La ropa interior que más nos gusta es la que más problemas nos puede generar

Muchas veces acudimos al médico por una desregulación de nuestro ph que se traduce en síntomas como picores, mal olor, o sensación de hinchazón y malestar. Y aunque no podemos asegurar que el cien por cien de estas molestias vengan producidas por el contacto con la ropa interior, sí podemos afirmar que muchas de ellas lo son. (Foto: Getty)
Muchas veces acudimos al médico por una desregulación de nuestro ph que se traduce en síntomas como picores, mal olor, o sensación de hinchazón y malestar. Y aunque no podemos asegurar que el cien por cien de estas molestias vengan producidas por el contacto con la ropa interior, sí podemos afirmar que muchas de ellas lo son. (Foto: Getty)

Para gustos están los colores, sí, pero en lo que respecta a la ropa interior, no deberíamos guiarnos por este dicho popular. Ya que un grupo de expertos advierte de que usar ropa interior de color negro no es lo más conveniente para nuestra salud íntima.

¿El motivo? Que los tintes que se emplean para fabricar estas prendas hacen más probable la proliferación de hongos, irritaciones y virus, lo cual pone en riesgo la salud de los genitales, y en especial, la salud vaginal.

"La ropa de color oscuro suele llevar muchos más tintes y los tintes son muy irritativos, ya lo son sobre la piel (por eso muchas personas tienes dermatitis de contacto) y más en la zona vulvar, que es más sensible y está menos protegida. Que las telas sean sintéticas aumenta el riesgo", ha advertido Manuel Viso, médico especialista en hematología y en medicina interna en el Hospital San Rafael de Madrid, durante una intervención en el programa de Ana Rosa (Telecinco).

Las molestias vaginales son unos de los problemas más frecuentes a los que se tienen que enfrentar las mujeres a los largo de la vida. Las vulvovaginitis irritativas, una inflamación o infección de la vagina que también puede afectar a la parte externa de los genitales de la mujer es una de las más comunes.

Es uno de los motivos más frecuentes de consulta ginecológica y dermatológica, pero hay que aclarar que no es de carácter infeccioso, sino que puede tener un origen irritativo o alérgico. Y aunque no podemos asegurar que el cien por cien de las infecciones y molestias vaginales vengan producidas por el contacto con determinados tejidos, sí podemos afirmar que muchas de ellas lo son. No sirve de nada mantener una correcta higiene de nuestras zonas íntimas, si luego las cubrimos con prendas y tejidos dañinos: los culpables, en un 80 por ciento de los casos, de la aparición de infecciones.

La causa es un cambio en el equilibrio de las bacterias vaginales que puede acabar desencadenando un cuadro de picor crónico. Contrariamente a lo que se cree, no tiene nada que ver con la falta de higiene íntima, sino que se suele desencadenar por diversos factores, por ejemplo, llevar ropa interior oscura de tejidos que no permitan transpirar.

La irritación se produce por los tintes, colas, resinas de acabado de formaldehído y aditivos químicos utilizados para la elaboración de la tela. Además, el almacenamiento provoca que las prendas se impregnen de polvo o bacterias por lo que es recomendable lavar la ropa antes de estrenarla y ponerla en contacto con nuestra piel.

Todo ello hace que haya un mayor calentamiento y retención de humedad en la zona de la vulva, lo que origina dermatitis por la obstrucción de las glándulas sudoríparas. Es lo mismo sucede con los bebés y el uso del pañal.

Pero la vulvovaginitis irritativa no solo aparece por usar cierto tipo de ropa, también puede ser una consecuencia producida por el uso excesivo de sustancias de higiene íntima desinfectante.

Otros hábitos podrían facilitar su aparición, como usar cierto tipo de papel higiénico (sobre todo si es perfumado), el látex de los preservativos, el esmalte de uñas, el uso de tampones, compresas y salva-slips, e incluso por los detergentes que usamos para hacer la colada. Si eres alérgica o sensible a ciertos productos es más probable que sufras este tipo de vaginitis.

Todo lo mencionado anteriormente produce síntomas como la irritación, enrojecimiento de la vulva, apertura vaginal, picor, ardor inflamación, flujo vaginal blanquecino…

Además del picazón y ardor en la vulva, dicho ardor puede empeorar a la hora de mantener relaciones sexuales debido a una inflamación de la zona. En algunos casos, se observa también un cambio en las secreciones vaginales, que pueden tornarse blanquecinas y densas.

Ante la presencia de dichos síntomas o de anomalías se debe acudir cuando antes al ginecólogo. Una vez allí el especialista realizará un examen pélvico, para observar las áreas rojas y sensibles de la vagina y vulva. Además, se observa el color, consistencia del flujo vaginal y si tiene olor.

No te asustes porque es completamente normal que durante la inspección de la vulva, el especialista supervise la zona en busca de áreas de eritema, edema, fisuras y ulceración. También podría pasar un hisopo por la zona para localizar áreas sensibles. La inspección ginecológica se realiza con espéculo recogiendo muestras de los laterales y fondo vaginales. Es importante determinar el pH vaginal (de secreciones de las paredes vaginales, no del fondo), hacer la prueba de aminas y la observación microscópica de un frotis de exudado vaginal.

Para ayudar a prevenir la vaginitis, los especialistas de Ginefem recomiendan utilizar ropa holgada y ropa interior de algodón, de colores claros (visón o blanco). También aconsejan:

  • Mantener la zona genital limpia y seca.

  • Evitar el uso de polvos o aerosoles en la zona.

  • No realizar duchas vaginales ni uses desodorantes íntimos.

  • Usar preservativos de poliuretano (no de látex) cuando tengas relaciones sexuales.

  • Evitar ropa que mantenga el calor y la humedad, como la de tipo deportivo. Por ejemplo, mallas de lycra.

Ya sabes, este tipo de infecciones vaginales vienen producidas por un hongo que nace de la humedad y la no transpiración; escenario, por tanto, que muchos de los tejidos elaborados a partir de materiales sintéticos facilitan para su aparición ya que no absorben la humedad ni dejan que nuestra piel respire. Así que, como ves, la solución para evitar este tipo de infecciones es mucho más sencilla de lo que pensabas: simplemente basta con escoger bien el tipo de ropa interior que empleas.

La ropa interior de poliéster, lycra, seda, elastano... puede parecernos atractiva. Pero no lo es tanto cuando ésta es la culpable de la aparición de picores y la desregulación de la flora bacteriana, ¿no creéis?

Y ojo porque como te hemos contado no se trata solo del tejido, sino también de los tintes empleados. La exposición a los productos químicos es mayor en ropa de tonos oscuros que en prendas blancas Por ello la ropa ecológica o de algodón cien por cien, especialmente en nuestra ropa interior, es nuestra mejor aliada para evitar las infecciones en nuestras zonas íntimas gracias a que no están tratadas con productos químicos y la composición de su tejido es totalmente natural.

Entonces, ¿debemos desterrar para siempre la lencería sexy o esas braguitas de lycra? En un mundo ideal sí, pero si no quieres renunciar a ponerte otro tipo de ropa interior mucho más fina, evítalo al menos si vas a estar mucho tiempo con un pantalón ajustado, cuando hagas deporte, y sobre todo, en caso de haber contraído ya algún tipo de infección.

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