Ricardo Lavié, el actor que se tentaba de risa con Francella, pero se murió de tristeza tras la muerte del gran amor de su vida

Ricardo Lavié, un actor querido por sus colegas que sufrió la pérdida de su mujer, tras 40 años juntos
Ricardo Lavié, un actor querido por sus colegas que sufrió la pérdida de su mujer, tras 40 años juntos

Ricardo Lavié se llamaba Ricardo Machado . Usaba su nombre real para firmar sus pinturas y su nombre de fantasía para actuar. Todos lo confundían con el hermano de Raúl Lavié aunque no eran parientes ni siquiera lejanos. Pero era hermano de otro actor, Rodolfo Machado. Ricardo Eloy Machado nació el 5 de octubre de 1922 en Buenos Aires y murió a los 87 años, el 6 de abril de 2010. Sufría de Alzheimer y murió en la casa de su hija del corazón, la también actriz Estela Molly, la familia nunca quiso internarlo.

Empezó a trabajar en 1947 en Radio Splendid, en los radioteatros de Nené Cascallar y junto a Alba Castellanos, Beatriz Taibo, Oscar Casco y Nydia Reynal. De voz grave y seductora, las oyentes suspiraban al escucharlo y muchas de ellas iban a la puerta de la radio para conocerlo en persona.

Ricardo Lavié dio sus primeros pasos en la radio, después probó con el cine y el teatro hasta que finalmente desembarcó en la televisión, donde ganó popularidad
Ricardo Lavié dio sus primeros pasos en la radio, después probó con el cine y el teatro hasta que finalmente desembarcó en la televisión, donde ganó popularidad

Debutó en cine en 1949 con Juan Globo, junto a Luis Sandrini y Elina Colomer, y a partir de entonces fue parte del elenco de varias películas, entre ellas Estoy hecho un demonio, El picnic de los Campanelli, La gran aventura, La barra de la esquina, Captura recomendada, La comedia inmortal, El túnel, El mago de las finanzas, Dos basuras, isla hechizada, Pasaje al paraíso, La clínica loca, Mujer mujer, Luna caliente, Todo o nada, La rabona, Pimienta y pimentón. Y lo último que hizo fue un cortometraje en 2003, La increíble historia de Asterión y Clotilda.

En teatro se lució en La pulga en la oreja, Ocúpate de Amelia, Una noche a la italiana, Facundo, Barranca Yaco, Un hombre cabal, 20 años de amor, La dama boba. En La noche de la basura Lavié trabajó con su esposa Noemí Laserre. Fabián Gianola dio algunas precisiones de ese momento a LA NACIÓN. “Ricardo trabajaba con mi papá (Beto Gianola) en Porcelandia haciendo un sketch que se llamaba “Don Corleone” y había un gánster bueno y otro malo. Mi papá era el malo que salía y mataba a todo el mundo y Ricardo era el hijo bueno que iba al parque y juntaba flores. Después, cuando mi papá fallece en 1981, Ricardo lo reemplazó en La noche de la basura. Fue un momento muy doloroso , pero él nos ayudó muchísimo porque la obra era de autoría de mi papá y pudimos seguir cobrando el derecho de autor, y por la dirección que también era de mi papá. Con eso pudimos tener un poco de dinero hasta que empecé a manejar un taxi y a trabajar en un frigorífico; yo tenía 18 años. Ricardo fue muy buena persona, muy buen compañero, hizo la obra, nos sacó de un apuro. La protagonizó con su señora, Noemí Laserre, y yo era el asistente de dirección, así que seguí con ellos dos y fuimos muy cercanos durante un tiempo. Imagínate la situación de escuchar el mismo texto que decía mi viejo todas las noches. Un recuerdo triste y al mismo tiempo el de una persona que nos ayudó mucho”.

Su paso por la televisión

La popularidad le llegó con la televisión . Hizo Porcelandia, Matrimonios... y algo más, donde hacía el personaje del señor interventor; Brigada Cola, Andrea Celeste, El Rafa, Gente como la gente, Chiquititas, El sátiro, Ellos dos y alguien más, El último pecado, Como pan caliente, Chiquilina mía, El hombre que amo, Historia de un trepador. Y en 2002 fue parte de algunos programas de Poné a Francella, como invitado especial.

Guillermo Francella lo recuerda para LA NACIÓN: “ Tengo el mejor de los recuerdos de Ricardo . Trabajamos juntos La familia Benvenutto y después en Brigada cola en Telefe y en el teatro Ópera, así que durante dos o tres años nos veíamos prácticamente todos los días. Era un profesional maravilloso. Muy buen actor. Nos tentábamos mucho, un gran defecto de ambos porque no podíamos mirarnos a la cara que nos quebrábamos. Brigada cola era una brigada díscola por donde se la mire y hacíamos barrabasadas a cara de perro. Él era mi coronel y las órdenes que me impartía eran terriblemente difíciles de llevar a cabo. Nos tentábamos mucho, tanto que a veces no podamos recuperarnos. Había que hacerlo muy serio todo porque era la manera de provocar la risa. Gran tipo, gran amigo. En Los Benvenutto que hacíamos en vivo, cualquier cosa que se decía nos hacía quebrar de risa y había que seguir como fuera. Había momentos con música de fondo y teníamos que disimular porque nos moríamos... Tengo en mi casa el recuerdo de Ricardo porque una vez me regaló un cuadro abstracto que recibí con gran cariño y está en el hall de distribución de los dormitorios de mi casa”.

La curiosidad y la facilidad para dibujar y pintar lo llevaron a tomar clases con Emilio Carpanelli, en 1956, y luego con Leopoldo Presas. A los 40 años dejó un poco de lado su carrera como actor para dedicarse a la pintura . Fue un reconocido artista plástico autor de óleos y acrílicos no figurativos, un colorista nato que jugaba con la imaginación y firmaba con su nombre verdadero, Ricardo Machado. Hizo exposiciones de pintura en nuestro país y también internacionales y fue parte, además, de una exhibición llamada Actores que pintan, en donde cosechó elogios de sus colegas y de la prensa especializada. Además, ganó el Gran Premio Nacional de Pintura. Sus cuadros se expusieron y se vendieron en todo el mundo. En las entrevistas, Lavié decía: “Detrás del actor siempre está el pintor. En la pintura encuentro mi mejor ventana para decir qué pienso, qué puedo y debo decir. Y si el teatro constituye el más mínimo obstáculo para mi otra vida, seré pintor. Diré adiós al teatro”. Pero en realidad nunca le dijo adiós al actor y trabajó hasta que empezó a tener los primeros síntomas de la enfermedad, que se declaró luego de la muerte de su mujer.

Su gran amor

Noemí Laserre, el gran amor de su vida y a quien conoció en 1958 cuando filmaban la película Dos basuras
Noemí Laserre, el gran amor de su vida y a quien conoció en 1958 cuando filmaban la película Dos basuras

Durante más de 40 años estuvo casado con la actriz Noemí Laserre, a quien conoció en 1958 durante el rodaje de la película Dos basuras, y con quien volvió a trabajar 30 años después en La clínica loca, en 1988. Laserre murió en 2001, curiosamente el mismo día que su esposo, un 6 de abril . El actor crio a Estela Molly como hija suya, pero en realidad era fruto de una relación anterior de Laserre. Lavié vivió sus últimos 9 años con Molly y sus nietos. “Lo más lindo que recuerdo es cuando mi mamá preparaba la pelopincho para mi hija Carolina, y mi papá le cocinaba unas alitas de pollo, y nos tomábamos unos buenos vinos los tres”, contó Molly en la despedida de Lavié.

Y recordó un detalle de las últimas horas de vida del actor: “Poco antes de que muriera, mi hija me preguntó si me había puesto perfume. Le dije que no, que no estaba de ánimo para eso. Al rato sentí yo también y reconocí inmediatamente, la fragancia que usaba mi madre. Estoy segura de que era ella, que vino para llevárselo”.

Cristina del Valle trabajó con Ricardo Lavié en varias oportunidades y también habló con LA NACIÓN sobre él: “Era el padre de mi mejor amiga, Estela Molly. Un señor en todo lo que se puede ser un señor en la vida; educado, culto, buen actor, humilde, muy humilde. Con una pareja de muchos años con la mamá de Estela. No era su padre de verdad, pero fue su padre del corazón y a quien Estela le dio todo, se lo llevó a la casa y lo cuidó. Primero a la mamá y luego a él. Era un ser de luz, buen compañero, buen hombre, educadísimo, muy preparado para la profesión. Ha hecho de todo y desde muy jovencito. Era un actor maravilloso. Yo lo quería muchísimo. Hemos trabajado juntos y cuando él vivía en Chacarita, yo me desviaba un poco de camino a mi casa en Villa Urquiza y lo dejaba en la esquina de su casa. Me acuerdo de que él tenía un taller mecánico y su departamento, que después Estelita le hizo vender y se lo llevó para la casa. Creo que se murió de tristeza después de que se fue Noemí, que fue el gran amor de su vida. Por eso fue tan padre con Estela. Era amoroso. Era pintor y me ha regalado varios cuadros que tengo en mi casa. Lo recuerdo siempre con muchísimo cariño; él, Estela y Noemí están en mi corazón”.