Salma Hayek tiene que celebrar dos veces la Navidad para honrar sus raíces mexicanas

Salma Hayek credit:Bang Showbiz
Salma Hayek credit:Bang Showbiz

La actriz Salma Hayek lleva casi dos décadas viviendo a caballo entre Estados Unidos, donde desarrolla su carrera profesional, Francia, el país de su marido -el empresario François-Henri Pinault- y la ciudad de Londres, en la que pasa largas temporadas ya sea por trabajo o placer. Esa vida casi nómada y marcada por la multiculturalidad también afecta a la forma en que celebra la Navidad con su familia, como ha revelado la estrella.

A la artista le resulta imposible conjugar en una misma cena de Nochebuena las tradiciones de su México natal y la cultura gala de su marido, con el que tiene a la ya adolescente Valentina Paloma (16). Por ello, la intérprete, de 57 años, no duda en organizar un encuentro previo al 24 de diciembre, o una "falsa Navidad", como lo ha calificado ella, para centrarse exclusivamente en la celebración y disfrute de su condición de mexicana.

"Tenemos que organizar una falsa Navidad días antes. Porque nos gusta tener una Navidad al estilo mexicano, con mi familia, y luego celebramos una a la francesa con su familia", ha revelado al medio Entertainment Tonight en medio de las labores de promoción de su nueva película, 'El Sabor de la Navidad', en la que rinde homenaje a la gastronomía de su país y la forma en que une a las familias.

"Reunir a la familia para festejar los lazos que ya existen con los seres queridos, y también celebrar la posibilidad de formar nuevos lazos", ha resumido así el enfoque del filme en el que, pese a no aparecer en escena, cuenta con su producción ejecutiva.

Sus declaraciones parecen hacerse eco de la situación familiar tan peculiar que vive la actriz en el seno del clan Pinault. Recientemente, la modelo Linda Evangelista daba a conocer la relación tan estrecha que mantiene a día de hoy con la intérprete azteca. Tanto es así, que la maniquí y su hijo Augie, fruto de la aventura que mantuvo con el ahora marido de Hayek en 2006, han celebrado con ella el día de Acción de Gracias y disfrutado de su buena mano en la cocina.

"Yo quería su pollo mexicano con patatas trufadas. Se pasó el día en la cocina, sin ayuda de nadie, aunque los niños la ayudaron al final. Hizo una cena preciosa, todo un banquete. Antes le había dicho que no me sentía bien y que no quería celebrar nada. Y me dijo: 'Oh, por supuesto que sí'. Y apareció aquí como por arte de magia", explicaba.