Cómo salir a correr con niños

Correr con niños es una experiencia doble, genera sentimientos de complicidad y confianza entre el menor y el adulto y evita el sedentarismo, educando de una manera amena y entretenida en la vida activa.

Hay que tener en cuenta que correr con niños no significa entrenar con ellos. Salvo que estemos capacitados profesionalmente para hacerlo, lo mejor es que un experto y, si la situación lo requiere, se ocupe de la formación deportiva y el entrenamiento de los menores. Con salir a correr con niños nos referimos a compartir una actividad que agrade a los adultos y pequeños por igual, no a inducirlos a ser atletas u obligarlos a llevar un ritmo.

Salir a correr con niños puede implicar llevar patines, pelotas, patinetes y bicicletas, se trata de pasar tiempo juntos al aire libre teniendo presente que la capacidad de atención de los pequeños es menor que la de los adultos. No es una misión imposible, basta con tener presente algunas pautas.

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La edad de los niños indica hasta dónde pueden llegar

Los niños suelen ser activos por naturaleza y si, además el plan los motiva, su inquietud puede volverlos infatigables. Sin embargo, hay que ser cuidadosos con el esfuerzo físico de ellos. Cuando busques alentarlo tienes que hacerlo basándote en los logros ya conseguidos por él o por vosotros, aunque lo aconsejable es hacer distancias que no conllevan un sobreesfuerzo físico, por lo que el niño llegue a la meta propuesta sin problemas ni necesidad de motivación externa.

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Cómo salir a correr con niños
Cómo salir a correr con niños

Si los niños son menores de 12 años salir a correr con ellos es parte de un juego que comienza en casa y se extiende hasta que regresamos. Si ellos quieren llevar juguetes o complementos como la cuerda para saltar o elástico deberíamos integrarlo sin más a la actividad. Lo mismo si prefieren llevar la bicicleta o el patinete.

Si tu hijo tiene entre 13 y 16 años la actividad física conjunta puede resultar fundamental para generar momentos de intimidad y confianza y además evitar hábitos sedentarios y de consumo improductivo. El 35% de los menores, entre 12 y 16 años, de España tienen sobrepeso, en parte por la cantidad de actividades pasivas que realizan y en menor medida por la calidad de la comida que consumen. Imagina lo saludable que puede resultar disponer de una hora a la semana para correr juntos.

Si el menor está en la etapa de la adolescencia las carreras ya pueden ser diferentes. El poder de concentración en ellos es superior y el deporte puede comenzar a ser un referente en la etapa que comienza, refuerza valores, aumenta su autoestima y conforma en él un estilo de vida que le brinda salud y bienestar.

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Metas y objetivos

También dependiendo de la edad de los niños, puedes planificar la salida para que sea agradable para todos. Salir a correr un sábado por la mañana con tu hijo no debería ser tu entrenamiento semanal porque entonces te sentirás algo frustrada. Correr con ellos es otra de las muchas cosas que les enseñas y de las que aprendes y te favoreces también. Sin embargo, no es tu entrenamiento. Con menores de 12 años no puedes poner tiempo ni distancias largas. Sí puedes delimitar metas cercanas y sencillas, como correr de la mano hasta determinado árbol o hacer una carrera corta, ellos en bicicleta y tu a pie. Cuando comiences a planearlo encontrarás muchas variantes divertidas.

Si quieres correr con un niño mayor de 13 años, deja que él participe en la elección del recorrido, el ritmo o el tiempo. Cuanto más integrado a la actividad se sienta más motivado estará. La recomendación es similar, evita las sobreexigencias y procura que la salida sea divertida y entretenida, es parte de un aprendizaje completo.

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