Santiago Giorgini, luego del incendio en su casa: “Podría haber sido una tragedia, pero nuestros ángeles nos cuidaron”
El pasado domingo, el cocinero Santiago Giorgini volvió de hacer Morfi, en Telefe, y se tiró a dormir una siesta, luego de poner en funcionamiento un secarropas. Lo despertó un humo denso y vio que el lavadero se estaba prendiendo fuego. En diálogo con LA NACION, Giorgini cuenta cómo vivió ese momento, dice que están parando de prestado en la casa de su suegra y que buscan alquilar un lugar por dos meses, que es el tiempo que llevará la reconstrucción de su hogar.
“Lo contamos para concientizar a todos. Es una rutina bastante habitual de los domingos en casa, porque trabajo, me voy temprano a la mañana, y a veces mi mujer, Juliana León, también trabaja, y nuestras hijas, Violeta y Nina, tienen sus planes. Entonces, cuando vuelvo a casa, alrededor de las 18, me doy una ducha y merendamos o salimos un rato. Y también es el día de lavado y secado de las sabanas”, detalla el cocinero.
-¿Cómo sucedió todo?
-Era un domingo como todos. Dejamos el secarropas funcionando, y nos recostamos un poco, nos quedamos dormidos y me desperté ahogándome, a las 19. Cuando abrí los ojos estaba absolutamente ciego por el humo, no entendía nada, no sabía qué era. Desperté a Juliana, fui hasta la escalera, y vi que se estaba prendiendo fuego el lavadero, el secarropa y el lavarropas. Corté la luz, agarré los matafuegos que están en una especie de depósito que tenemos en el PH en el que vivimos e intenté apagar el fuego. No alcanzaron y entonces agarré un balde grande, lo llené con agua de la piscina y con eso logré apagarlo.
-No llegaste a llamar a los bomberos…
-Mis vecinos llamaron al 911. Mientras tanto, Juliana buscaba a la perrita, porque no la encontrábamos. Finalmente la vio y se la llevó a la calle. Y en ese momento estaban entrando los vecinos para ayudar, nos gritaban que saltáramos para la propiedad de al lado. Y llegaron los bomberos, rapidísimo, y terminaron de enfriar las cosas. No tuvieron que usar la manguera, sino que bastó con el agua de la pileta. Llegó el SAME, nos dieron oxígeno, la policía cortó la calle...
-La sacaron barata…
-La verdad que sí. Podría haber sido una tragedia. El Jefe de Bomberos de la Policía Federal nos dijo que, en general, la gente no se despierta porque el humo te ahoga, te duerme y te mata.
-Pasados unos días, ¿qué pensás?
- No dejamos de pensar en que nos despertaron esos ángeles que nos cuidan: mis papás que ya no están, mi suegro que falleció el año pasado. No sé por qué me desperté. Me estaba ahogando y me desperté en lugar de desmayarme. Quizá mis amigos y vecinos pateaban la puerta y entraban a buscarnos. Estaban a minutos de hacer eso. Mis hijas estaban en las casas de sus novios. Violeta se enteró por el chat de vecinos, porque todos empezaron a mandar mensajes. La conmoción fue grande, los patrulleros cortaron la calle, llegaron los bomberos, la ambulancia. Todos vinieron súper rápido: la vecina llamó al 911 a las 19, y a las 19.15 yo estaba ya con oxígeno. Fueron todos súper amorosos y cuidadosos. Y en el caso de Nina, no está en ese chat y la fui a buscar a las 22, ya cuando estaba bien y se lo conté despacito, para que no se asuste. Realmente podría haber sido una tragedia, y es algo que uno hace habitualmente, porque dejás el lavarropas y te vas a hacer otra cosa para ganar tiempo o dejás lavando a la noche.
-¿Fueron muchos los daños materiales?
-Se quemó el lavadero, porque se prendieron fuego el lavarropas y el secarropa. No puedo cuantificar las pérdidas todavía. La casa está asegurada así que el seguro se hace cargo. Tengo toda la casa negra, como si hubiera hecho un asado de bolsas de plástico en el living. No tenemos donde vivir. Ahora estamos de prestado en la casa de mi suegra, y buscamos un lugar para alquilar durante dos meses por lo menos, porque es lo que va a durar este proceso, aproximadamente . Ya hicieron el peritaje, fueron súper rápidos. No tengo más que agradecer. Ahora empieza el operativo limpieza, y vino el arquitecto de la aseguradora para ver qué tiene que arreglar. Pero primero hay que limpiar y pintar toda la casa. El olor puede tardar más de un mes en irse, porque hay hollín hasta en el último cajón de una habitación que estaba cerrada. Fue muy grave. Todo está negro, los colores no se ven, no sirve ninguna cortina, por ejemplo. Pero todo es material, con Juliana estamos bien, no nos pasó nada. Ya fuimos a la guardia, nos examinaron, estamos bien y seguimos trabajando. Yo tenía reuniones programadas para eventos esta semana y mi mujer, que es escritora e influencer, sigue con sus redes, @madreinargentina.
-Fue un milagro….
-Fue un milagro, sí. Tenemos ángeles que nos cuidan. Las cosas materiales no importan, estamos todos bien, nosotros, nuestras hijas y la perrita. La casa se irá haciendo de vuelta. No es que hay que tirar abajo paredes, pero sí arreglar y pintar todo. Por eso estamos buscando una casa amueblada, relativamente cerca de la nuestra. En el barrio de Villa Crespo, porque yo produzco lo que subo en mis redes sociales y mi cocina está en otra casa que no se quemó, pero no es apta para vivir. Ahora estamos en pleno vaciado de la casa, para que limpien y pinten. Es como una mudanza. El domingo nos fuimos con lo puesto, sin zapatillas, y recién el lunes pudimos agarrar los documentos y algo de ropa. Nada más. Fue un incendio en magnitud pequeña en cuanto a lo que se quemó y destruyó, pero lo que se ensució y se deterioró fue la totalidad de la casa. Se recupera, las paredes se limpian, se pintan y listo.
-Verlo debe ser shockeante…
-Mucho, porque pensás en lo que podría haber pasado y valorás lo realmente importante. Es algo que entendemos y sabemos, pero no somos conscientes todo el tiempo. La vida no se reemplaza con nada. Insisto, lo contamos para concientizar. En éstos días mucha gente me dijo que ni se le había ocurrido tener un matafuego en la casa. Yo quizá lo tengo por los restaurantes, por mi profesión; es algo que hay que tener. Si no lo tenía, se complicaba, porque abatieron mucho el incendio. Quizá yo estaba vivo porque hubiera salido, pero la casa se prendía fuego toda.