No le pagaron pero el Super Bowl fue un negociazo para Rihanna

Rihanna regresó a los escenarios tras una pausa de 7 años para ser la estrella del medio tiempo del Super Bowl (REUTERS/Brian Snyder).
Rihanna regresó a los escenarios tras una pausa de 7 años para ser la estrella del medio tiempo del Super Bowl (REUTERS/Brian Snyder).

En el mundo del mercadeo, el product placement -o emplazamiento de producto, en español- es una herramienta muy útil que permite la introducción de un determinado producto o una marca dentro del espacio audiovisual en cuestión de una forma orgánica, sin que sea tan evidente que es publicidad.

En el show del medio tiempo del Super Bowl, la cantante, actriz y empresaria Rihanna, dio una lección al mundo de cómo es que se pone en práctica esta estrategia, frente a millones de telespectadores globales.

La nativa de Barbados, quien también es dueña de la marca de lencería Savage X Fenty y de la línea de maquillaje Fenty Beauty, utilizó la valiosa plataforma que le ofrecía en encuentro entre los Philadelphia Eagles y los Kansas City Chiefs para -nada más y nada menos que- promocionar su propio negocio.

En lo que fue su regreso a los escenarios tras una pausa de 7 años, la intérprete de éxitos como Umbrella y Diamonds aprovechó la ocasión para utilizar unos de sus productos de belleza en una micro pausa en su show. Rihanna retocó su maquillaje, por supuesto de su marca, con un polvo Invisimatte, el cual aplicó rápidamente en la nariz con una esponja cuando alguien de su equipo se lo acercó.

Además, el labial que llevaba puesto es una nueva tonalidad de su Fenty Icon Velvet Liquid Lipstick, denominada 'The MVP', que justamente salió a la venta durante el espectáculo. Otro de los labiales de la colección especial de Fenty dedicada al Super Bowl ya está gotado.

Se trató de una movida ingeniosamente pensada para poner frente a los ojos de toda la teleaudiencia, por esos breves instantes, un producto de su marca, creada en 2017 y que actualmente se estima que tiene un valor de 2.8 billones de dólares. Ese "retoque" tan innecesario, y que normalmente se hubiera considerado un error garrafal en el espectáculo de cualquier otro artista, fue clave en la presentación de la cantante.

Rihanna encontró la manera perfecta de capitalizar su participación en el Super Bowl para que no solo su retorno a la escena musical fuera icónico, sino que lo utilizó para dar a conocer su segundo embarazo. Las dudas que causó su atuendo rojo –con prendas Loewe, chaqueta de Alaïa y zapatos de Maison Margiela MM6 x Salomon Cross Low- fueron disipadas luego por el manager de la artista, quien confirmó que en efecto está encinta.

Para sorpresa de muchos, Rihanna no recibió un pago por su presentación de 13 minutos en el medio tiempo del Super Bowl. Y es que el negocio es otro. Para una artista que se ha diversificado de tal manera que sus mayores ingresos ya no provienen de la música, la exposición lo es todo. Su breve aparición en el espectáculo la catapulta a los titulares de la prensa de todo el planeta, y con ello, a sus marcas.

"Yo me involucro en cada aspecto de las cosas que hago. No importa si es el Super Bowl, si es un producto de belleza o la lencería Savage (…) Si sale mal o si sale bien, mi nombre va a estar ligado a eso", dijo la artista en un encuentro con la prensa. Puede que Rihanna cante muy bien, pero sus habilidades para los negocios no se quedan atrás de capacidades vocales.

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