Reunión cumbre: Liliana Herrero, María Gadú y Silvia Pérez Cruz atraviesan los territorios musicales que las cobijan
Son tres artistas con personalidades vocales fortísimas, ¿serán capaces de hacer que sus temperamentos canoros convivan en una hora y media o dos de concierto? En realidad, ya lo hicieron en el Uruguay a principios de este año. Ahora van por la segunda vuelta, el próximo lunes, en el teatro Coliseo. La argentina Liliana Herrero, la brasileña María Gadú y la española Silvia Pérez Cruz se unen en un espectáculo que denominaron Territorios.
Liliana Herrero es, a estas alturas, una decana de la música popular argentina, con un catálogo de discos que no tiene la menor concesión. Al contrario, cada proyecto que encara interpela tanto a los estándares estéticos por los que transcurre la canción popular como a los oídos de quienes son sus habituales oyentes. Silvia Pérez Cruz y María Gadú tienen en común, además de pertenecer a una misma generación, una proyección internacional que corre por fuera de los cánones del mainstream de la industria de la música . La catalana es una de las voces más llamativas de las dos últimas décadas. Precisa y delicadísima. La brasileña, que ha grabado con figuras tan diversas como Caetano Veloso o Tony Bennett, tiene una bella discografía y proyectos como el que actualmente realiza, con estudios móviles en bosques amazónicos, de cara a una nueva producción con comunidades indígenas de su país.
La sala de música y restaurante Medio & Medio de Punta del Este fue el primer punto de encuentro, a principios de este año. Sucedió como tantas otras veces, que hubo un productor de shows que ofició de intermediario para el encuentro. Si prospera o no ya no depende del gestor sino de las propias protagonistas. En este caso, la química funcionó a base de canciones de Caetano, Atahualpa Yupanqui, Fernando Cabrera, Federico García Lorca, Leonard Cohen, Milton Nascimento y Fito Páez, entre otros.
-¿Qué fue lo que las convenció para participar en este proyecto?
Pérez Cruz: -Me gustaba el tipo de compromiso y el respeto que intuía que tenían por la música y la vida. Voces amplias, profundas y potentes que desprendían vida, fuerza, valentía, fragilidad y mucha entrega y emoción. Cuando ya las conocí, esa sensación y esa admiración se multiplicó y la conexión con el amor, la belleza, la vida y la muerte, la risa y el llanto me atrapó y cambió algo profundo en mí.
Herrero: -A mí en general me gustan mucho los encuentros porque siempre pienso la música como algo colectivo. Eso tiene un poder de creatividad alto. Cuando el encuentro se da, porque hay veces en la que no ocurre nada. Esta fue una invitación del productor Leandro Quiroga y el encuentro fue algo increíble: divertido, gozoso; también responsable con la música y la memoria de esos territorios.
Gadú: -Este un espectáculo crudo, simple, solo de voz y guitarras. Para mí fue la oportunidad de aproximarme musicalmente. Conozco a Liliana desde hace algunos años. Ella fue a un espectáculo mío. Y estábamos por hacer una colaboración juntas cuando vino la pandemia.
-¿Este show es la suma de repertorios o está preparado especialmente?
Gadú: -Las dos cosas. Un día nos sentamos a una mesa a comer y beber y teníamos nuestras guitarras y así fueron surgiendo las canciones. Tenemos un repertorio conjunto muy vivo tanto del Brasil, como de la Argentina y de España. Al mismo tiempo, cada una tiene un repertorio. Liliana va a comenzar el espectáculo cantando “Giros”, de Fito Páez.
Pérez Cruz: -El repertorio nace de charlar cenar, llorar, reír y compartir canciones. Cuando encontrábamos canciones en común del repertorio brasilero o del argentino, las cantábamos. Algunas las hemos aprendido especialmente. Ha quedado un repertorio muy lindo y equilibrado. A mí me gusta mucho. Es un recorrido natural, compartido y generoso. También es lindo ver cómo nos escuchamos y celebramos unas a otras.
-¿Cómo surge la idea de los territorios?
Pérez Cruz: -Para mí hacer música con otros siempre tiene algo de compartir lo de uno y buscar un territorio en común a partir de los paisajes de cada uno.
Herrero: -Los territorios, las fronteras, las memorias, las lenguas distintas. Al no diluirse, se establece el diálogo. Es posible una conversación entre territorios con muchas cosas en común y muchas divergencias también. De ese diálogo aparece una canción. Cada uno defiende su territorio, pero solo desde el lugar en que se inscribe en una tradición. Lo maravilloso es cuando se está dispuesto a que la tradición de un pueblo dialogue con la tradición del otro .
Gadú: -Somos tres mujeres que nacimos en territorios distintos. A su vez, dentro de cada una, están las historias propias, las personas que amamos, los territorios por los que pasamos y defendemos. Lili y yo somos activistas de los pueblos. Entonces, el territorio para mucha gente es una palabra muy sagrada. Yo trabajo con pueblos indígenas. En el Brasil la lucha por el territorio es diaria y más presente en la Amazonia que en Río de Janeiro, donde vivo. El territorio es un lugar sagrado donde uno deposita sus verdades y de donde extrae su cultura y su esencia. Creo que este es un encuentro de tres naciones con muchos territorios.
-¿Hay para Territorios un tiempo que “estará” después, si se puede decir así, como la canción de Fernando Cabrera que aparece en el repertorio de al menos dos de ustedes?
Gadú: -Esa canción, “El tiempo está después”, la grabé por Liliana. Su versión es muy importante en mi vida. Cuando hice el disco de homenajes [Quem Sabe Isso Quer Dizer Amor], la incluí para homenajear a Fernando Cabrera. En cuanto al espectáculo, obviamente que queremos hacer más conciertos. Queremos hacerlos en Brasil también, pero tenemos tres agendas diferentes, una distancia transatlántica y un momento del mundo donde todo resulta muy caro. Vamos despacio, haciendo trabajo de hormiga. Como dice la canción. “Vamos a encontrarnos en otros muchos carnavales”.
-Por una cuestión regional hay dos territorios muy conectados, más allá de la música ¿Cuál es el Brasil y la Argentina que quieren encontrar de aquí en adelante, pensado esto a partir de elecciones presidenciales cercanas que pueden cambiar los rumbos?
Gadú: -¡Lula! Lula haciendo un nuevo país y un nuevo Lula. Aunque sé que está difícil. Con un medio ambiente que colapsa y con un fascismo operando, espero un Lula diferente para un Brasil que es tan importante, no solo para la región sino para el planeta, por su Amazonia. Lula también nos prometió un Ministerio de Pueblos Indígenas. Y espero que el bolsonarismo que levantó banderas de racismo, homofobia y destrucción de medio ambiente, sea diluido con amor. No solo lo espero para el Brasil, lo espero para el planeta. Hay regiones que ya no tienen agua. Estamos acabando con nuestra casa. Tenemos que aliarnos a esos pueblos indígenas que llevan tantos años preservando nuestra casa.
Herrero: -Veo a la Argentina y al mundo en general con preocupación. En cuanto a lo que deseo es que se puedan concretar políticas económicas, sociales y de toda índole que sean justas. Que eso ocurra alguna vez en los pueblos. Que se tenga el derecho a vivir sin miseria, que es lo que estamos viviendo hoy. Creo que con eso no hay que ceder. El derecho a vivir dignamente porque hay miles que no tienen para la alimentación o duermen en la calle. Eso no sale de la nada. Sale de una construcción democrática en la que se pueda dialogar y pensar planes más felices para el pueblo. También veo con preocupación las palabras que se usan. No me gusta cómo nos referimos a la situación. A veces se dice “discurso del odio”, por ejemplo. Pero es algo escaso. ¿Qué queremos decir con esa frase? Hay intereses. Hay formas neoliberales aterradoras. Por eso hay que discutir las cosas en serio. Si no, se transforma solo en un cliché. Y para eso hay que armar un colectivo que esté dispuesto a pensar nuevamente esta patria.