RESEÑA : Amenaza Explosiva | El thriller que te mantendrá al filo de la butaca dentro de un sólo escenario

A menudo juzgamos las películas que caen en lugares comunes, o que presentan historias ya contadas como una señal de la falta de creatividad y calidad de manera narrativa. Sin embargo, con un argumento tan común es posible generar grandes emociones en el espectador, simplemente debe contar con las herramientas adecuadas. Una de las claves, por su puesto, es la dirección ante un guión estable, pero en particular para Amenaza Explosiva (88%), su punto más fuerte son las actuaciones, lo que le da verosimilitud.

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La película coreana dirigida por Changju Kim, presenta a un padre de familia que está a punto de llevar a sus hijos a la escuela en lo que parece ser una mañana común. Lo que pretende ser otro día dentro de la rutina, comienza a tornarse extraño cuando Lee Seong-gyu, interpretado por Woo-jin Jo (Narcosantos (55%)), recibe una llamada telefónica de un teléfono desconocido. Después de ignorarlo un par de veces, pareciendo extraña la insistencia, Lee responde y es cuando todo da un giro.

La voz en el teléfono le informa que dentro del auto hay una bomba, y si alguien sale del mismo esta podría detonar. A pesar de que en un principio el padre de familia parece incrédulo, comienza a tomar algunas precauciones, hasta que su socio Jung-ho, de Jun Suk-ho, le llama desesperado para avisarle que alguien le ha llamado para decirle que en su auto también hay una bomba. Es entonces cuando el protagonista ya es consciente del peligro, y luego de algunos incidentes, él se convierte en el principal sospechoso.

La película cuenta con todo tipo de matices mientras explora más de un género; su esencia principal está ubicada en el thriller en tanto lo que los personajes enfrentan el hecho de que su vida está en peligro, pero también hay puntos específicos de tensión, el drama familiar e incluso sus momentos de persecución automovilística resultan mucho mejores que cualquier cinta en donde los autos son los protagonistas.

Como se mencionó en las primeras líneas, esta película parece contar con una de las tramas más vistas entre la persecución automovilística en donde la víctima es considerada el principal sospechoso, y el criminal que se esconde detrás de un teléfono poniendo en peligro la vida del protagonista; podríamos mencionar títulos como Phone Booth dirigida por Joel Schumacher y protagonizada por Colin Farrell, Celular (55%) de David R. Ellis protagonizada por Chris Evans, y hasta la saga de Rápido y Furioso (53%).

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Sin embargo, la calidad le supera a aquellos títulos gracias a la manera en la que Changiu Kim logra darle forma al largometraje completo. Es de destacar que desde el primer acto consigue generar tensión y mantiene un ritmo bastante rápido y funcional todo el tiempo. Cabe mencionar que esta es la cinta con la que Kim debuta como director después de una larga trayectoria en el área de edición – en donde una de las cintas destacadas en las que colaboró fue El Expreso del Miedo (95%) de Bong Joon-ho.

Hay que reconocer también que el guión, a cargo del mismo Changiu Kim, en colaboración con el guionista italiano Alberto Marini – guionista de El Desconocido (100%) –, sabe mantener los puntos más importantes de la película en alto a pesar ser, en apariencia, una trama simple, haciendo que funcione a lo largo de alrededor de 90 minutos dentro de un solo espacio que es el automóvil. Pero el arma más fuerte es, sin duda, la intensidad de las interpretaciones.

Si algo destaca en los intérpretes coreanos es lo enérgico de sus papeles, algo que es más que su sello considerando que, en general, las personas de aquel país lo son todo el tiempo al hablar. Para el espectador de occidente en ocasiones podría parecer exagerado, pero en este caso en particular, la intensidad es lo que aporta y llena de vida a la película. Cada una de las expresiones de Jo Woon-jin son por completo auténticas.

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Desde el momento en el que pretende que todo está bien, a pesar de que les dice a sus hijos de la amenaza de bomba, pero que seguramente es una mala broma, hasta cuando ruega por su vida y la de sus hijos. La autenticidad de cada gesto, con dolor, angustia e incertidumbre, es la que le da vida a la película y mantiene al espectador atrapado cada segundo. Los hijos por supuesto que colaboran, Jae-in Lee, que interpreta a la hija preadolescente Lee Hye-in, también enfrenta un huracán de emociones.

Desde un principio sabe que algo anda mal y está dispuesta a apoyar a su padre dentro de lo posible, pasa de la serenidad hasta el quebranto. Y finalmente está la estrella coreana Ji Chang-Wook quien toma el papel de villano que, a pesar de tener una menor presencia en pantalla (aunque su voz está todo el tiempo presente), hace evidente la amenaza, la furia y el dolor. Amenaza Explosiva también explora temas interesantes.

En los primeros minutos pone sobre la mesa una relación familiar que pende de un hilo, en donde se hace evidente que el padre le ha dado prioridad a su trabajo y ha descuidado a los suyos. Por otro lado, presenta la idea de que todo acto tiene una consecuencia poniendo en evidencia la corrupción que comete un ejecutivo con el único objetivo de beneficiar los intereses propios sin mirar a quienes podría incluso destruirle la vida.

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Una vez más, tal como lo hizo Parásitos (100%), pone en evidencia la extrema diferencia de clases sociales en Corea del Sur, un problema que el país ha enfrentado por años. A su vez, deja a la superficie el tipo de vacíos que enfrenta cada clase social y cómo el dolor y la necesidad pueden desatar actos terroristas que en realidad son más que personales. El resultado de esta película es la prueba perfecta de que puede hacerse una película taquillera con mucha acción, bien hecha, y con propuestas reflexivas para la audiencia.

La película está conformada de un grupo de virtudes que, así como destacó en su país de origen el año pasado, fácil podría hacerlo en el resto del mundo.