La trombosis aumenta tras la pandemia por las nuevas rutinas

El coronavirus ha dejado un temor continuo a las trombosis y embolias como efecto secundario a la vacunación contra el SARS-CoV-2, y esto ha hecho descartemos otras causas mucho más probables y contrastadas. (Foto: Getty)

Existe un mayor riesgo de sufrir trombosis entre los hombres de 65 años, y entre quienes están ingresados en un hospital por otros problemas de salud anteriores como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad pulmonar obstructiva, el cáncer o en aquellos que poseen antecedentes de tromboembolismo.

Esto no quiere decir que el resto de personas esté libre de sufrir una trombosis, una enfermedad que actualmente es la tercera causa de muerte cardiovascular más frecuente tras el infarto de miocardio y el ictus.

Y es que "hay una gran dificultad para predecir qué personas pueden desarrollar síntomas de trombosis, puesto que se trata de una enfermedad que posee una naturaleza clínicamente silenciosa en muchos casos”, indica Ana Cañadas, Medical Advisor y Bióloga Molecular de Viatris.

Por eso hoy, en el Día Mundial de la trombosis, los médicos ponen el foco en la relevancia de su conocimiento e investigación primero por el impacto psicológico de padecer una enfermedad potencialmente mortal. En segundo lugar, por las secuelas posibles como la dificultad respiratoria con los esfuerzos en el caso de la embolia pulmonar, o el edema y complicaciones vasculares como las úlceras secundarias a la trombosis venosa profunda de miembros inferiores.

En España, la incidencia de la trombosis denominada 'enfermedad tromboembólica venosa (ETV)' es de 154 casos por cada 100.000 habitantes, con una mortalidad asociada del 9 por ciento.

Es cierto que se trata de una enfermedad que posee una mayor prevalencia en los hombres. La edad media de las personas que padecen trombosis es de 65 años, y aumenta con el paso del tiempo. Sin embargo, hay muchos tipos de trombosis, y algunos como las trombosis cerebrales se producen mayoritariamente en mujeres con una edad promedio entre los 20 y los 50 años.

"No debemos confiarnos. El Covid-19 es un virus que genera trombosis con facilidad, además, la nueva forma de teletrabajar ha aumentado el riesgo de trombosis entre personas jóvenes, puesto que permanecen mucho más tiempo sentadas, advierte la Dra. Peiró quien aconseja a todas estas personas "que se incorporen y se muevan con frecuencia para facilitar una correcta circulación de la sangre”.

Por otro lado, “una de cada 10 muertes en un hospital se debe a una trombosis, muchas veces de pacientes graves con una patología previa”, señala la doctora Ana Peiró, del Servicio de Urgencias del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia) y miembro del grupo ETV-SEMES, dedicado a la actualización, investigación y difusión del conocimiento de la trombosis.

Como hemos contado, el riesgo más alto de padecer la enfermedad va asociado a episodios de cirugía mayor, la hospitalización y la inmovilización prolongada, al cáncer o a presentar alteraciones genéticas que favorezcan la coagulación de la sangre.

Hasta un 60 por ciento de los casos de trombosis se producen durante o después de la hospitalización, lo que convierte a esta enfermedad en la principal causa de muerte evitable en hospitales. De hecho, el riesgo de aparición de la trombosis en los pacientes hospitalizados por causa médica se sitúa entre el 10 y el 20 por ciento. Sin embargo, cuando se utilizan medidas preventivas, este riesgo se reduce en un 50-60 por ciento.

La especialista también subraya algunos comportamientos que resultan esenciales para prevenir la trombosis como evitar el sobrepeso, procurar hacer ejercicio con regularidad y beber mucha agua.

Hay que tener en cuenta que la trombosis es una enfermedad que aparece en pocos días o incluso en horas, de golpe, generalmente en una pierna (o en el brazo) y se manifiesta con dolor e hinchazón.

Es fácil que una trombosis en una pierna se pueda confundir con una lesión de huesos, músculos o ligamentos, aunque el reposo y la compresión de la zona afectada no mejorarán los síntomas con el paso de los días. Al contrario, si es una trombosis el malestar irá a más, sobre todo al estar de pie.

Por lo que si no recuerdas haber sufrido una torcedura, un tirón muscular o un esguince, y tampoco te has caído antes de que ese dolor empiece ni has puesto en práctica ninguno de los principales factores de riesgo (sedentarismo, sobrepeso y tabaquismo), entonces merece la pena acudir al médico para que te explore y puedas preguntarle por la trombosis.

Debes saber que los trombos y las embolias se producen cuando se obstruye un vaso sanguíneo en una arteria o vena, por un coágulo de sangre (trombo); si bien se denomina 'embolia' cuando se escapa por el sistema circulatorio y viaja hacia otras zonas del organismo pudiendo provocar infartos de forma instantánea en los tejidos y órganos (embolia pulmonar o ictus cerebral) a los que impida que llegue la sangre, pudiendo ser en ocasiones fatales.

Por ejemplo, de entre los diferentes tipos de trombosis, la embolia pulmonar es la primera causa de muerte prevenible, puesto que los factores que propician el trombo se pueden modificar o controlar mediante nuestro estilo de vida y nuestra alimentación.

Para el doctor Joan Carles Reverter, presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), es importante hacer hincapié en la prevención y en las herramientas que todos tenemos a nuestro alcance para evitar sufrir una trombosis.

En este punto señala al sedentarismo y la obesidad como dos de los principales factores de riesgo. “Son dos situaciones que a menudo van asociadas y se potencian. Los efectos mecánicos de compresión en la obesidad y los de disminución del drenaje venoso en el sedentarismo se suman al efecto inflamatorio sobre los vasos sanguíneos que causa el exceso de tejido adiposo, que se comporta como si fuera en sí mismo un órgano inflamado. Una persona obesa es, por esta razón, una persona con parámetros de inflamación crónica y eso acaba causándole daños en el sistema vascular”, explica el experto.

El teletrabajo, y en definitiva el sedentario han aumentado el riesgo de sufrir trombosis. Tan importante es una alimentación saludable y equilibrada como llevar una vida activa y realizar una actividad física moderada. Lo mínimo es hacer ejercicio 4 días por semana al menos 45 minutos, intentando en los días de recuperación llevar a cabo un descanso activo caminando o haciendo alguna actividad más ligera. Cuando hacemos ejercicio favorecemos la circulación y el retorno venoso, evitando que la sangre circule lenta y reduciendo el riesgo de formación de trombos.

En cuanto a los avances médicos para el tratamiento de esta dolencia. Uno de los métodos más comunes para tratar la trombosis es mediante unas jeringuillas que se inyectan diariamente. Compañías como Viatris cuentan con una gama de anticoagulantes inyectables que ofrecen una amplia variedad de indicaciones, de la profilaxis al tratamiento y desde la trombosis venosa superficial a la embolia pulmonar. Ya el pasado año, Viatris lanzó una campaña en muchos países bajo el lema “Abre los ojos a la trombosis”, mediante la cual se promovieron estrategias de prevención y se reforzó la concienciación pública ante esta enfermedad.

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