Rodrigo y Gabriela regresan a la acción con su álbum más eléctrico

A pesar de que se iniciaron en el mundo de la música como integrantes de una banda mexicana de heavy metal llamada Tierra Ácida y a que su estilo actual tiene todavía numerosas deudas con un género que se ha distinguido históricamente por su rechazo a las formas religiosas, Rodrigo Sánchez y Gabriela Quintero han sido siempre personas muy espirituales que, en el nivel más básico, vienen practicando la meditación desde principios de su carrera, se adhieren al veganismo y simpatizan con diferentes formas del budismo.

Pero la pandemia los llevó a descubrir una nueva vertiente de creencias que terminaron plasmadas en “In Between Thoughts… A New World”, su sexto álbum en estudio bajo el nombre de Rodrigo y Gabriela, que se lanzó el pasado 21 de abril y que será presentado en vivo mediante una gira estadounidense que los traerá pronto al YouTube Theatre de Inglewood el 1ro de junio, y al Yaamava’ Theater de San Bernardino, donde se presentarán al día siguiente.

Como ocurrió con el mundo entero, la llegada de la pandemia alteró por completo los planes del dúo, que, a inicios del 2020, y como consecuencia de la notoriedad adquirida por el disco “Mettavolution” (2019), ganador de un Grammy en la categoría de Mejor Álbum Instrumental Contemporáneo-, tenía programada una larga gira mexicana que tuvo que ser cancelada por completo.

Esto los llevó a dejar temporalmente la ciudad de Lisboa para regresar a Ixtapa, el complejo turístico donde pasan la mitad de su tiempo y donde tienen además su propio estudio de grabación.

Una vez allí, Sánchez fue sorprendido por un visitante indeseado. “Me enfermé de COVID y la recuperación tomó cerca de dos meses, lo que me llevó a alejarme por mucho tiempo del estudio”, nos contó el guitarrista vía Zoom, tras haber regresado recientemente a la capital portuguesa, donde radica parcialmente desde hace algunos años, al igual que Quintero.

“En medio de todo eso, me topé con un video sobre el no dualismo que me dejó muy impresionado, pese a que se trata de un concepto difícil de explicar que se tiene que experimentar para ser comprendido, porque te transforma en una especie de testigo de lo que te está pasando pero no es una persona, sino tu verdadera naturaleza inmutable”.

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Conciencia y ciencia 

En ese momento, Quintero no sabía nada de esta vertiente de la filosofía hindú que se conoce también como Advaita Vedanta, pero no era ajena a prácticas similares.

“Mientras yo estaba creciendo, mi mamá tenía el rollo Hare Krishna y era súper hippie”, afirmó. “Cuando Rod llegó al estudio y me empezó a hablar de no dualismo, me sonaba como nihilismo, como de que nada realmente importa y no hay propósito en la vida, hasta que me di cuenta de que en realidad se trataba de la misma corriente que está presente en ‘El poder del ahora’, un libro [de Eckhart Tolle ] que ha sido muy importante para nosotros desde hace mucho tiempo y que habla del tiempo como una ilusión”.

“En este caso, podríamos tomarlo como algo religioso, porque la ciencia moderna dice que puedes encontrar la conciencia en el cerebro, pero según esto, la conciencia existe antes y más allá del cerebro”, agregó la guitarrista, antes de tomar una pausa y sonreír. “Claro que ese ya es un tema muy ‘nerd’; lo importante es que nos inspiró a hacer el álbum”.

Eso significa que “Between Thoughts”, que se grabó mayormente en Ixtapa, es un disco conceptual, lo que ocurre por primera vez en la historia del conjunto.

“Una vez que nos pusimos de acuerdo, empezamos a escribir música basada en este tema, pero con la idea de hacer el ‘soundtrack’ de una historia sobre un personaje llamado Advaita, que Gabriela empezó a desarrollar de manera escrita”, retomó Sánchez. “Y eso hizo que existiera una línea narrativa detrás de cada canción”.

Involucrarse en esta clase de aspectos creativos es algo habitual para una artista que ha pensado en hacer cómics. “Sí, tengo tendencia de ‘cuentacuentos’”, reconoció Quintero. “Siempre he imaginado historias para las piezas que creamos, y cuando estamos tocando en vivo algunas partes que son muy complejas, llegan naturalmente hasta mí muchas imágenes”.

“La primera canción de este disco, ‘True Nature’, se refiere un poco a lo que decía Rod sobre el testigo, y es algo que forma parte de la vida o forma la vida misma”, agregó. “Si tú quisieras experimentarlo, podrías cerrar los ojos, aplaudir dos veces y concentrarte en el hormigueo de tus manos, aunque sea por unos segundos, para experimentar simplemente el hecho de ser, de estar”.

Tiempo de cambio

Una de las características más interesantes del dúo es que, a pesar de que sus dos integrantes se sienten orgullosos de su origen y hablan con modismos propios de su país, no se sienten obligados por ello a incorporar elementos del folklore azteca en sus creaciones, ni creen que su interés en las prácticas espirituales hindúes tenga que verse plasmado con el uso de herramientas musicales que correspondan a estas tendencias.

Para poner un ejemplo, “True Nature”, el corte al que se refirió Quintero, muestra unas influencias del spaghetti western que no habíamos encontrado anteriormente en sus grabaciones, y culmina con un segmento en el que la guitarra eléctrica recurre a la distorsión.

“Gaby y yo no tenemos una formación musical académica; aprendimos a tocar guitarra con la práctica, como la mayoría de los músicos de rock, aunque los dos crecimos en medios familiares muy, muy, muy musicales, porque nuestros padres escuchaban música de todo tipo, desde jazz hasta mexicana, pasando por el swing y el tango”, precisó Sánchez. “Crecimos escuchando todo eso, y ya de jóvenes, nos metimos en el rock y en el metal”.

“Nunca nos hemos sentado a decir ‘vamos a hacer un ritmo que sienta de este lugar o de este otro’”, prosiguió. “Como lo dices, este álbum está basado en una filosofía hindú, pero no tiene nada de música hindú y sí tiene algo de Spaghetti Western, porque también nos gusta la música de películas, lo que han hecho [Ryūichi] Sakamoto y Hans Zimmer. Mezclamos todo, sin ponernos limitaciones”.

Otra novedad en el disco es el uso extenso de la guitarra eléctrica, que ya estuvo presente en algunos temas de “Mettavolution”, pero que se escucha ahora en cada una de las piezas, interpretada de manera exclusiva por Sánchez. La decisión no deja de ser arriesgada, porque Rodrigo y Gabriela han alcanzado reconocimiento mundial por ser un dúo acústico que suena a veces como eléctrico.

“Bueno, habrá gente que diga ‘ah, ya no son acústicos’, pero también habrá gente que diga ‘qué buena onda que metieron finalmente la guitarra eléctrica”, respondió Sánchez , mientras esbozaba una sonrisa. “Yo aprendí a tocar realmente con una guitarra eléctrica, aunque la primera que tuve fue una acústica, como le pasa a todo el mundo”.

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Otros sonidos

El funk se hace particularmente presente en temas como “The Eye That Catches the Dream” y “Egoland”, pero no se trata necesariamente de un estilo inédito en la discografía del dúo, como señala Sánchez. “Ya había hecho rasgueos de esa clase, pero no se sienten tan ‘funkeros’ cuando son interpretados en la guitarra acústica”, señaló. “Siempre me ha gustado el funk antiguo, en la línea de The Temptations, aunque soy también fan de Red Hot Chili Peppers y de Daft Punk. Entonces, mi lado funk viene de [el legendario productor, compositor y guitarrista] Nile Rodgers y de artistas similares”.

Por su parte, Quintero se mantiene firmemente en la guitarra acústica, pero una acústica que, como ha sucedido en todas sus grabaciones, posee una potencia semejante a la de la rumba flamenca, como se lo dijimos antes de que ella misma nos contradijera.

“No es rumba, porque el ritmo de la rumba es diferente; nunca he podido saber cómo le hacen”, aseguró. “Me la he pasado inventando, adivinando, practicando mucho. Y en esa búsqueda, salió algo distinto que fui integrando a lo que hago con Rod”.

Sea como sea, es comprensible relacionar toda esa intensidad con la que tiene el impetuoso flamenco originario de España. “Podría ser, pero también se podría decir que proviene de la intensidad de la batería de rock; a veces, yo me siento más como una baterista que como una guitarrista”, enfatizó la entrevistada. “He invertido mucho en mi sonido para crear efectos sin usar [pedales de] efectos; es un sonido más agresivo. Es difícil de explicar; necesitaríamos a lo mejor a un maestro de música para describir lo que hacemos”.

En este disco, el plano sonoro crece todavía más con los aportes de la Orquesta Filarmónica de Bulgaria, cuyos integrantes grabaron sus partes en la ciudad de Sofía, bajo la dirección del compositor y arreglista eslovaco Adam Ilyas Kuruc. “Hay 57 músicos tocando”, retomó Sánchez. “Ya habíamos grabado con orquesta, pero esta es la primera vez en que tenemos una en todas las ‘rolas’”.

“La idea original se dio porque estábamos en plena pandemia, con mucho tiempo para pensar las cosas y sin saber lo que nos deparaba el futuro”, añadió Quintero. “Nosotros supervisamos el proceso a través de los videos que nos mandaban, porque no podíamos ir hasta allá debido a que las fronteras estaban cerradas”.

Finalmente, más allá de cualquier discusión espiritual o religiosa, la celebrada guitarrista cree que este disco les da la oportunidad de compartir con sus seguidores el resultado de una búsqueda destinada a encontrar maneras saludables de lidiar con un mundo que se ha vuelto cada vez más complicado.

“Estamos enfrentando desafíos muy grandes que nuestra especie no había enfrentado hasta ahora, y como artistas, nos aproximamos de manera distinta a la situación”, explicó. “Yo soy más idealista que Rod, y considero, por ejemplo, que una sola palabra que usamos te puede llevar a un libro, y que ese libro puede ayudar a cambiar tu vida. Me parece que eso es muy valioso y que esa es la esencia de lo que hacemos”.

“Yo, por mi lado, no pienso que no se pueda cambiar, pero pienso también que las cosas suceden realmente en el momento en que suceden; lo demás son solo buenas intenciones”, aseguró Sánchez. “Me encantaría que este disco pudiera influenciar a la gente, pero eso ya no depende de nosotros, aunque, como seres humanos que somos, nuestra intención es que haya menos sufrimiento, por supuesto”.

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Ante sus mentores

Cualquiera que esté realmente familiarizado con este dúo sabrá del respeto que sus integrantes le tienen a Metallica, una banda que los ha influenciado profundamente y a la que le han rendido tributo en más de una ocasión.

De ese modo, además de los ‘covers’ que hicieron en sus primeros discos (“One” en el “re-Foc” de 2002 y “Orion” en el trabajo epónimo de 2006), Sánchez y Quintero participaron en el álbum de tributo “The Metallica Blacklist” con “The Struggle Within”, y hace dos años lanzaron “The Mettal EP”, donde tocaban “Battery”.

Por lo tanto, no podíamos cerrar la conversación sin preguntarles lo que piensan de “72 Seasons”, el disco de la banda estadounidense que se lanzó el pasado 14 de abril y que, como era de esperarse ante un grupo que divide constantemente a sus oyentes, despertó tanto alabanzas como cuestionamientos.

“Nosotros fuimos a una presentación que hubo en los cines para poder escuchar todo y ver todos los videos”, nos dijo Quintero, refiriéndose a unas funciones especiales que se produjeron a nivel mundial el día del lanzamiento. “Después de todo el tiempo que llevan como banda, nos parece un muy buen álbum”.

No pudimos dejar de mencionar a quienes reclaman un regreso a las raíces más radicales de un conjunto que, en los últimos años, ha bajado considerablemente la intensidad de su propuesta. “No, no se puede, aunque ellos tratan de sonar como el ‘Kill ‘Em All’, eh”, respondió el guitarrista, refiriéndose al primer disco de Metallica, publicado en 1983. “Pero tienen buenas piezas en este álbum”, concluyó su compañera de aventuras musicales.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.