Robert Downey Jr. y la casualidad que descubrió la estrella que llevaba dentro
Entrañable. Es la primera palabra que me viene a la mente para describir el homenaje que Robert Downey Jr. le hace a su padre en la plataforma de Netflix con Sr. Un documental donde el actor no solo plasma en imágenes el legado artístico de Robert Downey Sr. como el cineasta rebelde, creativo y antisistema hollywoodense que fue, sino también el amor incondicional de un hijo a pesar de la drogadicción que desarrolló a través de su propio padre.
Sin embargo, no se centran en buscar culpables ni cargar con reproches ni resentimientos. Lo hablan, el hijo lo expone y el padre huye de revivir el dolor cuando le queda poco tiempo de vida. Pero a cambio se profesan amor, cariño y respeto con un sentido del humor irreverente que traspasa la pantalla. Y así, entre historias, bromas, anécdotas y el repaso de una vida entera, surgen historias maravillosas. Como la protagonizada por el debut de Robert Downey Jr. como actor.
Como hijo de un director que encontraba historias, humor y locuras cinematográficas en cada rincón de la vida misma, la existencia de la gran estrella de Marvel quedó ligada al celuloide desde su nacimiento. Creció entre el ruido de claquetas, gritos de ¡acción! y artistas creativos entrando y saliendo del living de su casa. Sin embargo,a pesar de estar rodeado del más puro cine, su debut como actor surgió de pura casualidad.
Robert Downey Jr. cuenta en el documental cómo su cuna solía estar en diferentes rincones de los rodajes, aprendiendo a dormirse con el ruido y el sonido de la claqueta de cine. Recuerda estar siempre rodeado de artistas mientras vemos filmaciones familiares peleando con sus hermanas o jugando en los sets como si los equipos técnicos fueran su propio parque de atracciones. Pero nunca habla de un posible deseo infantil de plantarse frente a la cámara ni nada parecido. Y, a juzgar por el relato, ni siquiera sus padres habían descubierto su talento artístico. Ni su padre con un ojo único para ver historias a través de una cámara, ni su madre Elsie Ann Ford, que no solo era actriz sino que trabajaba en la mayoría de películas rodadas por Downey Sr.
Pero todo cambió en el rodaje de Pound, una comedia de 1970 que transcurría en una perrera con la diferencia de que los animales a punto de ser sacrificados eran interpretados por humanos. Tal y como cuentan en Sr., necesitaban a un niño para que interpretara a un personaje llamado Puppy (o Cachorro) en una secuencia) Pero se acercaba el día de la grabación de dicha secuencia y Robert Downey Sr. y su esposa no lograban encontrar a una niñera que se ocupara de sus dos hijos, Allyson que por entonces tendría 7 años y Robert con 5. Sin darle muchas vueltas ataron cabos y llamaron al niño menor para que se hiciera cargo de interpretarlo, sin importar que tenía que recitar una frase cómica de tintes adultos a un personaje calvo, diciéndole: “¿Tienes pelo en las pelotas?”
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El resultado fue un debut que pasó al recuerdo de todos los implicados en el rodaje y que, cuando Robert Downey Jr. alcanzó el estrellato, comenzó a aparecer en redes sociales y plataformas como YouTube. Lo hizo tan bien y de manera tan natural que, según cuentan en el documental, no hizo falta hacer una segunda toma.
Su propio padre confiesa que, cuando lo vieron actuar, todos los que estaban presentes reconocieron el talento nato que tenía. “Todo el mundo me decía: ‘¿de dónde lo has sacado?’ Esa primera vez lo es todo” sentencia Downey Sr. “Se notaba que sabía lo que hacía. No necesitaba mi ayuda. Estaba poseído. Inconscientemente supe que nunca tendría que ir al colegio, sabía que sería actor”.
Aparentemente ni siquiera Robert Downey Jr. había pensado en ser actor, sino que todo aquel mundo de cine que le rodeaba suponía compartir tiempo con su padre. Pero aquella experiencia abrió la puerta a lo que vendría a continuación: otra película (el western surrealista Greaser’s Palace que parodiaba la vida de Jesús), clases de ballet y estudios en un centro de artes durante su adolescencia. En 1982, con 17 años, abandonó el secundario y se mudó a Nueva York con el único deseo de ser actor. El éxito no tardó en tocar a su puerta y a mediados de los 80s ya era uno de los miembros de la famosa Brat Pack, el nombre con el que se bautizó al grupo de actores que solía interpretar películas adolescentes por entonces.
Sin embargo, sin que muchos lo supieran, él ya había comenzado a luchar contra la adicción a las drogas desde que tenía ocho años (BBC), un hábito que desarrolló porque su propio padre le dio acceso a sustancias siendo un niño creyendo, en su mente adicta, que era algo cómico. En sus palabras, creía que era hipócrita si no le permitía a su hijo consumir lo mismo cuando él lo estaba haciendo. En el mismo documental hablan del asunto pero sin reproches, sino recordando a través de entrevistas pasadas cómo Robert Downey Sr. reconoció públicamente su error.
Tras ser arrestado en varias ocasiones, pasar por rehabilitación otras tantas y perder el estatus de nueva estrella en alza que llegó a conseguir con su primera nominación al Óscar por Chaplin (1992), finalmente inició su retorno a la cima en 2003. Fue gracias a la ayuda de Mel Gibson, quien pagó a la aseguradora para que pudieran contratarlo en El detective cantante. Básicamente porque ningún estudio o productora se atrevía a contar con él debido a sus problemas pasados. Le siguieron películas como Gothika, Kiss Kiss Bang Bang y la renovación de su vida personal al contraer matrimonio con su actual esposa y madre de sus dos hijos pequeños, Susan Downey (quien era la asistente del productor de Gothika, Joel Silver). Su carrera continuó ascendiendo hasta alcanzar la cima absoluta como el actor mejor pagado de Marvel a través del papel de Iron Man.
Tal vez ser actor era su destino y hubiera ocurrido de todos modos pero, quizás, todo esto jamás hubiera sucedido tal y como se dieron los acontecimientos de no haber descubierto su talento sin aquella casualidad fortuita que lo llevó por primera vez a actuar ante la cámara.
Dirigida por el director de Tiger King, Chris Smith, y filmada durante tres años, Sr. es uno de los documentales recientes más recomendables disponibles en Netflix. Una obra honesta y sincera sobre un visionario fascinante del cine contracultura que falleció en 2021 tras una larga batalla contra el Parkinson. Una película que celebra la visión única de un director de espíritu rebelde e irreverente, mientras Robert Downey Jr. se despide de su padre con amor, respeto y el humor mutuo que los caracterizaba tal y como vivieron siempre juntos: bajo el lente de una cámara y en imágenes.
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