Rita Moreno y Marlon Brando: un embarazo inesperado, abuso emocional, frenesí y un intento de suicidio a lo largo de ocho tormentosos años
Cuando a Rita Moreno le preguntan por Marlon Brando, la actriz hace siempre una distinción respecto a lo que sintió por uno de los actores más extraordinarios de la historia del cine y otro hombre que llegaría después a su vida, el cardiólogo que se convirtió en su manager, Leonard Gordon, con quien estuvo casada desde 1965 hasta su fallecimiento en 2010. “Marlon me llevó al tormento, con Lenny fue un matrimonio infeliz, pero por otras razones. Además, sé que yo fui el gran amor de la vida de Marlon, no la gran lujuria, el gran amor” , expresó.
La actriz puertorriqueña tiene dos recuerdos asociados de modo irremisible: la irrupción en Hollywood y su primer encuentro con Brando. De esta forma, esa relación tumultuosa estuvo signada por el cine desde el momento en que cruzaron miradas en la sala de maquillaje de Desirée, la amante de Napoleón, película que se estrenaría en 1954 cuando Moreno tenía 22 años y Brando, 30. Él, claro, interpretaba a la figura central del film de Henry Koster.
Cuando se vieron, la actriz, cantante y bailarina no pudo disimular su atracción instantánea. “Fue esa clase de vértigo que te provoca escribir poesías y canciones”, remarcó sobre el primero de muchos instantes propulsados por una pasión irrefrenable. “ Marlon hizo mucho por mi cuerpo y por mi alma, estar con él era estar en un mundo siempre emocionante porque tenía una forma especial de relacionarse con el mundo, nunca conocí a nadie que viviera de igual manera ”, subrayó la actriz.
Sin embargo, esa forma excitante de la estrella al momento de vincularse con Moreno fue mutando y, en los ocho años que duró la relación, la actriz experimentó situaciones que la marcaron al punto tal de querer quitarse la vida. “Él tenía una reputación de frío, de imperturbable, pero era muy cariñoso” , escribió Moreno en sus memorias, libro al que le dio un importante espacio a Brando y a ese frenesí que alteró su cotidianidad de manera indefectible.
Una separación breve que dejó secuelas
Al poco tiempo de empezar la relación, Moreno advirtió que Brando le era infiel y, en lugar de enfrentarlo, confesó que lidiaba con el dolor intentando darle celos con otros hombres. El vínculo comenzó a tornarse enfermizo, y decidieron alejarse por un tiempo. Si bien la actriz pensó que esa distancia iba a ser beneficiosa para ambos, su vida dio un vuelco cuando, en 1957, el actor contrajo matrimonio con Anna Kashfi primero, y con Movita Castaneda después, de quien se divorció en 1962. Con ambas tuvo hijos: Christian con Kashfi, y Miko y Rebecca con Castaneda.
Mientras Moreno lograba uno de sus máximos sueños, triunfar en la industria, y hacía historia con el Oscar recibido por Amor sin barreras y su memorable interpretación de Anita, cuando se refugiaba en su casa, esos logros se veían opacados por la traición de quien entonces era su gran amor. “Me rompió el corazón, no solo por las múltiples infidelidades sino también por lo que vino después, todas esas traiciones emocionales, pero en ese momento no podía romper con lo que teníamos” , confesó.
“Me fui a dormir para morirme”: la dura confesión de Moreno
“Sabía que él siempre se movía con un cierto patrón de comportamiento, pero a mí me costaba alejarme”. Según Moreno, empezó a volverse “adicta” a ganarse la atención del actor, sin advertir que estaba siendo abusada psicológicamente por él, quien disfrutaba de tenerla cerca. En esa época, todo era turbulento. El actor atravesaba matrimonios y divorcios, pero quería seguir viendo a Moreno. Ella, a su vez, salía con actores y músicos sabiendo que él se enteraría eventualmente. “Quería que se pusiera celoso, quería que estuviera solo conmigo”, recordó.
En una de las separaciones de Brando, la pareja se reencontró y la actriz se enteró que estaba embarazada. De inmediato, compartió la noticia con el protagonista de Nido de ratas con una felicidad que, lamentablemente, no fue compartida. “ Su reacción me dejó estupefacta; cuando me escuchó, llamó a alguien para que me pase a buscar y para que me practiquen un aborto ”, reveló con angustia en sus memorias sobre el procedimiento que no se realizó en buenas condiciones, lo que provocó que Moreno debiese ser internada para una cirugía.
La actriz ya se encontraba sobrepasada por las circunstancias y Brando decidió alejarse y abocarse al trabajo, desestimando por completo lo que estaba sucediéndole a ella. En el rodaje del film Motín a bordo, el actor se enamoró de su coprotagonista, Tarita Teriipaia, la gota que rebalsó el vaso para Moreno, quien intentó quitarse la vida. “No lo hice como venganza, estaba realmente tan triste que solo quería que las pastillas hicieran su efecto y que el dolor se fuera, me fui a dormir para morirme” , expresó en una frase indeleble de sus textos. La internación de urgencia le salvó la vida y le abrió los ojos. “Me estaba dejando avasallar por un hombre que me humillaba constantemente, entonces decidí alejarme emocionalmente”, contó la actriz. Brando, en tanto, se casó con Teriipaia, con quien estuvo en una relación hasta 1972.
Un reencuentro en el set y una necesaria catarsis
Si bien ella misma no puede explicarlo, cuando en 1967 le llegó el guion de La noche del día siguiente, el policial de Hubert Cornfield en el que interpretaba a Ava, sintió que su contrafigura tenía que ser Brando y lo llamó. El actor aceptó el papel de Bud e intentó reconquistarla en el rodaje que se llevó a cabo en 1968. Moreno se negó a estar con él, y tuvo una experiencia en el set que la tomó por sorpresa.
“Las escenas en las que nuestros personajes se enojaban me recordaron cosas feas, todo el dolor que viví, advertí que tenía un resentimiento que me atravesaba todo el cuerpo y en un momento en que tenía que darle una cachetada, hice catarsis, había mucho enterrado que saqué a la superficie”, narró. La llegada de Leonard Gordon a su vida la hizo dejar atrás a Brando, al menos en un plano romántico, ya que, una vez superados ciertos traumas, aceptó seguir en su vida como amiga, incluso en los momentos más difíciles del actor.
En simultáneo, la actriz intentaba reprimir el deseo de estar sola. “Con Lenny tuvimos un matrimonio exitoso, pero yo no fui feliz y nunca tuve la valentía de dejarlo”, compartió. “Nunca advertí lo desesperada que estaba por vivir mi vida sola, pero me castigaba quedándome en esa relación, fue algo brutal”, remarcó la artista de 91 años. De ese vínculo nació la única hija de la actriz, Fernanda. “Él era un excelente padre, una excelente persona, pero no conectábamos juntos; de todos modos, me quedé a su lado por 46 años, a pesar de que siempre estaba pensando que debía estar conmigo misma”. Aunque ese sentimiento era muy fuerte, jamás pudo verbalizarlo y siguió “en un matrimonio triste”.
En cuanto a Brando, en una entrevista con Jessica Chastain para la publicación Variety, Moreno aludió al actor de una forma en la que dejó en claro que sus sentimientos nunca fueron tan sencillos de dilucidar. Ese flechazo inicial y el torbellino posterior tiñó el vínculo y su mirada sobre éste. “ Estuvimos ocho años en una relación excitante porque él era extraordinario en muchas cosas, pero también era una mala persona, era un hombre malo con las mujeres, nos tenía a su lado como objetos, por eso me cuesta hablar de la relación, porque era muy compleja ”, sumó.
En el documental de PBS, Rita Moreno: Just a Girl Who Decided to Go for It, la actriz también hizo referencia al vínculo y a cómo muchas decisiones de su vida fueron tomadas por el actor, como ese embarazo que ella no quería interrumpir, un recuerdo angustiante que es la viva prueba de cómo Brando se relacionaba con Moreno: de acuerdo a sus necesidades y sus tiempos.
“Yo lo leía mejor que nadie y hacía un gesto cada vez que mentía, fue una persona con la que me embarqué en una aventura tempestuosa, pero que luego me maltrató de muchas maneras”, enfatizó la mujer que logró salir adelante y reconstruir su vida: “ Soy una persona muy fuerte, trato no quedarme en el pasado y utilizo el arte para manifestarme, para definirme, para dejar una marca, una influencia en los demás” .