Scarlett Johansson no se quita el sexismo de encima por mucho que lo critique

NEW YORK, NEW YORK - NOVEMBER 02: Scarlett Johansson attends an event hosted by David Yurman in support of Lower Eastside Girls Club at David Yurman 57th St on November 02, 2022 in New York City. (Photo by Monica Schipper/Getty Images for David Yurman)
NUEVA YORK, NUEVA YORK - 02 DE NOVIEMBRE: Scarlett Johansson asiste a un evento organizado por David Yurman en apoyo de Lower Eastside Girls Club en David Yurman 57th St el 02 de noviembre de 2022 en la ciudad de Nueva York. (Foto de Monica Schipper/Getty Images para David Yurman)

Qué fácil es opinar desde fuera. Más ahora en la era de las ofensas protegidas por el anonimato de las redes sociales. En ese metaverso de la opinión gratuita todos nos transformamos en expertos de cualquier materia. Y no solo a la hora de hablar de una película, programa televisivo, debate político o actualidad, sino también de la vida de otras personas. Es en esas situaciones que con frecuencia salen a flote algunas de las miserias del ser humano, como el racismo, sexismo, etc. Y en esta ocasión le toca a Scarlett Johansson vivirlo en sus carnes.

La actriz y madre de dos niños admitió en un episodio del podcast Table for two with Bruce Bozzi que sintió haber sido “entrenada” para convertirse en una actriz explosiva durante la primera parte de su carrera. Que películas como Lost in translation, La joven de la perla y Match Point la llevaron a sentir que estaba continuamente interpretando a un objeto de deseo masculino mientras intentaba cultivar su lugar en la industria. No olvidemos que, en ese momento y a pesar de tratarse de papeles adultos, tan solo tenía ente 18 y 21 años. Nada más.

"Hice 'Lost in Translation' y ‘La joven de la perla’. En ese momento tenía 18, 19 años y estaba entrando en mi propia condición de mujer y aprendiendo mi propio atractivo y sexualidad", dijo en la entrevista. “Estaba siendo preparada, en cierto modo, para ser lo que llaman una actriz explosiva. Estaba interpretando a otra mujer y objeto del deseo y de repente me encontré acorralada en ese lugar. No pude salir de eso”.

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Johansson reconoce que puede ser fácil para otra persona ver su situación y pensar que aquello le estaba funcionando a nivel profesional, después de todo fue con esos títulos con los que cautivó el interés del público y a todo Hollywood. Es decir, fue gracias a esas películas que comenzó a pisar fuerte en el negocio y subir su caché. Sin embargo, a sus 38 años, también reconoce que tuvo su precio al verse estancada en un estereotipo físico. “Ese tipo de papel de mujer explosiva se quema brillante y rápido y una vez que se termina no tienes oportunidades más allá de eso”.

“Fue un acertijo interesante y extraño en el que estar, pero realmente requería que trabajara en ello e intentara encontrar lugar para proyectos diferentes y trabajar con grandes repartos” sentenció. Y a continuación le recordaba a los oyentes del podcast que su papel de Viuda Negra en Iron Man 2 estaba originalmente escrito “sin desarrollo y sobre sexualizado”. Que tuvo que personalmente involucrarse junto al director Jon Favreau y el jefe de Marvel Studios, Kevin Feige, para rediseñarlo en algo más progresivo.

En mi opinión, creo que Scarlett Johansson fue bastante clara en su revelación, exponiendo su experiencia tras haber cargado con la etiqueta de mujer explosiva impuesta por el cine, sintiéndose acorralada en un estereotipo del que sabía que, si no buscaba otros caminos, la llevaría al fin de su carrera. Pero parece que no fue tan clara para las redes sociales. Porque en plataformas como Twitter, en lugar de encontrar comentarios que aporten a la información, encontramos críticas que dejan entrever el mismo sexismo que la llevó a sentirse acorralada en Hollywood.

Sin ir más lejos, en la publicación de Variety donde daban la noticia encontramos una gran mayoría de comentarios que la critican por “quejarse” cuando ha ganado millones de dólares en el camino. La señalan con el argumento de que no tiene derecho a quejarse ahora si eligió voluntariamente aceptar esos papeles y hacerse famosa en el camino. Incluso hay quien se burla de la ironía de que sea guapa y le paguen por ello, o la critican por “auto victimizarse” tras haber ganado $50 millones. Pero todo esto precisamente saca a relucir el triste quid de la cuestión: el sexismo y el reducir a una persona a una mera etiqueta sexual sin el derecho de que haya sufrido por ello.

Es cierto que Scarlett Johansson ganó millones de dólares con sus películas. En 2018 y 2019 fue la actriz mejor pagada con ganancias de $40.5 y $56 millones respectivamente. Pero también es verdad que, en esos inicios que ella indica, era una mujer en pleno desarrollo personal, con la misma ambición de comerse el mundo que tuvimos todos alrededor de los 18 y 21 años. Tuvo oportunidades que ninguna actriz hubiera dejado pasar con entonces: ser protagonista por primera vez a los 18 años de un drama elegante (La joven de la perla), trabajar con una cineasta aclamada como Sofia Coppola o ponerse a la orden de un director que, por entonces, todos morían por trabajar como Woody Allen. Y nada menos que en su regreso al thriller más sensual e intrigante.

No obstante, en el proceso de esas producciones su belleza natural terminó marcando el camino del desarrollo de los personajes y la percepción del público y la industria. Siendo tan joven me parece normal que se haya dejado llevar por el éxito que le cayó de repente, aceptando personajes que en papel podían ser atractivos pero que a la hora de plasmarlos, los directores o campañas de marketing se fijaran más en su sex-appeal natural para atraer a las masas. Evidentemente ganó dinero en el camino pero eso no quita que no tenga todo el derecho de señalar lo que vivió siendo tan joven y cómo, al final, ha tenido que lidiar con esa imagen profesional durante tanto tiempo.

Además, si observamos su filmografía podemos encontrar ejemplos claros de sus intentos por desmarcarse del peso de actriz explosiva sin nada más que aportar. Como Under the skin, Lucy, la terrible pero diferente comedia Rough Night, Historia de un matrimonio o Jojo Rabbit.

Sin embargo, por mucho que ella recuerde al mundo el peso de la sexualización, sigue sin poder deshacerse de ella. Muchas entrevistas lo han dejado claro en YouTube con preguntas de algunos periodistas preguntándole si llevaba ropa interior debajo del traje de Viuda Negra o qué dieta hace para estar tan guapa. Temas superficiales que no se exponen a actores masculinos y que no hacen más que reducir su condición de mujer y profesional. Si buscamos su nombre en buscadores online nos encontramos enseguida con titulares que se basan casi exclusivamente en su belleza, estilo, moda o la lencería que llevó en algún posado de revista. Y ahora hasta las redes siguen recurriendo al mismo discurso de reducir su experiencia sencillamente por ser guapa. Todavía, 20 años más tarde, esa etiqueta la persigue.

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