Sara Stewart rompió el silencio tras la muerte de Jorge Lanata y compartió un arcón de recuerdos junto al periodista

Casi una semana después de la muerte de Jorge Lanata, Sara Stewart, su exesposa, compartió una serie de recuerdos junto con un sentido mensaje. A través de su cuenta de X, abrió su corazón y se refirió al periodista de 64 años, con quien mantuvo un fuerte vínculo tras su separación.

“Hace días quiero escribir algo y no me sale nada. O más bien me sale todo. Cada cosa que escribo me parece poco o que no le hace justicia, especialmente porque él tan bueno con las palabras y yo tan disléxica”.

“ Lanata tuvo mil vidas y tuve el privilegio de ser testigo de algunas de ellas. Así que voy a arrancar un hilo para ir dejando al azar, mis recortes personalísimos y desordenados, sepan disculpar la desprolijidad, son días de revolver, leerlo, mirarlo y sentirlo mucho más”, indicó Stewart.

Ella y Lanata se conocieron en el año 1998 y desde ese entonces iniciaron una relación sentimental que se consolidó en un vínculo familiar cuando Lola nació en 2004. Pero no fue sino hasta septiembre de 2011 que esa relación formalizaría con un matrimonio civil el cual finalizó en 2016 cuando decidieron separarse. Cabe resaltar que en el medio, en 2015, Sara participó de un procedimiento de donación cruzada de riñón, para un trasplante que necesitaba el periodista.

“Fuimos mil cosas, amigos, amantes, pareja, amigos, nos embarcamos en cada delirio y vivimos dramones, la vida cerca de Lanata siempre fue un trampolín ida y vuelta entre el disparate y la adrenalina, mil veces mi maestro, a veces su enfermera, fuimos esposos, después ex, pero amigos siempre amigos y confidentes. Y nos puteamos, como corresponde, un millón de veces, siempre de Ud.”, relató Stewart de 49 años y siguió recordando un mensaje que le dedicó al finalizar una emisión de PPT el día siguiente a la separación: “Nos separamos dos veces, la primera duró poco, yo había logrado cultivar con éxito cierto perfil bajísimo pero la separación fue muy pública en plena época de la ruta del dinero, y esa vez un día después de separarnos hizo esto”.

Seguido al posteo anterior, compartió un par de imágenes que ella misma describió. En una está “Lanata encendiendo una estrellita para Lola en Paris año nuevo 2008″. Mientras que en la siguiente un extracto de la biografía que Luis Majul escribió del periodista: “Lanata sobre la muerte y las estrellas”.

Por otro lado, Sara, que se recibió de arquitecta y trabajó como productora en algunas de las producciones audiovisuales de su entonces marido, agregó una carta que le escribió Lanata el 28 de octubre de 1997. “Esto me lo escribió cuando finalmente encontré a Mercedes, mi mamá biológica (él me había ayudado en esa misión) no puedo creer que no se lo mostré cuando una vida después supimos que el también era adoptado. Daniela era el nombre que yo tenía en mi partida de nacimiento original”.

En la misma batería de mensajes y recuerdos, compartió en otro posteo dos imágenes y un video de nueve segundos. “Esta foto me encanta porque ya estaba cocinadísima nuestra separación definitiva a los pocos días que se vaya a vivir a Miami. Y así y todo felices, con proyectos propios y bancando al otro”, comentó sobre la imagen.

“El video es de la pelota para ejercitar la mano que improvisamos en el Italiano. Hubo varias de esas pelotas, las caritas las hizo Facu”, indicó sobre otra de las imáganes, y un video en donde con un guante de enfermería blanco lleno con aire se infla y se desinfla el dedo medio con el que se hace el gesto de Fuck you, emblemática de su programa PPT.

La última publicación gira en torno a su relación. Y cuenta cómo mejoró tras haberse separado, enfatizando la posibilidad que tuvieron de seguir siendo buenos amigos. “Lo bueno cuando te separás y seguís queriendo bien es que perdés la cotidianidad que saca a flor de piel las cosas que te irritan del otro , y si además hiciste un amigo, un compañero y te entendés, podes cultivar una relación inquebrantable”, contó Sara.

En ese sentido, añadió: “Desde que me separé era una relación bastante idílica, discutíamos poco, solo teníamos dos o tres puntos en que nos sacábamos chispas, algún que otro desacuerdo sobre la educación de Lola, mi impuntualidad le daba malhumor y después estaba Twitter, sí, la última discusión picante que recuerdo fue culpa de Uds, el no entendía el rol de esta red social, la subestimaba y yo no entendía porque para mi, paradójicamente, él es el espíritu más tuitero que conocí”.