Los Reyes, junto a sus hijas, presiden en el Palacio Real el homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus
Tras la entrega de premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote y el viaje a Soria, dentro de su gira por España, los Reyes, acompañados de la princesa de Asturias y la infanta Sofía, han presidido este jueves el homenaje de Estado a las víctimas del coronavirus y el reconocimiento a la sociedad que ha tenido lugar este jueves a las 9:00 horas en el Palacio Real. El acto se ha desarrollado en la Plaza de la Armería y ha contado con representantes de todo el arco parlamentario, de las instituciones públicas y europeas, así como las familias y amigos de los fallecidos. Un tributo que se suma al funeral que tuvo lugar el pasado 6 de julio en la Catedral de la Almudena y en el que don Felipe y doña Letizia también estuvieron acompañados por sus hijas.
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Antes de las 9:00 horas, representantes autonómicos y miembros del Gobierno han tomado asiento en unas sillas blancas dispuestas en forma de círculo en la Plaza de la Armería, en un acto que ha contado con la periodista Ana Blanco, como maestra de ceremonias. En último lugar, la Familia Real, vestida oscuro y con mascarillas negras, ha tomado asiento. En la introducción, realizada en los idiomas cooficiales del Estado, además de en inglés y en francés ha precedido una emotiva intervención de Hernando Fernández Calleja, hermano del periodista José María Calleja, fallecido a causa del coronavirus. Tras él, Aroa López Martín, enfermera supervisora de Urgencias del hospital catalán Vall d'Hebron, ha tomado la palabra en representación de todos los trabajadores de los servicios esenciales que no pararon durante la pandemia.
Después, el Rey, acompañado por la princesa de Asturias como heredera de la Corona, y otros representantes de las instituciones y de la sociedad civil ha hecho una ofrenda floral depositando una rosa blanca junto a la llama encendida en un pebetero mientras la orquesta y coro de RTVE interpretaban La canción del espíritu de Brahms. Unos momentos de gran recogimiento y emoción.
Ha sido entonces cuando Felipe VI se ha dirigido al atril donde leído un discurso, tras una pequeña introducción en la que también ha hablado en inglés. "Hoy es un día que conservaremos en nuestra memoria; un día que quedará grabado en nuestros corazones; porque hoy rendimos homenaje, con todo nuestro respeto y la mayor solemnidad del Estado a los miles de ciudadanos que han perdido su vida debido a la pandemia de la COVID-19", ha comenzado diciendo el monarca. "Quiero recordar, en primer lugar, a los fallecidos; transmitir a sus familiares nuestro profundo pesar y consuelo más sincero; todo nuestro afecto y el abrazo más emocionado. No están solos en su dolor; es un dolor que compartimos; su duelo es el nuestro, que aquí se hace presente ante todos los españoles. Dolor y duelo en los que también todos nosotros nos reconocemos; unidos en los mismos principios universales y de solidaridad", ha continuado Felipe VI.
En sus palabras, el Rey también ha hecho referencia al confinamiento: "Muchas personas en soledad, muchas otras padeciendo la enfermedad en sus casas y familias enteras, han asumido con una gran entereza, abnegación y disciplina el confinamiento en sus domicilios, sabiendo que su actitud consciente y comprometida era fundamental -y lo sigue siendo- para combatir la pandemia. Ha sido difícil, muy difícil. Porque a esa situación se han sumado sentimientos lógicos de temor, de miedo por la salud de familiares y amigos, de preocupación por el empleo; de cansancio, de abatimiento... de incertidumbre". "La responsabilidad, la fuerza moral, la determinación frente a la adversidad y el espíritu de superación del pueblo español nos muestran el camino a seguir para afrontar y vencer las dificultades. Las superaremos. Esa será, sin duda, el mejor homenaje renovado que podamos ofrecer en el mañana a quienes hoy, con toda justicia y merecimiento, recordamos, reconocemos y honramos", ha finalizado el Rey.
Tras las palabras de don Felipe, que han recibido una gran ovación. Ha sido entonces cuando la Princesa le ha indicado a su padre que se colocara la mascarilla. Después y tras la lectura de unos versos del poeta Octavio Paz, todos los asistentes han guardado un minuto de silencio antes de dar por concluido el solemne homenaje, que ha contado con medios de comunicación venidos de todo el mundo y que ha durado cuarenta y cinco minutos.
El pasado 17 de junio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció durante su intervención en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, que se estaba preparando un homenaje institucional no solo en reconocimiento a las víctimas, más de 27.000, sino también a los servidores públicos que combatieron en primer línea contra el virus, en referencia a los sanitarios, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y al resto de trabajadores que tuvieron que seguir en sus puestos por ser considerados esenciales.
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Este es el segundo homenaje a los fallecidos por el COVID-19 al que acuden los Reyes en algo más de una semana. El pasado 6 de julio, acompañados por la princesa de Asturias y la infanta Sofía, presidieron, de riguroso luto, un funeral que se celebró en la madrileña Catedral de La Almudena y que fue oficiado por el cardenal arzobispo de la capital, Carlos Osoro, y que también contó con representantes de otras confesiones religiosas.
Estos homenajes se suman a otros en los que han participado los Reyes y sus hijas en las últimas semanas. El pasado 27 de mayo la Princesa de Asturias y la Infanta se unieron a sus padres en un minuto de silencio por las víctimas que tuvo lugar frente a la fachada del edificio de la Casa de Su Majestad el Rey, en el recinto de la Zarzuela y con la bandera a media asta. Los cuatro de riguroso negro y con el gesto serio protagonizaron momentos de gran recogimiento. Ese acto se enmarcó dentro del luto oficial de diez días decretado por el Gobierno, el más largo de la democracia. Días más tarde, y esta vez sin sus hijas, don Felipe y doña Letizia guardaron el último minuto de silencio por los fallecidos en un polígono industrial de Coslada (Madrid).
Tras este solemne acto de Estado, los Reyes acabarán su semana en el País Vasco, la décima etapa de su gira por España tras decretarse el fin del estado de alarma, donde visitarán Bilbao y Vitoria. Un viaje que se producirá cinco días después de la celebración de las elecciones autonómicas. Está previsto que don Felipe y su esposa se acerquen al Museo Guggenheim y visiten el Museo de Bellas Artes bilbaíno donde se reunirán con representantes de los empresarios vascos. En Vitoria se desplazarán hasta la nueva sede de la Fundación San Prudencio, la principal entidad de la región dedicada al desarrollo de la responsabilidad social empresarial.