Así es Rosângela da Silva, la mujer de Lula da Silva 21 años más joven que él, que hoy almorzará con la Reina
Rosângela da Silva, conocida comúnmente por el apodo de 'Janja', es la primera dama de Brasil, pero no es una primera dama al uso, sino que es una pieza fundamental del armado político del presidente brasileño, Lula da Silva. "No voy a ser una ayudante. Voy a estar a su lado, juntos, luchando, para que podamos darle a Brasil la esperanza que esta gente merece" declaraba Janja cuando Lula derrotó en las urnas el año pasado a Jair Bolsonaro.
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Nacida en Sao Paulo hace 56 años, se ha convertido en el apoyo principal del mandatario, de 77 años, quien se enamoró perdidamente de ella en 2018 mientras se encontraba en la cárcel cumpliendo una pena de 19 meses por un caso de corrupción, aunque su relación no se hizo pública hasta 2019 cuando ella lo visitó en prisión. Anunciaron su compromiso el día de su liberación, el 8 de noviembre de 2019, y se casaron el 18 de mayo de 2022 en São Paulo.
Sin embargo, la primera vez que sus miradas se cruzaron fue en la década de los 90 cuando ella era una recién graduada en Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Paraná, y él ya se había postulado para presidente y viajaba por Brasil para conocer la realidad del país, y ella como activista del Partido de los Trabajadores, desde los 17 años, acudió a verlo.
Con más de dos millones de seguidores en Instagram, Janja da Silva, ha conseguido incluir en la "cartera" de su marido políticas contra la violencia de género y el racismo, la promoción de políticas feministas, el apoyo al colectivo LGTBI, así como la defensa de los animales, por los que ha manifestado, en más de una ocasión, sentir una gran pasión.
Cariñosa y muy cercada con el mandatario, la socióloga, que es 21 años menor que Lula, no tiene reparo en abrazar, besar o aplaudir a su marido durante sus actos públicos, dejando claro que la diferencia de edad no supone para ellos ningún problema. "Janja me devolvió la alegría por la vida, la voluntad por hacer las cosas. Redescubrí una palabra llamada amor, solo el que ama sabe lo que es eso" declaraba Lula el año pasado en plena campaña política.
Y es que Janja fue un pilar fundamental para el presidente brasileño durante los 581 días que pasó en la cárcel de Curitiba. "Ella y yo nos escribimos 580 cartas. Todos los días le enviaba una carta y todos los días ella me enviaba otras" declaró en una ocasión el político. Las cartas se las intercambiaban a través de amigos que visitaban a Lula en la cárcel; a veces, a través de ellos, él le enviaba flores. Varias veces la socióloga publicaba algunas fotos de las flores en su Instagram, pero sin mencionar quién era su admirador, ya que la relación aún no era pública en ese momento.
El presidente Lula se ha casado tres veces. Su primer matrimonio terminó trágicamente, cuando su mujer María murió de hepatitis cuando estaba embarazada de su hijo, quien también murió. Luego se casó con Marisa Leticia Rocco Casa en 1974, junto a la que estuvo 43 años. Tuvieron tres hijos y Lula también adoptó al primer hijo de su pareja. Lamentablemente, Marisa murió de un derrame cerebral en 2017.
El presidente es el séptimo de ocho hijos, criados por agricultores que sufrieron duras hambrunas. Tuvo muy poca educación y no aprendió a leer hasta los 10 años. Lula dejó la escuela para mantener a su familia y consiguió su primer trabajo a los ocho años como vendedor ambulante. A los12 trabajaba como limpiabotas y desde los 14 trabajaba en un almacén.
Fue una lesión sufrida en el trabajo lo que impulsó su carrera política. Lula perdió el dedo meñique de su mano izquierda mientras trabajaba como operador de prensa a los 19 años. Se vio obligado a correr a varios hospitales para buscar atención médica, una experiencia que lo dejó más interesado en las actividades sindicales.