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Robert Downey Jr. se puso al frente de la remake de un clásico de Hitchcock

Robert Downey Jr. cambia de escudería y trabaja en un proyecto de DC Comics
Robert Downey Jr. dispuesto a tomar un clásico de Hitchcock

Robert Downey Jr., uno de los actores más populares de la actualidad, reveló que trabaja en la remake una de las grandes películas de Alfred Hitchcock, Vértigo. La noticia, como cada una de las rodean al protagonista de Iron Man, despertó rápidamente gran interés en el público.

Robert Downey Jr. junto a Susan Downey, producirán la nueva versión de Vértigo
Robert Downey Jr. junto a Susan Downey, producirán la nueva versión de Vértigo - Créditos: @Emma McIntyre

Según informó el sitio especializado Deadline, Robert Downey Jr. está al frente de una remake de la icónica pieza protagonizada por James Stewart y Kim Novak, y que hace algunos años fue elegida por la tradicional encuesta de la revista Sight & Sound y el British Film Institute como la mejor película de la historia del cine. Esa resultó terminó con un reinado de medio siglo que supo ostentar El ciudadano.

El nuevo proyecto de Downey Jr. es muy ambicioso. El guionista encargado de escribir esta adaptación es Steven Knight, el creador de la prestigiosa serie Peaky Blinders. El actor es el productor a cargo del largometraje, junto a su habitual socia, su esposa Susan Downey.

Robert Downey Jr. en Iron Man 3
Robert Downey Jr. en Iron Man 3

No obstante, aún no está confirmado que Downey Jr. sea el protagonista de esta nueva Vértigo. Si bien su rol como productor y su interés en esa pieza lo convierte en el candidato más fuerte, no sería la primera vez que a último momento y por problemas de agenda, el actor decida dar un paso al costado. Hace varios años, cuando HBO anunció que iba a producir junto a él una nueva versión de Perry Mason, muchas voces apresuradamente lo llegaron a confirmar como el protagonista, pero eso nunca sucedió, y el rol cayó en manos de Matthew Rhys. Frente a esos antecedentes, solo resta esperar que el proyecto avance.

Un clásico imprescindible

Vértigo fue tibiamente recibida en el momento de su estreno. Se entiende: es mucho más lenta que los films anteriores del director, tiene a un Jimmy Stewart que, cuando no está transitando de la apatía a la melancolía, intenta consumar una fantasía sexual necrófila y, sobre todo, para un público y una crítica que valoraban el verosímil, la psicología realista y los problemas humanos, está recargada de artificio: el argumento es a la vez tan rebuscado e inconsistente que nadie podía tomarlo en serio. Lo cierto es que Hitchcock estaba ofreciendo un experimento de cine puro a un público que no estaba preparado para ello y que solía desestimar su trabajo como un entretenimiento infantil (y en este caso, ni siquiera demasiado entretenido) tras compararlo, paradójicamente, con los vulgares ejercicios de teatro filmado a los que estaba acostumbrado.

El tema de esta película, que es pura puesta en escena, es también la puesta en escena: la trama presenta un juego de cajas chinas que multiplican la dinámica de un director/manipulador construyendo el artificio de un relato para un espectador. La historia central muestra a un millonario que pone a una actriz a representar una ficción ante un detective, es decir, alguien que se dedica a observar: un espectador. Luego, en la segunda parte del film, la posición del “realizador” se duplica y también el detective, el protagonista, pasar a ocupar ese rol, dirigiendo él mismo a la actriz.

La fantasía representada, esta ficción dentro de la ficción, es lo que los espectadores de la época encontraban, no sin razón, inverosímil: el millonario Gavin Elster contrata al detective Scottie Ferguson (Stewart) para que siga y proteja a su esposa Madeleine (Kim Novak), quien aparentemente está obsesionada y acaso momentáneamente poseída por una muerta, la suicida Carlotta Valdez. En verdad, Madeleine es una actriz que representa ese rol para que Scottie sea testigo de su supuesto suicidio y, así, ocultar el asesinato de la verdadera esposa, cometido poco antes por Elster. En una escena climática, “Madeleine” se muestra atormentada, sube al campanario de un convento a donde Scottie no puede seguirla porque padece vértigo, y se arroja al vacío (en verdad, Elster lanza el cadáver de la esposa en su lugar). Desde luego, es lícito preguntarse cómo es que Scottie nunca vio el cuerpo ni ninguna fotografía de la muerta para descubrir que no era la mujer que el conocía, pero la lógica interna no es lo más relevante en un film que, más que nunca en la obra de Hitchcock, se acerca a la narrativa de un sueño o una pesadilla.