Reto del clonazepam: por qué los niños son más susceptibles a caer en retos virales y cómo protegerlos (sin regañarlos)

Foto: TikTok/Unsplash: Hal Gatewood
Foto: TikTok/Unsplash: Hal Gatewood

Llevamos varios días leyendo sobre niños en México que fueron hospitalizados luego de intoxicarse con clonazepam por un reto viral que vieron en TikTok.

El reto, que consiste en no dormirse luego de consumir varias dosis de este medicamento destinado para tratar la ansiedad y/o convulsiones, ha dejado hasta el momento decenas de menores de edad intoxicados.

Como contó nuestro hermano Animal Político, 15 estudiantes de Guanajuato y 3 en Morelos requirieron atención médica luego de realizar el reto de clonazepam -conocido también como el reto de “el que se duerma al final, gana”.

Y a los pocos días, 6 estudiantes en San Luis Potosí también comenzaron a presentar señales de intoxicación por el consumo del medicamento, el cual legalmente solo se puede conseguir con una receta médica.

En Animal MX platicamos con Karla Huguez, psicóloga clínica infantil especializada terapia cognitivo-conductual, quien nos contó por qué los menores de edad son más susceptibles a caer en este tipo de retos peligrosos y cómo podemos enseñarles amablemente a no ponerse en riesgo.

La presión social, un factor importante

No es nada raro que en cualquier punto de nuestras vidas hagamos cosas que no nos gusten con tal de conseguir un sentimiento de “pertenencia” en algún lugar o grupo.

Esto es algo de lo que ocurre con los niños que realizan este tipo de retos virales, donde dejan a un lado su bienestar -o no piensan en él-, con tal de hacer lo mismo que sus compañeritos.

Sin embargo, en el caso de los menores es mucho más complejo porque sus cerebros siguen en desarrollo, por lo que Huguez señala que es importante tratarlo desde un contexto biopsicosocial, el cual incorpora factores biológicos, psicológicos y sociales.

“En estos rangos de edades (de niños a adolescentes), su cerebro sigue en crecimiento y la parte encargada del pensamiento racional, que es es la corteza prefrontal, todavía no se desarrolla totalmente. Entonces tienen una tendencia a ser impulsivos y que no vean esta parte de las consecuencias antes de actuar”, explica Huguez, quien se especializa en trabajar con niños, adolescentes y adultos.

La psicóloga menciona que los menores que realizan este reto pueden hacerlo por el hecho de que conseguirían la aprobación social al verse “cool” ante sus compañeros, entonces no visualizan sobre las consecuencias adversas que les podría traer.

Huguez detalla que en la primera infancia, encontramos el sentido de pertenencia en nuestras familias, pero conforme vamos creciendo buscamos otros grupos de pertenencia -por ejemplo, los amigos de la escuela-, entonces buscamos ser validados por nuestras capacidades y habilidades.

“Sí la sociedad me dice que debo ser gracioso para que muchas personas me acepten, entonces consolido la parte de la autoestima con la aceptación que me está dando el exterior,  y esta aprobación va a generar, entre comillas, este refuerzo de ‘lo que debería de ser socialmente'”, agrega.

Buena comunicación y supervisión: las clave para identificar y evitar peligros

Huguez menciona que como padres, tutores o maestros, hay algunas señales que los menores dan que pueden indicarte que tal vez están cayendo en actitudes de riesgo.

“Algunos ejemplos son cuando niños extrovertidos comienzan a aislarse, o los introvertidos dan un cambio radical a contextos a los que no tenía cercanía, si los notamos desmotivados o desinteresados en actividades que antes les gustaban, o si pasan mucho tiempo fuera de casa sin supervisión, es importante detectar esos cambios como focos rojos y es necesario darles supervisión en un contexto controlado”, señala.

Pero más allá de la supervisión, es importante tener una buena comunicación con los menores, sin tratar de imponer las reglas del adultocentrismo y regañar nomás por el hecho de ser adultos, lo cual ocasiona una sobreprotección que al final les quita herramientas para socializar, explica la psicóloga.

Para evitarlo, Huguez menciona que la clave para poder conectar con los menores y ayudarles a evitar caer en situaciones riesgosas es a través de una comunicación asertiva.

De esta forma, le damos un espacio y tiempo a los niños/adolescentes para que se puedan expresar y contarnos lo que están viviendo, sin temor a que sean reprendidos y con su confianza podremos apoyarles y orientarles desde sus experiencias.