RESEÑA | Chicas Pesadas: Un musical no tan fetch

RESEÑA | Chicas Pesadas: Un musical no tan fetch
RESEÑA | Chicas Pesadas: Un musical no tan fetch

Divertido de principio a fin pero absolutamente innecesario, el musical de Chicas Pesadas (61%) llega esta semana a salas internacionales con algunos números pegadizos y algunos ases bajo la manga para mantener las cosas entretenidas, pero cuando los créditos comienzan a rodar no puedes evitar tener la sensación de que la mejor versión de esta historia ya la has visto en el pasado. Si bien esta iteración logra mantener un poco de la esencia del material original, lo hace porque copia al pie de la letra todos los chistes que funcionaron de él, olvidándose de construir algo propio que justifique su existencia.

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¿De qué trata Chicas Pesadas?

La nueva estudiante Cady Heron logra integrarse al grupo más popular de la escuela llamado “Las Plásticas”, liderado por la misteriosa abeja reina Regina George y por sus minions Gretchen y Karen. Sin embargo, cuando Cady comete el grave error de enamorarse del exnovio de Regina, Aaron Samuels, se tendrá que enfrentar a la ira de Regina. Mientras Cady se dispone a acabar con el máximo depredador del grupo con la ayuda de sus amigos marginados Janis y Damian, deberá aprender a mantenerse fiel a sí misma mientras navega por la jungla más despiadada de todas: la preparatoria. La película está dirigida por Samantha Jayne y Arturo Perez Jr., y en el elenco podemos encontrar a Angourie Rice, Reneé Rapp, Bebe Wood, Avantika, Christopher Briney, Auli'i Cravalho, Jaquel Spivey, Jenna Fischer y Tim Meadows.

Adaptada del musical homónimo de Broadway que a su vez está basado en la película de 2004 protagonizada por Lindsay Lohan, Chicas Pesadas comienza con el pie derecho eliminando a Cady como narradora y permitiendo que la música sea el vehículo para conocer su historia, sus sueños y sus inquietudes, trayendo una perspectiva refrescante a la historia que lamentablemente se desvanece con la misma velocidad que llegó. Después de una hilarante presentación del instituto donde se desarrolla la trama, no tardamos en darnos cuenta de que cualquier personaje resulta más interesante que nuestra protagonista, a quien Angourie Rice da vida e intenta darle una personalidad sin conseguirlo: su ingenuidad no resulta creíble y tiene una evidente falta de química con el resto del elenco. Por suerte, cuando la Regina George de Reneé Rapp entra en la ecuación le inyecta al relato un poco de vida, robándose cada escena en la que aparece con un encanto de antagonista al que es imposible resistirse.

Calificación de la crítica de Chicas Pesadas (Crédito: Tomatazos)
Calificación de la crítica de Chicas Pesadas (Crédito: Tomatazos)

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Es después de conocer a Regina y a su extravagante círculo social conocido como Las Plásticas que la película simplemente deja de intentarlo y comienza a copiar a diestra y siniestra todas las bromas y momentos icónicos que hicieron del filme original un fenómeno de la cultura pop. Diálogos icónicos como el “that’s so fetch” de Gretchen o el “she doesn’t even go here!” de Damian son colocados descaradamente en la narrativa y no tienen el mismo efecto porque los actores no los entregan con el mismo carisma, sintiéndose forzados en el mejor de los casos y vergonzosos en el peor. Al calcar estos elementos, el filme de Jayne y Perez Jr. termina cayendo en el territorio de lo predecible, y de no contar con los intermedios musicales esto sería exactamente el mismo largometraje que vimos hace dos décadas.

En el aspecto musical, Chicas Pesadas no decepciona y es en estos momentos que realmente brilla al desviarse de la narrativa que todos conocemos para presentarnos los conflictos desde nuevas perspectivas que la enriquecen. Por ejemplo, la escena de la fiesta de Halloween donde Regina le declara la guerra a Cady por el corazón de Aaron se nos presenta aquí con un número donde profundizamos en el ego de Regina y sus técnicas de manipulación para conseguir lo que quiere, dándonos un vistazo al perfil psicológico de la antagonista que la original no tenía. Profundizando en esto, se podría decir que la inteligencia que le falta al guion podemos verla compensada en las letras de las canciones, que abordan la angustia adolescente con mucho ritmo y honestidad, sabiendo dar en el clavo para que el espectador pueda sentirse identificado e incluso recordar cuando llegó a pasar alguna situación similar a la de los personajes.

Las coreografías también están perfectamente montadas y logran transmitir el sentimiento de estar viendo una obra de teatro reproduciéndose en la gran pantalla. Y es que, nuevamente, el corazón puesto en estos intermedios es palpable y es donde tanto el equipo que está en frente de la cámara como detrás de él se nota más cómodo y comprometido, dejando con la duda al espectador de por qué no decidieron enfocarse mejor en incorporar más de esto. De haberlo hecho, el resultado hubiera sido completamente diferente. Pero tal como está, considero que estos pequeños momentos de grandeza son suficientes para darle una oportunidad al proyecto y también son un excelente reemplazo para la banda sonora de la película original que incluía grandes éxitos pop como Milkshake de Kelis o One Way or Another de Blondie.

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Algunas decisiones creativas del filme me parecen estupendas y otras simplemente extrañas. En lo particular, pienso que darle más protagonismo a Janis y Damian es un paso en la dirección correcta: ellos son, sin dudas, la mejor parte de la película original y también lo son en esta versión, en parte gracias a las excelentes actuaciones ofrecidas por Auli'i Cravalho y Jaquel Spivey, que parecen haber entendido a la perfección lo que hizo a sus personajes encantadores en primer lugar. Traer de vuelta a algunos miembros del elenco original también agrega un toque nostálgico necesario, y es complaciente ver que todos retoman sus roles con la misma energía camp que caracterizaba al material. Pero en el otro extremo, adaptar la historia a la era de las redes sociales no cumple propósito alguno, y desentona mucho con la estética de los escenarios y el vestuario que parece 100% inspirado por la época dosmilera. Además, el guion se siente demasiado contenido, teniendo un cuidado excesivo para no ofender a nadie cuando la esencia de Chicas Pesadas (83%) era su humor ácido que se entendía perfectamente como satírico.

En la dirección, Jayne y Perez Jr. no proponen absolutamente nada nuevo pero se notan seguros navegando por el género y sus tropos, y aunque su narrativa nunca llega a ser tan ingeniosa como creen, tienen un buen sentido del ritmo y hacen que las casi dos horas de duración se pasen volando. Pese a que los cineastas no siempre tienen éxito al tratar de cumplir sus ambiciones, lo cierto es que se nota el amor por el material y los musicales, e incluso si esto no llega a ser suficiente para calificar la película como “buena”, si es un entretenimiento palomero cumplidor que introduce este universo y sus personajes a las nuevas generaciones.

Finalmente, la versión cinematográfica del musical de Chicas Pesadas (61%) no logra colarse en la exclusiva mesa de Las Plásticas pero logra entretenernos con la originalidad de sus números que presentan la misma historia que ya conocemos desde una perspectiva refrescante. Sin embargo, es muy probable que terminando de verla lo único que te despierte sean unas ganas inmensas de ponerte tu mejor outfit rosa y volver a la original.

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