El rey Carlos baja la temperatura en la piscina 'secreta' de Buckingham

El palacio de Buckingham credit:Bang Showbiz
El palacio de Buckingham credit:Bang Showbiz

Al parecer, el rey Carlos de Inglaterra está ayudando a ahorrar dinero y a proteger el medio ambiente bajando el termostato de la piscina en el palacio de Buckingham: el lugar al que, según la tradición, debería mudarse en breve tras su coronación.

Una fuente con conocimientos de los entresijos de palacio ha asegurado al periódico Sunday Times que varias personas han notado que la temperatura del agua ha bajado, y que está bastante más fría de lo que solía estar.

En realidad, la piscina climatizada no termina de encajar ni con la visión del mundo de Carlos ni con su forma de hacer ejercicio. Otros miembros de alto rango de la casa real están autorizados a utilizarla, pero a él le parece un derroche tener que calentarla y tampoco aprueba el uso de productos químicos en el agua.

Las facturas de las residencias oficiales y palacios de la monarquía se paga a través del Sovereign Grant: la subvención que el monarca británica recibe del gobierno y que se destina a cubrir el coste de los viajes realizado por el soberano o el resto de la familia real cuando le representan en el cumplimiento de su agenda oficial y también para costear el sueldo de los miembros de las fuerzas armadas que velan por su seguridad. En resumen, es un dinero que sale del bolsillo de los contribuyentes

El año pasado el coste total de estos recibos -que incluyen luz, agua, etcétera- ascendió a 3,2 millones de libras, y eso, para un hombre famoso por apagar obsesivamente las luces de cada estancia cuando sale de ella, resulta un precio demasiado elevado. Además, el nuevo rey se ha propuesto conseguir que la Casa Real no emita ningún tipo de contaminante antes de 2050, la fecha fijada por el Gobierno para alcanzar este objetivo. De momento ha abordado esta tarea mandando instalar paneles solares en el tejado de su residencia en Londres, Clarence House, y en su finca de Highgrove, en Gloucestershire.

La piscina del palacio de Buckingham fue encargada por Jorge VI en 1938 para las princesas Isabel y Margarita, que habían clases de natación en el Bath Club de Londres hasta que su padre subió al trono y su presencia en las instalaciones comenzó a causar un gran revuelo. Carlos aprendió a nadar en ella, al igual que sus hermanos y sus hijos, y la princesa Diana también la utilizaba habitualmente. El personal de palacio también puede aprovechar las instalaciones, aunque se les pide que comprueben con antelación si algún miembro de la familia real tiene previsto darse un chapuzón para evitar conflictos.