Sandra Barneda me hace creer en sus momentos rotos en 'La isla de las tentaciones'

Sandra Barneda en las grabaciones de 'La isla de las tentaciones' (cortesía de Mediaset)
Sandra Barneda en las grabaciones de 'La isla de las tentaciones' (cortesía de Mediaset)

A veces cuesta creerse los dramas que se generan en los realities. Las carpetas, el afán de protagonismo y el deseo de conectar con la audiencia para llegar lejos en un concurso, con frecuencia nos desconectan y despiertan nuestro escepticismo. Sin embargo, si alguien está consiguiendo que nos creamos algunas de las historias de La isla de las tentaciones, esa es Sandra Barneda. Porque en la quinta edición, la presentadora ha hecho de sus gestos, reacciones y lágrimas, una forma de expresar realidad televisiva. Y en el programa del pasado jueves encontramos nuevos ejemplos que lo demuestran.

Sandra Barneda volvió a romperse. Miradas hacia abajo o hacia un lado para contenerse ante las cámaras, cubriéndose el rostro con el cabello suelto. Expresiones de compasión, palabras de aliento, sonrisas tiernas ante las muestras de amor, lágrimas en los ojos… Todo eso en un solo programa. Ver a Samuel roto de dolor, llorando desconsolado y expresando su tristeza al descubrir los besos de su novia Tania con Hugo, pusieron a la presentadora en la evidente tesitura de tener que contener sus propias emociones para conducir el difícil momento. Pero emocionadísima, mientras Samuel preguntaba “¿por qué me hace esto?” o dijera cosas como “Yo quiero que sea feliz con quien sea pero me duele que no pensara ni un poquito en mí”, obligando a que Sandra decidiera frenar el dolor y no ponerle más imágenes.

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Más tarde, visitó a los chicos en la casa, compartiendo otro momento de dolor con un Samu destruido e intentando regañar a Javi por saltarse las normas con su huida en plena hoguera, pero no pudo ser tan dura como suele serlo cuando los visita por este tipo de motivo. Porque Javi estaba sumido en su propia burbuja de dependencia emocional, sin ser capaz de ver cómo su actitud había sido contraria a la libertad que le pide su novia Claudia.

Y en lugar de seguir con el papel del reality de dejar que cada pareja saque sus propias conclusiones y se cree su propia película, la presentadora se plantó como consejera para abrirle los ojos. “¿No crees que estás rompiendo su confianza? ¿No crees que Claudia se lo puede tomar así?” le preguntaba. “El amor es más complejo, no es solo lo que tú sientas, es también lo que siente la otra persona y eso no lo podemos controlar. Claudia te está dando señales de lo que necesita, depende de ti” le aconsejaba, animándole a escuchar a su pareja y dar el cambio.

Pero si todo eso fue emocionante y sacaron a relucir la cara más personal de Sandra Barneda, lo siguiente lo fue aun más. En el lacrimógeno encuentro entre Paola y Andreu a través de un cristal, la presentadora no pudo más. La muestra de amor entre los dos derribaron toda la compostura posible y Sandra se rindió ante la emoción del momento entre lágrimas, sonrisas tiernas, e incluso costándole cortar el encuentro. A continuación, a solas con Andreu, volvió a mostrar su emoción sin esconder lo mucho que el amor que ambos demostraban le llegaban a lo más profundo.

Es cierto que Sandra Barneda parece emocionarse solo con los chicos de esta edición. Sus momentos más emotivos y personales los vive con ellos, cuando Samuel, Javi o Andreu hablan de lo que sienten por sus novias, lo enamorado que están o transmiten el dolor por las dudas que se crean en el reality. Pero esto tiene un motivo. Y es que al final, ellos son los que verdaderamente se están abriendo a la experiencia desde un punto más vulnerable. Porque ir a La isla de las tentaciones es una prueba de amor en todos los sentidos. No solo de ponerse a prueba frente a solteros que harán todo lo posible para generar situaciones candentes, sino de confianza y libertad en una relación. Y ellos tres parecen ser los que más están sufriendo por amor. No digo que otros no padezcan, pero ellos lo hacen desde un ángulo más expresivo, sin contenerse ni temerle a la vulnerabilidad. Son los que reflejan un enamoramiento profundo, cada uno a su manera (por más que el de Javi resulte tóxico, no deja de estar sufriendo). Y creo por eso Sandra se rompe con ellos. Porque no hay caretas para las cámaras, no hay composturas forzadas ni miedo al ridículo. Es amor al natural, con sus más y sus menos.

Las chicas, por su parte, están manteniendo una postura entre fría y menos pasional. A excepción de Tania, evidentemente. En estas alturas del reality, sus actitudes son más bien la consecuencia de lo que ven en cada hoguera. Si lloran, se dejan llevar o no, depende un poco de lo que ven en la Tablet. Sin embargo, Javi, Samuel y Andreu están poniéndose a prueba desde las dudas y el deseo de mantener a flote la relación de cada uno. Quizás terminen metiendo la pata, quizás no. Pero creo que por eso podemos explicar los momentos emotivos de Sandra Barneda. Porque reacciona y se conmueve ante expresiones y momentos de amor verdadero. Y por eso me los creo más que ningún otro.

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