La razón por la que debes dejar de cortar la cutícula de las uñas
La cutícula protege la parte más importante de la uña, la matriz; cortarla pueden hacer que tus uñas sean más susceptible a heridas e infecciones. Así debes cuidarla
Empezaré diciendo que toda la cutícula está formada por piel muerta. ¿Te sorprende? Pues es así, la piel viva en la base de la lámina ungueal, que protege el contorno de la uña, no es cutícula sino ‘eponiquio’ y por tanto, nada formado por piel viva puede ser cutícula. Te lo cuento porque es muy fácil confundir las partes de la uña.
Ahora que sabes que en realidad la cutícula es el tejido muerto que se adhiere a la superficie de la uña, te contaré una curiosidad: la cutícula es uno de los tejidos más pegajosos del cuerpo humano.
Para qué sirve la cutícula
Actúa como una barrera protectora que impide el agua, la humedad o los organismos penetren en el interior de la uña. Cuando las bacterias penetran en los pliegues de la uña a través de la cutícula, pueden acabar provocando una infección conocida como paroniquia aguda.
Lo más común que puede ocurrir si no cuidas la piel de tus manos es que se formen padrastros, esos odiosos pellejos que suelen engancharse con la ropa y que pueden llegar a ser muy dolorosos y sumamente antiestéticos.
Su aspecto puede decirte muchas cosas
Pero sobre todo, debes saber que si no hay cutícula, hay mucha más propensión a infecciones bacterianas, de hongos o víricas. Y esto es mucho más que un problema estético. De hecho, la persona que carece de ella, ya sea por alguna enfermedad, porque se la elimina de forma inconsciente cuando se muerde las uñas o si se la eliminan en las manicuras por motivos estéticos, tendrá más probabilidad de infectarse.
Y es que además de ser útiles y atractivas, “las uñas sirven para dar a los médicos pistas importantes de enfermedades", añade Luis Ostrosky-Zeichner, profesor de medicina y epidemiología en la University of Texas Health Science Center (en Houston, Estados Unidos) y director de epidemiología del Memorial Hermann Healthcare System.
Según este experto, con solo mirar las manos los médicos pueden tener pistas sobre enfermedades que a veces son difíciles de diagnosticar. Por ejemplo, en "ciertas enfermedades del corazón causan cambios en la forma o el color de las uñas, algunas enfermedades reumáticas se pueden diagnosticar por cambios en la circulación capilar de las uñas y ciertas infecciones graves también presentan hallazgos que típicamente se ven como "hemorragias en astillas". Algunos signos de alarma son estrías horizontales o verticales, manchas amarillas o blancas, hongos, color azulado y zonas hundidas.
Prohibido cortar, morderla o tirar
Volviendo a las cutículas y los padrastros, si se arrancan o se muerden causan un gran dolor e incluso pueden llegar a sangrar. Sin embargo, el mayor riesgo es que se infecten y, dado que las manos son un continuo foco de bacterias, esta situación es más común de lo que solemos pensar. Cuando un padrastro se infecta, no queda otro remedio que acudir al médico.
Retirar sí, cortar no
Empujar las cutículas es lo correcto. Conviene que sea después de la ducha porque están blanditas y así no las dañas. Lo ideal es usar un removedor de cutículas con las que podrás retirar la piel sobrante.
Para ello, basta con empujar las cutículas con un palito de naranjo suavemente hacia la base de las uñas. Cada vez las notarás más flexibles y se irán reduciendo con el tiempo.
Para trabajar los padrastros, envuelve con algodón la punta de un palito de naranjo y empuja la cutícula para que queden unas uñas perfectas.
Recuerda que tu objetivo debe ser ablandarlas e hidratarlas. Para ello debes usar crema de manos con frecuencia, debes incorporar a tu rutina semanal los geles, cremas o aceites específicos para cutículas y aplicarlos insistiendo en las uñas y alrededores mediante un pequeño masaje. Si además las envuelves con toallitas o film transparente unos minutos ya lo bordas.
Si tienes las uñas esmaltadas, antes de retirarlo, introduce los dedos en un bol con agua tibia jabonosa o con sales durante un minuto. Si te pasas y dejas tus manos a remojo durante mucho tiempo causarás destrozos en tus uñas. “De la misma forma que el lavado repetido de las manos afecta a la piel, también lo hace a la uña. Inmersiones repetidas en agua producen una hidratación y deshidratación de la uña que a la larga favorecen su debilitamiento, la descamación a modo de capas en la zona distal (onicosquicia) y la rotura del borde libre de la uña”, explica al ABC la doctora Lourdes Navarro, dermatóloga miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
En cuanto al uso de geles y esmaltes o lacas permanentes, en este momento se desaconseja totalmente su uso ya que luego nos podrás retirarlas con garantías. Los expertos consideran que es un buen momento para darles un respiro y así mejorar la oxigenación y respiración de las uñas. “Es el momento ideal para cuidar al máximo su salud, al igual que ocurre con la piel de la cara, donde debemos evitar utilizar maquillaje durante estos días. El confinamiento, al no estar expuestos tanto tiempo al aire y al sol, nos permitirá tener una piel y unas uñas más saludables”, concluye Navarro.
En definitiva, cortar las cutículas no supone ningún beneficio, aparte del estético, y puede ser arriesgado, sobre todo si se hace en un lugar donde las herramientas no están esterilizadas apropiadamente.
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