Las complicaciones a las que se exponen los deportistas de élite al tatuarse

El último en presumir de tatuaje ha sido Eder Militao, defensa del club blanco, que ha cubierto su torso con nuevas imágenes religiosas, ¿era el momento de hacerlo en plena temporada?

El defensor portugués lució en redes sociales su nueva adquisición (Foto:Instagram hctorvalentim-tattoo)
El defensor portugués lució en redes sociales su nueva adquisición (Foto:Instagram hctorvalentim-tattoo)

Tras el asombroso y nuevo tatuaje de Militão en el pecho nos preguntamos si este tipo de tatuajes pueden suponer un problema a la hora de rendir en el campo. El defensa brasileño aprovechó el día de descanso para tatuarse pecho y abdomen con una cara de un cristo, un niño Jesús y lo que parece una Virgen María, como si de una señal de la cruz se tratase. Debajo puede leerse bien grande la palabra “gratitud”.

No es la primera vez que un deportista comparte varias imágenes de cómo se está haciendo un tatuaje aunque sí puede resultar inusual que en un mismo día, y a la vez, un deportista profesional se haga varios tatuajes. Sobre todo porque aunque era su día de descanso, estaba convocado para el día siguiente.

Sería lógico pensar entonces que los tatuajes no afectan al rendimiento deportivo, ¿verdad? Pero la cosa no está tan clara. Puede que tatuarse la piel sí afecte al entrenamiento ya que la tinta lo cambia todo al dificultar la sudoración.

Alteran la fisiología de la piel

La única referencia que hemos encontrado de que existe una relación causa-efecto es esta investigación realizada por Maurie Luetkemeier, un profesor de Fisiología y Ciencias de la Salud de la Universidad de Alma (Muchigan, Estados Unidos), que concluyó que los tatuajes alteran el sistema natural de refrigeración y hacen que se sude menos y se pierda más sodio.

Según publica El País, los tatuajes localizados a una profundidad similar a la de las glándulas sudoríparas ecrinas (de 3 a 5 milímetros) interfieren en la capacidad de sudar del deportista o atleta.

Para demostrarlo, Luetkemeier y su equipo seleccionaron a 10 voluntarios sanos con una media de edad de 21 años y con algún tatuaje en brazos, hombros, espalda o torso de como mínimo 5,2 centímetros cuadrados. La condición era que el flanco opuesto de la piel estuviera limpio (esto es, un brazo o un costado tatuado y el contrario, no).

Después les indujeron el sudor mediante iontoforesis (aplicando una corriente eléctrica de baja intensidad de forma local para introducir sustancias activas en la piel), y los resultados mostraron que en las zonas tatuadas solo se producían 0,18 miligramos de sudor por centímetro cuadrado y por minuto, mientras que en la piel exenta de tinta se registraban 0,35 miligramos.

“Es posible que la función sudorípara quede afectada por el trauma producido con la aplicación reiterada de punciones en la dermis para introducir la tinta", señala el estudio.

La salinidad y la cantidad de sudor cambian

Otra explicación es que debido a la presencia de aluminio, un metal habitual en la composición de las tintas (y algunos desodorantes), reduzca la producción de sudor. Lo que no se sabe es cuánto dejará de sudar cada individuo tatuado, ya que, de acuerdo al estudio, “la composición y concentración de las tintas empleadas en cada trabajo varía de un artista a otro”,

A la vista de estos resultados"parece lógico pensar que los tatuajes de gran tamaño podrían alterar la capacidad de refrigerar el organismo", apunta Ángel Hernández Yáñez, responsable de la Unidad de Medicina Deportiva del Hospital Universitario HM Torrelodones.

Julio de la Morena Garzón, especialista en Medicina de la Educación Física de la Unidad en el Hospital Universitario Sanitas La Moraleja (Madrid) también comparte la tesis de Luetkemeier: "Los microtrau-matismos producidos con la aplicación reiterada de punciones (que hace que los depósitos de tinta queden alojado en la piel) podrían afectar a estas glándulas, junto a la presencia de aluminio, reduce la producción de sudor".

En cuanto a la mayor pérdida de sodio, otro de los posibles efectos de tatuarse, el doctor De la Morena aclara que "las personas que realizan ejercicios físicos prolongados, especialmente en climas cálidos, sufren grandes pérdidas de este electrolito y corren el riesgo de agotar sus reservas en sangre, manifestándose un cuadro sintomático caracterizado por calambres musculares y el llamado golpe de calor, expresado en una debilidad extrema, cefalalgia, mareo, náuseas, etc".

Aunque se trata de una muestra muy reducida como para extraer conclusiones generales sí se confirma que ante una sustancia ajena a nuestro organismo como es la tinta, el cuerpo lanza una respuesta inmunológica y la estructura de la piel y su función cambian de manera permanente.

"Es un hecho bien conocido que la tinta puede migrar de la piel a los ganglios linfáticos y posiblemente también a otros órganos pero no se sabe cómo puede afectar este aspecto a nuestro sistema inmunológico y, por tanto, a nuestro estado. Es de sentido común pensar que cuanto mayor sea la cantidad de tinta en nuestro organismo, mayor será el riesgo de tener alguna complicación sistémica", asegura a El Mundo Ignacio Sánchez-Carpintero, dermatólogo de Clínica Dermatológica Internacional.

Más efectos indeseados

Por otro lado, los dermatólogos llevan años alertando sobre la moda de tatuarse grandes superficies de la piel que pueden provocar sensibilidad y en muchas veces, producirse alguna infección. Incluso podrían generar el desarrollo de enfermedades dermatológicas crónicas, como pueden ser la dermatitis y la psoriasis, según los resultados de un estudio, realizado por el Centro Científico y Práctico de Dermatovenereología y Cosmetología de Moscú,

Dependiendo del tipo de tintas empleadas “se pueden producir reacciones de tipo alérgico”, apunta Julián Conejo-Mir Sánchez, dermatólogo de la Fundación Piel Sana, perteneciente a la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). “Si son tatuajes pequeños, se pone un tratamiento y se quitan con láser, pero si son de grandes dimensiones la cosa cambia”.

El campeón de peso pluma Conor McGregor luce en su pecho una impresionante cabeza de gorila y otra de tigre en el abdomen. (Foto: Getty)
El campeón de peso pluma Conor McGregor luce en su pecho una impresionante cabeza de gorila y otra de tigre en el abdomen. (Foto: Getty)

Además, según señalan en la investigación, si el tatuaje posee el color rojo este problema se agrava, ya que al contener metales como titanio o mercurio suele causar problemas tardíos y se asocia con la aparición de dermatitis. Otros trabajos como este publicado en la revista de la Asociación Española de Pediatría han analizado ‘lo que la tinta roja del tatuaje esconde’.

Pero ahí no queda todo, en 2016 el diario británico 'The Independent' recogió un estudio de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas que establecía que ciertos pigmentos del tatuaje podrían, incluso, causar cáncer. De acuerdo con la investigación, los colores azules, rojo, púrpura y verde serían responsables de granulomas. Además, señalaron que el color negro o 'jena neutral' podría contener elevados niveles de elementos tóxicos.

El experto aclara que “ahora los pigmentos están regulados pero si la calidad de las tintas no es la ‘certificada’ es posible que, a medio o largo plazo, haya toxicidad”.

Además de la infección cutánea local, el efecto secundario más común habitualmente por bacterias como el estafilococo, también hay casos descritos de transmisión de enfermedades infecto-contagiosas como el VIH y la hepatitis B y C, relacionados con las medidas de asepsia empleadas durante la realización del tatuaje.

No obstante, cabe destacar que este tipo de infecciones son poco frecuentes. No digamos ya morir por un tatuaje. Algunos de los casos más graves (choque séptico o infección letal) han ocurrido por no guardar las precauciones higiénicas necesarias que requieren los tatuajes recién hechos.

La probabilidad de que ocurran depende en gran medida de las condiciones higiénicas del local donde se realiza el tatuaje. Por ello, los expertos recomiendan hacerlo en establecimientos autorizados y por profesionales. Además, exigen a la persona acudir al médico de forma inmediata, en caso de observar algún tipo de reacción. Por último, recomiendan evitar los tatuajes en áreas de la piel que tengan lunares.

Para prevenir sustos

El experto aconseja a los deportistas de élite tomar precauciones para que los tatuajes extensos no perjudiquen la salud. “Aconsejo a los futbolistas que sean ellos mismos quienes se hagan su propia revisión de la piel, prestando especial atención a su cara e incluyendo la nariz, los labios, la boca y las orejas”, señala el dermatólogo en la web de la Fundación Piel Sana.

Además el especialista recuerda que “las zonas del cuerpo donde salen más melanomas son el tronco y los brazos, pero los tatuajes grandes tapan la piel y no es fácil ver el desarrollo de los lunares”.

Los dibujos pueden camuflar un cáncer porque actúan como una barrera que impide observar bien la piel. “Si una persona sin tatuajes tiene que revisarse la piel cada año, una tatuada debería hacerlo cada tres o cuatro meses porque es probable que, si aparece un melanoma o un carcinoma, lleguemos tarde porque no se ve bien”, añade.

Por su parte la AEVD ha desmentido algunos de los bulos que circulan sobre los tatuajes como que aumentan el riesgo de cáncer y alteran diagnósticos médicos.

Si bien un estudio publicado en Scientific Reports confirmó que las tintas negras son potencialmente cancerígenas por su alto contenido en hidrocarburos aromáticos, no hay ningún dato que demuestre que ello genere más casos de cáncer o problemas de salud en la vida real”, explica el doctor Donís Muñoz Borrás, autor del libro ‘Tratado sobre los tatuajes. Claves para su eliminación con láser’.

Por otro lado, en cuanto a la creencia de que los deportistas hiper-tatuados pueden tener problemas a la hora de realizarse pruebas diagnósticas o hacerse resonancias magnéticas por una fractura en brazos o piernas porque estos aparatos “queman la piel de las zonas entintadas”, el Dr. Conejo-Mir recomienda a toda persona tatuada o que haya tenido un tatuaje y necesite realizarse alguna de estas pruebas diagnósticas “advierta al radiólogo que lleva o ha llevado tatuajes. Con ello evitaremos estos graves errores diagnósticos y también que la zona, si presenta un tatuaje muy grande y el pigmento fuera metálico, pueda calentarse más”.

¿Tienes tatuajes? ¿Conocías las enfermedades a las que te expones?

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