se hace difícil avizorar esa frase con destino de grafiti, como les fue costumbre. “Parece un caso perdido” y “Elefantes pogueando” funcionan allí como apertura y cierre de una tetralogía de ese proto heavy sin matices que el grupo supo construir, sobre todo desde Detonador de sueños (2003).

El lado B encuentra sí los puntos de mayor apertura, siempre en términos de la estética acabada del grupo. Los cuatro temas finales casi pueden ser leídos como una oración completa: “En bicicleta”, “el que me lleva”, “Para que yo pueda ver” y “Alejado de la red”