Rodeada de campers y abandonada: así vive Annie, la elefanta en Jalisco que busca un nuevo hogar

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El activista Arturo Islas Allende denunció en redes sociales que la elefanta Annie, quien habita en Lagos de Moreno, Jalisco, vive rodeada de campers en círculo que la tenían encapsulada y sin las condiciones internacionales que requiere esta especie para tenerla en cautiverio.

Annie, quien también es conocida como “Susy”, vive negligencias por parte de un circo que dijo ser propietario de la elefanta. 

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“Estamos en medio de un terreno, en la mitad de la nada, en una carretera mexicana donde todo el día están pasando trailers, que están frenando con motor, en donde hay una elefanta africana que está contenida con campers, con diferentes artefactos con chatarra para que no salga de ese lugar y que lleva años ahí”, denunció Arturo Islas en un video.

El activista señaló que en 5 años, ningún inspector de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) vino a darse cuenta que un elefante vive rodeado de campers.

“Los últimos 5 años de su vida han sido así. 5 años ha vivido así desde que se prohibieron los animales en los circos. El tema es que la autoridad prohibió y se desentendió”, señaló Islas Allende.

Ante la denuncia que se volvió viral en redes sociales, la Profepa tomó el caso de Annie en Jalisco e informó que la elefanta fue asegurada de manera precautoria por faltas al trato digno y respetuoso.

Además, señaló que durante la visita “se observó que no contaba con las instalaciones adecuadas”.

Animal MX consultó con comunicación social de la Profepa para conocer los avances en el caso de Annie tras la visita que realizaron el 20 de febrero.

De acuerdo con su respuesta, señalaron que se encuentran avanzando en la investigación y están “en proceso de recopilar toda la información pertinente y confirmar los detalles para asegurarnos de proporcionar una comunicación precisa y responsable”.

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Annie, entre el estrés y el encierro

Para conocer el estado de salud de Annie, la Profepa solicitó de forma oficial al Zoológico de Guadalajara apoyo médico veterinario para revisar y evaluar en qué situación se encuentra la elefanta.

La visita al predio ocurrió el martes 20 de febrero, donde médicos veterinarios acudieron para realizar la revisión del ejemplar.

De acuerdo con el comunicado del zoológico, una vez en lugar, los dueños solicitaron que solo ingresara personal de Profepa. Sin embargo, tuvieron que pasar 5 horas para que el que se presentó como nuevo propietario de la elefanta permitiera que el personal veterinario ingresara.

El personal del zoológico fue testigo del estado de salud físico y psicológico en el que se encontraba Annie, al señalar que se mostró nerviosa y sin poder cooperar en su totalidad con la persona que la manejaba. Es decir, presentó signos de estrés.

Además, los especialistas señalaron que posiblemente la elefanta llevaba varias horas amarrada, porque presentaba el abdomen distendido y al evacuar, las heces eran muy pastosas “lo que puede ser un signo visible de estrés”, se lee en el documento.

Ante esta situación, el equipo veterinario solo pudo realizar una “breve revisión visual de la elefanta”, porque el mismo predio no cuenta con instalaciones seguras para el chequeo médico. 

El personal veterinario después optó por no estresar más a Annie, quien llevaba varias horas amarrada en una cancha de frontón adaptada como dormitorio. 

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Personal del Zoológico de Guadalajara atendió a Annie, quien presentaba varias señales de estrés. Foto: Zoológico de Guadalajara.

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Sin manejo especial para Annie

Aunque Annie no se observa en un estado crítico, los médicos señalaron que sí era visible una condición corporal y masa muscular pobre, como un probable signo que determina que la elefanta no recibía una dieta y actividad física óptima, acorde con su especie y edad.

Además de su estado de salud, Annie habita en condiciones que no cumplen con los estándares internacionales que necesita esta especie que vive en cautiverio.

“No se observó una charca de agua ni de lodo, elementos fundamentales para la hidratación de los elefantes y protección de su piel”, manifestó el equipo veterinario.

Incluso, señaló que “algunas piezas dentales aparentan haber sido desgastadas o cortadas de forma incorrecta”. Algo similar ocurre con sus patas, ya que las uñas estaban gastadas o recortadas de forma inapropiada.

La salud mental y socialización de Annie también están afectadas, ya que al ser una especie que necesita convivir con otros ejemplares, a la elefanta la tenían apartada.

El Zoológico de Guadalajara señaló que, “al estar sola, Annie no satisface los requerimientos mínimos de socialización para esta especie, los elefantes son animales altamente sociales y su aislamiento de otros de su especie va en detrimento de su bienestar”.

Durante la visita, los especialistas también señalaron que observaron en la elefanta comportamientos estereotipados como “balancearse de un lado a otro”.

Durante el procedimiento se intentó leer el microchip de identificación, pero este no se encontró, según informó el zoológico.

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Annie fue encontrada en un frontón adaptado como dormitorio. Foto: Zoológico de Guadalajara.

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Falta saber cuál será el destino de Annie

Para conocer cuál será el destino de Annie, se espera que la Profepa emita un comunicado donde se aclare cuál será el seguimiento y cuidados que tendrá.

Para esta decisión se debe garantizar el trato digno y respetuoso dela elefanta, así como un destino temporal o final en alguna institución capacitada en cuidado de elefantes.

Por lo pronto, el Zoológico Guadalajara ofreció a los propietarios, así como a la Profepa, el apoyo técnico, veterinario y logístico, además de poner a su disposición las instalaciones adaptadas para el manejo de elefantes con más de 6 mil 700 metros cuadrados. 

En 2021, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) anunció que el elefante de sabana africano (Loxodonta africana) se encuentra en la categoría “En peligro” en la Lista Roja de la UICN de Especies Amenazadas.

Esto se debe a la disminución de su población a lo largo de varias décadas. La caza furtiva de marfil y la pérdida de sus hábitats son 2 de las causas que han puesto en peligro a la especie.

Cifras de la UICN señalan que la población de elefantes de sabana africanos, como Annie, ha disminuido en, al menos, un 60% en los últimos 50 años.