Cuando el rodaje de 'Titanic' se convirtió en una pesadilla alucinógena

LOS ANGELES - DECEMBER 19: The movie
LOS ÁNGELES - 19 DE DICIEMBRE: La película "Titanic", escrita y dirigida por James Cameron. Visto aquí, el RMS Titanic en Southampton, Inglaterra. Estreno inicial en cines de EE. UU. el 19 de diciembre de 1997. Captura de pantalla. Paramount Pictures. (Foto de CBS a través de Getty Images)

James Cameron es uno de los directores más exigentes y perfeccionistas de la historia del cine moderno. Su pasión por la innovación tecnológica y el espectáculo visual lo llevaron a pasar años con un mismo proyecto en mente. Desde los cinco que estuvo desarrollando Titanic, a los quince de Avatar y ahora más de una década para la secuela. No en vano Kate Winslet dijo que ni se le cruzaba por la cabeza volver a trabajar con él despues de Titanic a menos que le pagaran “un montón de dinero”. Incluso se ganó el apodo del “hombre más aterrador de Hollywood” por su exigente metodología. Con gritos incluidos. “En ocasiones tenía miedo de él” dijo la actriz a The Times en 2009 explicando que se había lastimado un hueso en el codo y temía ahogarse en el tanque de agua. “Jim tiene un temperamento que nadie creería”. En realidad, al director no le gusta la palabra perfeccionista sino que se describe como una persona “demandante”, que solo hace “algo hasta que está bien y luego pasa a lo siguiente”. Es decir, perfeccionista en mi lenguaje. Sin embargo, esta faceta suya habría derivado en un desastre descomunal en pleno rodaje de Titanic.

Es una de las historias más locas pero menos conocidas del clásico protagonizado por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Para conocerla debemos trasladarnos al 9 de agosto de 1996. Hacía apenas unos días que habían iniciado el rodaje en Halifax, Nueva Escocia (Canadá), filmando las escenas de la expedición moderna liderada por el personaje de Bill Paxton. Ese día el servicio de catering sirvió sopa de almejas con un ingrediente inusual: fenciclidina, un alucinógeno más conocido como PCP o polvo de ángel. Y lo que se vivió a continuación fue un verdadero retrato lynchiano.

“Teníamos una habitación para los técnicos y electricistas, y uno de los muchachos comenzó a hablar muy hiperactivo”, contó un miembro del equipo llamado Jake Clarke a Vulture. “Era un tipo grande, como de 1.90, y dice: '¿Se sienten bien? Porque yo no. Siento que estoy drogado, y créeme, lo sabría'. Solo estaba parloteando así. Y justo cuando estaba diciendo esto, vimos a James Cameron corriendo por la puerta y un extra corriendo detrás de él. Y dijo: '¡Hay algo dentro de mí! ¡Sáquenlo!'"

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LOS ÁNGELES - 19 DE DICIEMBRE: La película "Titanic", escrita y dirigida por James Cameron. Visto aquí desde la izquierda, Lewis Abernathy como Lewis Bodine y Bill Paxton como Brock Lovett. Estreno inicial en cines de EE. UU. el 19 de diciembre de 1997. Captura de pantalla. Paramount Pictures. (Foto de CBS a través de Getty Images)

El alucinógeno provocó un verdadero caos en aquel set de las exigencias y el perfeccionismo más detallado. Se dice que más de cincuenta personas terminaron en el hospital. James Cameron logró vomitar antes de que la droga se apoderara de él por completo. De todos modos, un actor que lo vio en ese momento dijo que tenía un ojo rojo “como el de Terminator”. “El otro ojo parecía haber estado esnifando pegamento desde que tenía cuatro años” añadió.

Imaginen la escena. Y la locura del momento. Decenas de empleados “gimiendo y llorando, quejándose y colapsados sobre mesas y camillas” describió Cameron a Vanity Fair en 2009. Mientras el director de fotografía, Caleb Deschanel, lideraba una línea de conga y Bill Paxton alucinaba entre ellos.Estaba sentado a mi lado en el pasillo del hospital y parecía estar disfrutando del momento” dijo la decoradora Claude Roussel. Mientras tanto, los técnicos iban por el pasillo haciendo wheelies en sillas de ruedas”.

Toda una locura inimaginable cuando tenemos en cuenta el perfeccionismo y atención al detalle más exigente de James Cameron. Desde la producción de réplicas para los decorados internos del transatlántico a filmar al verdadero esqueleto del Titanic bajo el océano, entre tantas historias más.

US Director James Cameron stands on the set of the movie

Según escribió The Times hace trece años, el culpable podría haber sido un empleado descontento del equipo técnico. Después de todo, el Sindicato de Actores terminó abriendo una investigación a raíz de la renuncia de varias personas y las lesiones que sufrieron tres actores de riesgo, pero no encontró pruebas de inseguridad. Incluso Bill Paxton, que era amigo de James Cameron, dijo que había muchas personas desconformes con él en el rodaje. “Jim no es uno de esos tipos que tiene tiempo para ganarse corazones y mentes” aseguró. En su defensa, el director añadió que, para él, hacer cine era como ir a la guerra. “Una gran batalla entre el negocio y la estética”. Sin embargo, por más que la policía de Nueva Escocia estuvo involucrada, nunca se encontró al culpable.

James Cameron logró continuar con el rodaje y en septiembre de ese mismo año se trasladaron a los estudios construidos en Rosarito, México, donde habían creado una réplica exacta del Titanic. Y lo demás es historia...

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