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Rolando Brito: el actor que ya era estrella de la TV antes de que su hija Livia Brito naciera

Rolando Brito y su hija Livia en una entrevista en el Programa 'Hoy' en el 2013/Captura de video de YouTube.
Rolando Brito y su hija Livia en una entrevista en el Programa 'Hoy' en el 2013/Captura de video de YouTube.

Aunque muchos solo lo conozcan por ser el padre de la actriz cubanomexicana Livia Brito, Rolando Brito, nacido en Camagüey, Cuba, es un actor de sobrado talento que su hija únicamente ha superado, hasta el momento, con su belleza.

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Este 15 de mayo, Brito cumplirá 65 años, pero mucho antes de que su famosa hija comenzara a imaginar un futuro en el mundo de las telenovelas mexicanas o se convirtiera en una celebridad con más de siete millones de seguidores en Instagram, él ya había derrochado virtuosismo actoral en el cine, televisión y teatro cubanos, además de haber sido parte de proyectos televisivos en México como El alma no tiene color (1997), Los hombres que la amaron (1997), y El niño que vino del mar (1999), entre otros.

Brito padre es actor con academia. Se graduó en 1983 en la Escuela Nacional de Arte Dramático de La Habana y en ese mismo año inició su carrera en la televisión cubana, medio en el que su rostro se hizo habitual, además de trabajar para el cine y el teatro de la isla.

A casi 40 años de su trabajo en la serie juvenil Algo más que soñar (1984), en la que encarnó a uno de sus cuatro protagonistas, aún son muchos los que se estremecen con la escena de la muerte de su personaje en un combate en África.

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Ese instante, en el que recibe un balazo en medio del pecho y solo atina a pronunciar un nombre, el de su novia Amalia, es uno de los momentos que hicieron icónica la serie, y lo convirtió en uno de los mejores actores de su generación, entre quienes sobresalen César Évora, Beatriz Valdés, y Jorge Perugorría.

Brito brilló como el Ignacio de Algo más que soñar, donde interpretó a un fidelísimo soldado, pero igual sobresalió cuando se transformó en el resentido y vengativo Tomás Iznaga en Hermanos, otra memorable serie de época de la televisión cubana, considerada una de las últimas producciones televisivas de la isla con impacto en la popularidad de varias generaciones.

Para el crítico de cine cubano Dean Luis Reyes, su participación en ambos seriados "sí permite decir que es parte del imaginario de los cubanos de más de 30 años".

Livia Brito en los Latin GRAMMY. (Photo by Shy McGrath/WireImage)
Livia Brito en los Latin GRAMMY. (Photo by Shy McGrath/WireImage)

Una inspiración para su hija

En Cuba, Brito ha sido reconocido con importantes premios, entre ellos la distinción por la Cultura Nacional, que se otorga a los artistas que contribuyen a realzar el patrimonio cultural de la isla.

Pero en México, donde reside desde hace más de 20 años, nunca alcanzó el nivel de celebridad de otros cubanos, como César Évora o Francisco Gattorno, a pesar de ser un actor de primera línea. Quizás pudo ser un factor determinante el hecho de que no encajara en el perfil de galán que suele triunfar en las telenovelas mexicanas.

En los últimos años, se ha enfocado más hacia los proyectos televisivos en México y EEUU, incluso actuando en series y novelas junto a su hija Livia Brito, quien nunca podrá desligar su trabajo ni éxito profesional de la pasión que lleva por los genes de su padre.

Los Brito compartieron escenas en la telenovela Tres Veces Ana (2016), en la que Rolando interpretó a Edmundo, el padre del personaje que hace David Zepeda. También trabajaron juntos en las telenovelas La Vecina (2015), De que te quiero, te quiero (2013-2014) y en la serie La Piloto (2017).

Livia ha confesado que para ella "es un honor ver a mi papá actuando, lo veo como profesional y como padre, lo admiro por tantas cosas: por ser la persona en la que me inspiro día a día, en la que veo mi motor de lucha".

En una entrevista para People en Español ella contó cómo su padre fue incluido en el elenco de la serie La piloto, que llegó a los más altos niveles de audiencia en EEUU. En esa ocasión contó que ella le platicó al encargado del casting que su papá era actor y después de hacer una prueba lo contrataron.

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Livia igual ha dicho que está muy unida a sus progenitores. "Son mi luz. Mis padres son todo lo que tengo y todo que necesito, los quiero hacer felices siempre que pueda. Mientras yo sea feliz ellos van a estar felices siempre".

Brito papá, quien es una persona muy reservada, poco dado a las entrevistas y menos a destacar en el mundo de la farándula, de lo único que presume en las redes es de su hija, de la que tampoco suele dar valoraciones sobre su trabajo. Incluso, en Instagram aparece un perfil con su nombre, que tiene más de mil seguidores, sin tener ninguna publicación. Solo aparece una foto de él junto a su hija.

En un breve comentario que escribió, en agradecimiento a una reseña sobre su trayectoria actoral dijo: "Muchísimas gracias por sus comentarios, les agradezco de corazón, también yo estoy muy orgulloso de mi hija y me da mucha alegría que ustedes también lo estén, les envío un abrazo y un beso, gracias, Rolando Brito".

Una larga trayectoria en Cuba

Después de Ignacio y Tomás Iznaga, sus dos interpretaciones más recordadas en la isla, Brito siguió construyendo personajes únicos, y controvertidos. Desde un Bolívar independentista hasta el de Mariano Martí, el férreo militar español y padre de José Martí, en El ojo del Canario (2010), un filme que mereció importantes premios en Cuba, España, México, Perú y Estados Unidos, incluido el Ariel de Plata a la Mejor Película Iberoamericana y el de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York.

En Páginas del diario de Mauricio (2006), bajo la dirección de Manuel Pérez, construye un personaje más íntimo que, según Dean Luis Reyes, "es probablemente una de las mejores aproximaciones al desencanto del sujeto de la revolución cubana. El peso de esa película recae en el actor protagónico, que él interpreta, y es decisivo en la verdad que esa película entrega".

Estos dos filmes han sido sus últimas producciones cinematográficas en su carrera en la que suman 14 películas y títulos como Laura (1995), Quién es mi asesino (1995), Amor Vertical (1997) y La vida es silbar (1998).

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