¿Es más sano un dulce que el queso Manchego? Los 'fallos' del semáforo nutricional Nutri-Score

Llevamos años escuchando que tenemos que comer mejor y los expertos no cesan de advertirnos que una de las mejores costumbres que podemos adoptar es la de leer los etiquetados de los productos del supermercado para informarnos de cuál es su composición. Hasta aquí, todo bien pero, ¿qué ocurre cuándo al ir a hacer la compra nos encontramos con que un queso manchego (amparado por la denominación de origen correspondiente) está calificado como muy poco saludable mientras un 'snack' dulce ostenta una calificación que incita a comerlo diariamente?. Pues que nos explota la cabeza. Pero, ¿cómo es posible que suceda esto?

El dulce Whims, con la A, y el queso Manchego, con la E de Nutri -Score. Foto: Whims y Openfoodfacts.org
El dulce Whims, con la A, y el queso Manchego, con la E de Nutri -Score. Foto: Whims y Openfoodfacts.org

Desde principios de 2021, los etiquetados de multitud de productos en España llevan impresa la información del semáforo nutricional o Nutri-Score. Esta sistema de etiquetado, adoptado en muchos de los países de la Unión Europea, lleva aparejado un código de letras y colores para indicar si un producto resulta saludable o no. La gama varía de verde oscuro a naranja oscuro y cada color se asocia a una letra: existiendo cinco baremos, de la A a la E. En el caso de la letra A sobre fondo verde estaríamos ante un producto que, por sus cualidades nutricionales, puede tomarse en cualquier momento; en el otro extremo, la E nos indica que solo debería tomarse muy ocasionalmente y con moderación.

Pero hay cosas que Nutri-Score se deja fuera. Para empezar, hay alimentos que ni siquiera entran en alguna de las categorías. Un ejemplo es cualquier producto fresco: el semáforo nutricionales no tiene en cuenta ni frutas ni verduras ni pescados, ya sea a granel o envasados. Es decir, Nutri-Score tiene en cuenta los procesados y ultraprocesados, aunque aquí puedan entrar desde la leche al aceite de oliva.

El aceite de oliva, penalizado hasta en las conservas. Foto: Javier Sánchez
El aceite de oliva, penalizado hasta en las conservas. Foto: Javier Sánchez

El aceite de oliva, pilar de la dieta mediterránea, y sus elaboradores en España fueron, de hecho, los primeros que dieron la voz de alarma sobre las carencias de Nutri-Score. En este baremo, el aceite de oliva tan solo obtenía una C, que es sinónimo de "alerta con el consumo de este producto". ¿Por qué ocurría esto? Por los criterios de calificación de Nutri-Score. Al final, la polémica derivó en el que el aceite de oliva virgen extra se salió de este sistema porque la patronal defendía que lo único que hacía era "confundir" al consumidor.

"Nutri-Score funciona con un algoritmo que tiene en cuenta tanto los ingredientes saludables y necesarios en nuestra dieta (frutas y verduras, fibra y proteínas), como los que hay que evitar consumir en exceso: calorías, grasas saturadas, azúcares y sal. El sistema establece además que los cálculos se realicen por 100 gramos o mililitros, en vez de hacerlo por ración", manifiestan en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Aquí está la respuesta al caso del aceite de oliva. Si miramos una botella, veremos que el número de calorías asciende a 800 por cada 100 mililitros pero, ¿alguien se toma 100 mililitros de aceite de oliva virgen extra al día?

Cereales de desayuno con la máxima distinción. Foto: Javier Sánchez
Cereales de desayuno con la máxima distinción. Foto: Javier Sánchez

Pero volvamos al ejemplo que proponíamos al principio. Tenemos el queso Manchego -incluso una referencia elaborada con leche ecológica- y el Nutri-Score le califica con una E como una casa: suspenso para uno de nuestros productos insignia debido al contenido en grasa y las calorías que aporta. En el otro extremo, tenemos un 'snack', Whims, que logra una A. Miremos la etiqueta para comprobar cuáles son sus poderes: fibra soluble, maltitol, albúmina, colorante natural, aroma (no sabemos si natural o no) y E-150D, caramelo de sulfito amónico que, según la OCU, es una añadido "a evitar". Aquí el Nutri-Score puntúa al alta las calorías bajísimas del producto y la presencia de fibra. La ausencia de azúcar -sustituido por un edulcorante, maltitol- y de sal consiguen el cóctel perfecto para que el producto se lleve la preciada A.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Queso (Anfaque) ya reclamó el año pasado la exclusión del queso del etiquetado Nutri-Score por considerar que puntuaba mejor otros productos no esenciales. A esta queja se han sumado también los fabricantes de jamón ibérico -que suele puntuarse con una D o una E-, que ven como el contenido en grasa y sal les perjudica. Además, Nutri-Score no diferencia entre grasas de carácter saludable y las que no lo son...

El pan de molde puede llegar a tener una A de Nutri-Score. Foto: Javier Sánchez
El pan de molde puede llegar a tener una A de Nutri-Score. Foto: Javier Sánchez

Pero echando un vistazo en el supermercado vemos multitud de ejemplos en los que Nutri-Score califica con la mejor puntuación productos que nadie diría que son demasiado saludables. Un ejemplo: cereales de desayuno con frutos secos. En este caso, el hecho de que un 60% del producto sea cereal puro y duro les hace subir enteros, aunque en segundo lugar aparezca ya una mezcla de azúcares y edulcorantes. También ocurre con cereales de chocolate en los que el carácter integral de los mismos hace que obtengan una A. Más casos: pan de molde -eso sí, con semillas- que luce la A y galletas que no llegan a tanto pero obtienen una B. Ah, el aceite de oliva sigue estando perseguidísimo en cualquier producto del que forme parte: una lata de caballa en aceite de oliva obtiene una A; la misma, en salsa de toma, logra una A.

El nutricionista Julio Basulto es autor del libro 'Come Mierda' (Editorial Vergara), un manual en el que carga contra gran parte de la industria alimentaria. Cuando llega el momento de hablar de Nutri-Score se queda a gusto: "Pone color verde a alimentos que tienen de sanos lo que yo de homeópata: Chocapic con un 25 % de azúcar; Weetabix, con 22 gramos de azúcar; Nesquik con un 75 % de azúcar; batido de Eroski con un 7,5 % de azúcar o Nuggets Garden Gourmet con 1,3 % de sal (cuando el propio Ministerio reconoce que un alimento aporta mucha sal si tiene igual o más de 1,25 % de sal). Imagina que unos científicos diseñan un algoritmo que cataloga las películas por edades y el Ministerio de Educación lo adopta. Pero el algoritmo clasifica como 'para todos los públicos' una película pornográfica", explica en el libro.

¿Cuál es, entonces, la razón de ser de este baremo? Desde el Ministerio de Consumo explican que "Nutri-Score permite comparar la calidad nutricional de los alimentos, pero siempre que estas comparaciones sean pertinentes y útiles a la hora de orientar decisiones de compra y consumo". Para ello, recomiendan siempre comparar alimentos de la misma categoría o que sean reemplazables entre sí. De todos modos, siempre existe la posibilidad de que, ante el 'snack' de media tarde, el consumidor elija entre un dulce ultraprocesado con bien de edulcorante y una cuñita de queso... y ahí Nutri-Score puede ser más un problema que una solución.

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