Rocío Cárdenas, la ganadora de 'Big Brother' que le dio la espalda a la fama para ayudar a sobrevivientes de cáncer

Junto a su esposo, que es cirujano plástico, ayuda a mujeres que se sometieron a la mastectomía

Rocío Cárdenas y Giovanni Betti, un matrimonio unido para apoyar la reconstrucción mamaria y contra el uso de biopolímeros. (Photo by Medios y Media/Getty Images)
Rocío Cárdenas y Giovanni Betti, un matrimonio unido para apoyar la reconstrucción mamaria y contra el uso de biopolímeros. (Photo by Medios y Media/Getty Images)

El lanzamiento de la primera temporada de Big Brother fue en marzo de 2002. Un total de 12 concursantes desconocidos entre sí ingresaron a la casa del reality para ser vigilados las 24 horas del día durante su convivencia diaria. La ganadora fue la regiomontana Rocío Cárdenas, una mujer que actualmente se dedica a apoyar a víctimas del cáncer de mama de escasos recursos para que tengan acceso a la reconstrucción mamaria.

Han transcurrido 22 años desde que el reality fue un boom de la televisión mexicana. Se trató del primer gran trancazo televisivo del siglo XXI a nivel nacional con su transmisión por sistema de cable y televisión abierta; SKY transmitió el horario corrido del confinamiento con cuatro señales simultáneas y Televisa aprovechó los especiales (miércoles, domingo) de noches de nominación y expulsión.

Junto a Cárdenas hubo otros tres huéspedes originarios de Monterrey: Diego Jasso, Patricio Zambrano y Carla Chávez. Tres integrantes eran de Ciudad de México: Paola Olivera, Azalia Ojeda y Miguel Ángel Araniz. Dos de Guadalajara: Denise Padilla y Eduardo Orozco. El resto fueron: Verónica de Ita (Puebla), Eric Aurioles (Quintana Roo) y Gabriel Pontones (New Jersey, Estados Unidos).

Conducido por la periodista Adela Micha, el programa culminó en junio de 2002 con cuatro finalistas y Rocío fue la ganadora. El premio consistió en 2 millones 500 mil pesos en efectivo y el impulso de una carrera artística en Televisa con formación en el Centro de Educación Artística (CEA) para aparecer en anuncios comerciales, telenovelas y programas unitarios.

Su crédito figuró en producciones como La madrastra (2005) y Rebelde (2004-2006), en contenidos como Mujer, casos de la vida real y La escuelita VIP. En cuestión de spots llegó a hacer infomerciales para promocionar destinos turísticos como Los Cabos. Así se desenvolvió durante siete años hasta que desapareció del medio del espectáculo.

“Después de esos siete años fui a estudiar cine, teatro, a perfeccionar un poco las técnicas que había aprendido en el CEA. Tuve la gran bendición de conocer a mi actual marido, Giovanni. Resulta que nos casamos y tuvimos gemelos, Bruno y Leonardo. Después tuvimos a Gianluca”, contó ella misma en 2018 en el canal que decidió abrir en YouTube.

Alejada de las cámaras y profundamente enamorada del cirujano plástico Giovanni Betti, se sumó a él para impulsar la Fundación Reconstruyendo Sueños, creada en 2008 sin fines de lucro. El objetivo consiste en brindar atención médica a las mujeres sin capital que perdieron sus mamas como consecuencia del cáncer u otras patologías.

“Estuve a cargo del servicio de Cirugía Plástica del Hospital Primero de Octubre (ISSSTE) en el Distrito Federal y allí pude ver y sentir el gran abandono social y la desesperación y ansiedad que padecían las mujeres mastectomizadas pese al haber sido rescatadas de un cáncer mamario por su cirujano oncólogo”, comparte su sentir Giovanni Betti en su sitio oficial sobre la causa de la fundación.

Desde que lo conoció hasta la fecha, Rocío Cárdenas trabaja en conjunto con su esposo para buscar alianzas y patrocinadores que deseen colaborar en la reconstrucción mamaria dentro de territorio mexicano. “Me he dedicado mucho a la fundación que tenemos mi marido y yo. Hicimos una campaña el año pasado, altruista, para ayudar a mujeres sin recursos que han tenido cáncer”, comentó Rocío tras ser entrevistada por Eden Dorantes recientemente.

Aparte de concentrarse en ese propósito, el matrimonio Betti-Cárdenas también lleva a cabo campañas de concientización para alertar sobre los peligros de someterse a tratamientos con biopolímeros. Como cirujano plástico reconocido dentro de su ramo, Giovanni Betti es un opositor y detractor de esa alternativa.

Su clínica y la fundación manejan el lema de “Di no a los biopolímeros”. Asimismo, advierten a las personas afectadas por inyección de biopolímeros a someterse a operaciones que prometen retirarlos por completo de su organismo. “Hay que entender y aceptar que desgraciadamente hasta ahora no existe ningún método que permita extraer las sustancias inyectadas en su totalidad, debido a que éstas suelen dispersarse según el tipo de material empleado, la densidad, peso y tiempo de colocación”, publica Giovanni Betti en su sitio oficial.

Rocío, en tanto, se encarga de difundir ese mensaje en redes sociales, tal como puede apreciarse en su cuenta de Instagram. Allí, con publicaciones de reels informativos, explica riesgos. “No permitas ningún tratamiento de lipoaspiración, porque no es la solución”, recomienda a quienes evidencian daños ocasionados por biopolímeros.

A más de dos décadas de haber ganado el reality que sentó un precedente para la producción de esos contenidos y cuyo éxito no ha sido replicado con el mismo impacto, Rocío Cárdenas no se ve como participante de un programa similar en la actualidad: “Son palabras mayores. Hoy en día las redes… Acuérdate que cuando estuve en Big Brother no había redes. Ahorita se arma súper fuerte”.

Su familia, sus tres hijos y la fundación Construyendo Sueños son su ocupación. Procurar a los suyos es lo que le da vida. Pero igualmente se estimula en el reto de cooperar para que mujeres mastectomizadas de escasos recursos tengan acceso a procedimientos quirúrgicos que vean por su salud física y mental tras la amputación de mamas, pues muchas de ellas, tal como indica la fundación, pierden autoestima y seguridad.

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